“Hijo mío, mi ley no olvides, y mis preceptos guarde tu corazón. Porque tendrás prolongamiento de días y años de VIDA y paz, se aumentarán para ti. Favor y verdad no te abandonarán, átalas sobre tu garganta, escríbelas sobre la tabla de tu corazón. Entonces hallarás gracia y buen intelecto a los ojos de Dios y de la persona. Confía en el Eterno con todo tu corazón, y sobre tu entendimiento no te apoyes.” Proverbios (Mishlé) 3:1-5
De repente, la inquieta Alondra aletea fuertemente extendiendo sus alas como si quisiera alcanzar al Hacedor y al caballero de la armadura de plata, que continuaban su diálogo sobre la coexistencia cognoscitiva de su vida. La Alondra intenta interrumpir este diálogo de vida antes de la vida, y elegir los tiempos de muerte de vuelta a la vida… Y sin pensarlo más y dando prisa expectante a la pregunta que parece quemar su frágil y delicada garganta, vuela y se posa sin pedir permiso en el hombro de Aquél que todo lo crea, El que cree y que a partir de Su creer, los pensamientos nacen y se hacen existencias cotejadas que silencian a la nada…
- Querida Alondra, - dice el Hacedor con voz pausada en medio del eco de la Eternidad, - te he observado inmutable detrás del árbol de acacia y se que atentamente has escuchado nuestra conversación. Ahora bien, ¿Qué es lo que te inquieta tanto que te atreviste a salir de tu guarida silvestre y pararte sobre mi hombro?
- ¡Uhm Uhm! Amo de universo, contestó la desinhibida Alondra; pude observar las imágenes que se reflejaban en esa espesa nube que Te sigue a donde quiera que vas. Si Tú dices que los seres humanos tienen “libre albedrío” tanto en el planeta tierra, como en este mundo paralelo del Olám Haba; entonces, ¿Qué pasa con aquellos que después de cumplir su tiempo en la tierra, de nuevo regresan a esta dimensión a través de la muerte? ¿Acaso cada habitante del globo terráqueo eligió, puesto de acuerdo Contigo cómo, cuándo y dónde han de morir físicamente?… ¡Por favor, dime, explícame, porque no lo puedo entender!
- Alondra, mi pequeña ave de paso, la de los cánticos singulares - contestó el Hacedor de los tiempos incontables - Claro que sí, en este plano dimensional todos los habitantes de la tierra, uno a uno planea junto Conmigo sus destinos, de acuerdo al propósito rectificador que cada uno elige, tanto para su vida, como para todo su núcleo familiar elegido por él, para redimir lo quebrantado por decisiones futuras, pasadas y presentes incongruentes. Por tanto, la muerte también es consensuada, de manera que es justo para todos y nadie podrá decir: ¡Me parece injusto lo que me está pasando! ¿Por qué a mí? De ninguna manera, todos los destinos han sido previamente establecidos de acuerdo al “querer, como el hacer” de todos los humanos. Todos, absolutamente todos, han convenido previamente Conmigo el día, la hora, los minutos y segundos de su tiempo vivencial en la tierra. También su muerte es electiva en esta dimensión Kadosh (Santa). Yo lo dejé previamente establecido aquí en la tierra a través de Yeshúa el Mashiaj Sacerdotal, que sacudió los milenios y partió la historia del mundo en un antes y un después. Yo mismo le inspiré cuando le dijo con autoridad del cielo, a Poncio Pilatos, quinto gobernador de la provincia romana de Judea:
“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi VIDA, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo, y tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” Juan (Yohanan) 10:17-18
- Entonces mi querida y bien amada Alondra, esta fórmula codificada y clasificada, hecha con los electrólitos y los electromagnéticos de las fuerzas cósmicas inherentes en los diez puntos energéticos, donde Yo moró también, diseño establecido para cada ser humano hecho con las aguas de arriba y las aguas de abajo. En los mundos supraterrenales que no son revelados y donde estamos hoy con nuestro amigo el guerrero de la armadura plateada, en los cuales afloran y florecen todas las almas; futuras almas embajadoras que habitarán y cohabitarán en el planeta tierra. Recuerda como lo dijo mi hijo Yeshúa HaMashiaj:
“(Uds.) no son de esta edad presente (de este mundo) como tampoco yo pertenezco a ella. Santifícalos en la verdad, tu Tora es la verdad. Como me enviaste a esta edad presente, también yo los he enviado, y por ellos yo me consagro a tu Tora, para que ellos también sean consagrados a tu Tora.” Juan (Yohanan) 17:16-19
- Como podrás ver mi querida ave de los sueños alados, He dejado un legado de instrucción en este versículo, donde os recuerdo que no sois de este mundo, sino que sois embajadores “inmigrantes celestiales” en la tierra, con misiones especificas previamente establecidas en ambos mundos; entre tú que estás leyendo en estos instantes este escrito y… ¡Yo!
Mi pequeña ave consentida recuerda esto; siempre me reúno con cada futuro habitante de la tierra antes de introducirlo en el vientre materno. Y esa nube que ves justo sobre Mí, allí todos pueden ver su nacimiento, curso de vida y muerte…donde cada uno se ve y elige la nación o naciones donde se quiere desarrollar, su color de piel, su rostro, cuerpo, su voz, lugar de nacimiento, propósito, dones y talentos, quiénes serán sus padres, hermanos, hijos, abuelos, esposa (o) y todo su árbol genealógico y sobre todo, la misión pactada Conmigo. Todo es un Plan Divino sustentado en la redención, haciendo tikun (rectificación) desde Adam Harishon hasta nuestros días, donde Mi hijo amado Yeshúa HaMashiaj cumple un gran rol, contando con toda la humanidad… ¡Y contigo también!
- El Plan, antes de que nacieras, ya estaba concebido; por ello reposa y reposará desde ahora y para siempre en las Sagradas Escrituras. He aquí una de las pistas de ese encuentro cuando estuve contigo antes que vinieras a la existencia en este plano terrestre. Helo aquí:
“Porque tú has adquirido mis riñones, me has cubierto en el VIENTRE de mi madre. Te agradezco, porque con portentos fui hecho maravillosamente, son maravillosas tus obras; y mi ALMA las CONOCE MUCHO.” Salmo (Tehilim) 139:13-14
“Cuando todavía no te había formado en el vientre, te he CONOCIDO; y cuando todavía no habías salido de la MATRIZ te he consagrado; profeta sobre las naciones te he puesto.” Jeremías (Iermeia) 1:5
- La inquieta Alondra repregunta al Hacedor… ¿Y cuál es ese Pacto que Tú haces con los humanos antes de nacer?
- El caballero de la armadura plateada fija sus ojos en la pequeña Alondra como si su mirada escrutara los anales del tiempo, y pidiéndole permiso al Gran Yo Soy, pregunta: ¿Puedo contestar la pregunta a esta criatura?
- ¡Por supuesto que sí! Contestó con suave firmeza el Adón de los universos…
- Escucha bien dulce ave de los vientos: ¡Escrito está: la misión, la comisión pactada para nuestros días en los pasajes vivenciales en el globo terrestre son precisas y concisas…ser lo que somos, publicistas del Eterno, de este Pacto que se da en lo secreto y que luego es velado… ¿Por qué? Para que ningún ser humano pueda aventajar al hermano, sino que teniendo todos una misma medida, no sólo de fe, sino de ese Pacto, el encuentro eterno con el Eterno sea equitativo…por ello, reposa en el corazón de cada criatura humana. Sólo lo dejamos escapar cuando ponemos en acción el “libre albedrío” que es el puente que conecta con todos los corazones para que digamos y hagamos:
“Te agradecerán todas tus obras, oh Eterno, y tus varones justos te bendecirán. Relatarán la gloria de Tu reino, y de tu poder hablarán. Para informar a los seres humanos de sus actos poderosos, y de la majestuosa gloria de su reino. Tu reino es un reino por toda la eternidad, y tu dominio se extiende por todas las generaciones.” Salmo (Tehilim) 145:10-13
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