“Hacer rectitud y justicia es preferible para el Eterno que un sacrificio.” Proverbios (Mishlé) 21:3
Y la Rectitud caminaba por su línea recta sin dobleces. Llevaba consigo la sabiduría de la línea recta que acorta la distancia entre dos puntos, la verticalidad que señala el mundo de arriba que dialoga con el mundo de abajo. Cuenta la dulzura que la Rectitud celadora de la noche y el día trabaja en el tiempo que no descansa. Su axioma relata un encuentro de ensueño, donde lo torcido es enderezado por el tenor de la palabra recta.
Con la persistencia del colibrí cuando construye su nido, la Rectitud, la elegante dama antañona se paseaba por el bosque camino al rio de los principios interminables. Cuando de repente le salió al paso la dama de la báscula de virtudes, vestida de blanco lino, en conformidad con la Supremacía de Hashem.
El Viento se acercó y detuvo su aliento maravillado por este encuentro reticente: la Rectitud y la Justicia se encontraron y hermanaron en un abrazo por siempre para llenar el corazón enternecedor del Eterno. Los cuatro Puntos Cardinales se tomaron de las manos y en desinhibida danza india giraban alegremente al ritmo de las manecillas del reloj sin tiempo. Por otro lado, el Sol pregonaba con voz ardiente y anunciaba el nuevo día que daba a luz en la Casa del Sol Naciente. El Sol sudaba de alegría por el gran encuentro de ese día.
El gorjear de los pájaros no se hizo esperar, su canto alado por todos lados se extendía de alegría, porque por vez primera la Rectitud y la Justicia se conocían.
La alegría se dibujaba en ambas virtudes, sus mejillas sonrojaban su blanca palidez. De contento murmuraban y planificaban con gran gozo el viaje a la madre tierra, donde enseñarían a sus habitantes la importancia y contundencia de traer a sus vidas a la Rectitud y la Justicia.
Entonces en complicidad con el Eterno, las almas de la humanidad abrazarán estas exponenciales virtudes y se llenarán de la sabiduría que el Gran Yo Soy modeló en cada una de ellas... ¡Viva la Rectitud, viva la Justicia! Ellas son los estandartes de victoria del Eterno aquí en la tierra.
El Eterno en Su Bondad inextinguible no quiere sacrificio, ni holocausto, sólo demanda de ti, rectitud y justicia alimentada y saciada con las aguas inagotables de nuestra Santa Tora...
“ ¿Acaso es deseo preferente para el Eterno los holocaustos y sacrificios como el obedecer la orden del Eterno? 1ª Samuel (Shemuel) 15:22
Por lo tanto, el Eterno irá siempre delante de ti, peleará por ti, abogará por ti, Mashiaj será tu abogado y todas bendiciones correrán detrás de ti y te alcanzarán. Y tú dirás a los cuatro vientos:
“He puesto a Adonay delante de mí siempre.” Salmo (Tehilim) 16:8
Reactitud y Justicia gran sabiduría hay en estas dos palabras el Eterno me ayude para ejecutar este mandamiento Shalom