“No temerás de un miedo repentino, ni de la oscuridad de los malvados cuando llegue. Porque el Eterno estará en tu apoyo, y cuidará tu pie para que no sea apresado.” Proverbio (Mishlé) 3:25-26
Este Mishlé nos presenta un tema muy álgido: ¡el miedo! Miedo que se ha levantado como protagonista en estos tiempos aciagos, comprometido con la iniquidad y casado con la inopia social y cultural, con la ausencia de la verdad con ropaje de mentira.
Ahora bien, veamos ¿Qué es el miedo? Según el Diccionario Larousse, es un sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario, sinónimo de temor, miedo “cerval”, el muy grande. Meter miedo, asustar, pavor, aterrorizar.
Según la ciencia, el mecanismo mental que desencadena el miedo es sumamente complejo. Explica Carretié, un experto en la materia, que el miedo implica en primer lugar, una detección rápida, incluso urgente (pocas decenas de mili-segundos) del estimado amenazantemente. En segundo lugar, debemos organizar una respuesta rápida también en esas situaciones urgentes (huir, luchar o paralizarnos). En tercer lugar, se producen también reacciones duraderas como el sentimiento de archivo en la memoria de esa situación para evitarla en el futuro, o respuestas más sofisticadas, como elaborar alguna estrategia defensiva. En todos estos mecanismos interviene buena parte del cerebro, y también diversos neuro-transmisores de acción prolongada, denominados neuromodulares.
Cuando el miedo se hace presente, entran en el territorio del temor partes muy comprometidas con el sistema nervioso neuronal, tales como: la corteza pre-frontal ventral (norbitofrontal), la ínsula anterior, los ganglios basales, la corteza cingulada anterior, etc., todos estos elementos cuentan con un papel relevante en el factor miedo. Luego pasa a la acción del sistema límbico, el cual regula las emociones de lucha, huida y, ante todo, la conservación del individuo.
Para la psicología, el miedo es un estado afectivo, emocional necesario para la correcta adaptación del organismo al miedo, que provoca angustia y ansiedad ya que el individuo puede sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro. La máxima expresión del miedo es el terror.
Existen dos grandes teorías psicológicas: el conductismo y la psicología profunda. Según el pensamiento conductista, el miedo es algo aprendido. Mientras que, para la psicóloga profunda, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace referencia.
La teoría conductista evoca lo que está escrito en el libro de la vida, el libro que tiene todas las respuestas a todas las preguntas de la humanidad, más allá de este plano, más allá de los tres tiempos que rigen este planeta, más allá del intelecto del ser pensante… ¡La Torá!
Di-s preguntó al primer hombre, Adam Harishom: “¿Dónde estás? Y él le dijo: Tu voz oí en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; y me escondí.” Génesis (Bereshit) 3:9-10
En este versículo vemos como el miedo entra a la tierra y se posesiona del sistema nervioso-emocional del primer hombre de la creación, por lo tanto, no sólo es aprendido por Adam y Java, sino por toda la humanidad. Este tipo de miedo viene acompañado de kelipot (demonios) que se entronan en la vida de este primogénito de la creación y pasan a formar parte de la vida del primer hombre por causa de la acción irracional de un acto de desobediencia inducida.
Hoy día el mundo está plagado de grandes manipulaciones, orquestadas por poderes que se enquistan en estas maleadas organizaciones en nombre del ambiente, la ciencia, la realeza, enseñoreadas alrededor del mundo y muchos más. Todo esto ha dado como resultado un mundo aterrado, indefenso, debilitado por una avalancha de bombardeos publicitarios apoyados y financiados por estas grandes organizaciones que llevan sobre sus hombros la responsabilidad del genocidio más grande acontecido en nuestro planeta, donde el miedo aún sigue teniendo en sus fauces el control del sistema nervioso de la humanidad entera. Las defensas y el sistema inmunológico de la humanidad colapsaron, cumpliendo así estas organizaciones con su infernal cometido.
Pero, ¿Qué piensan estas organizaciones? ¿Acaso se creen dioses con derecho a intervenir tozudamente en el mundo? ¿Quién los nombró líderes para decidir el futuro de las naciones? ¿Se atreven también a alterar el orden de la creación, interviniendo los hechos naturales, tales como; lluvias, tornados, terremotos, tsunamis, erupciones de volcanes, etc., jugando a ser dios? ¿Se creen invencibles tentando directamente al Eterno; el creador de todo lo creado y lo increado? Pobres ignaros infelices; el hecho de que no crean en la existencia del Todopoderoso, Adón de los universos, no anula Su existencia y Su poder Eterno.
Así les dice el Eterno, el ¡GRAN YO SOY¡: “Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré dice el Eterno.” Abdías (Obadyá) 1:4
“Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Di-s, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo, y de a carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah Señor mío! ¿Qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oro Elíseo y dijo: te ruego, oh Eterno, que abras sus ojos para que vea. Entonces el Eterno abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí El Monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo.” 2a Reyes (Melajim) 6: 15-17
Recuerda que fuiste forjado en los talleres celestiales, donde el mismo fuego fue modelado con el calor de la Ruaj Hakodesh; en otras palabras, una parte de Su ADN fue injertado en medio de ti.
“Ciertamente te ordené, esfuérzate y se valiente; no temas ni tengas miedo, porque el Eterno Dios tuyo, está contigo donde quiera que vayáis.” Josué (Yehoshua) 1:9
“No temerás de un miedo repentino, ni de la oscuridad de los malvados cuando llegue. Porque el Eterno estará en tu apoyo y cuidará tu pie para que no sea apresado.” Proverbio (Mishlé) 3:25-26
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