“Casa y riqueza son heredad de los padres, pero del Eterno es tener una mujer inteligente.” Proverbios (Mishlé) 19:14
¿Qué querrá denotar y connotar el Eterno con este Mishlé, cuando dice que Él se hace responsable de elegir la “pareja” correcta para ti, la misma que elegiste un día en el Olam Haba y ella a su vez te eligió a ti? Fue un plan pluscuamperfecto diseñado y modelado con el barro de los imposibles por el Hacedor de los hacedores, antes de que fueras insuflado en el vientre materno. Claro está, todo esto puesto de acuerdo con el Creador en ese lugar impalpable donde tu alma es un cuerpo sublime; y que este será abrazado por la materia cuando entres a la tierra.
“Pues Tú creaste mi mente; me cubriste en la matriz de mi madre. Te agradeceré, pues fui formado de manera maravillosa e imponente; insondables son Tus obras, ...” Salmo (Tehilim) 139:13-14
La pregunta obligada en esta reflexión no se hace esperar: ¿Por qué pedirle al Creador la elección de mi pareja? Precisamente por eso; porque Él es...¡el Creador! Independientemente que seas creyente o no, el Eloha es el único que sabe quien es tu pareja, tu otra parte, la misma que tú elegiste. Tal vez no lo recuerdes hoy, sin embargo, antes de entrar a la tierra, tú y ella eran UNO, luego se “separaron” y al tomar cuerpo físico y consumar el matrimonio, vuelven a ser UNO.
“Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto lo que Eloha unió bajo un mismo yugo, no lo separe el hombre.” Mateo (Mattityahu) 19:6
Sólo Él sabe cómo combinar matrimonios entre una población mundial de más de 8 billones de habitantes. La lógica parece intimidarse frente a esta complicada comprensión del hecho evolutivo de la creación. Recuerda que tú pactaste con el Eterno antes de nacer; le describiste cómo querías a tu conyugue, elegiste todo, absolutamente todo gracias al libre albedrio que nos fue dado tanto en la tierra como en el cielo.
Cuanta el Midrash; que una dama romana preguntó un día al Rabí José: ¿En cuántos días creó Di-s el mundo? En seis días, respondió el Rabino. ¿Y que hace desde entonces hasta ahora? ¡Combina matrimonios!, fue su respuesta. ¡Esa es una ocupación muy simple! Yo también lo podría realizar fácilmente. La dama llamó a mil esclavos de ambos sexos, y celebró sus enlaces. Pero a la mañana siguiente los conyugues se presentaron uno a uno ante ella, con quejas y acusaciones contra aquellos con quienes se habían casado pocas horas antes. La dama tuvo que admitir su error.
Obviamente el Mishlé que nos atañe anuncia “que del Eterno es tener una mujer inteligente”. Esto alude a la mujer virtuosa que creo Eloha como ayuda idónea.
“Una mujer virtuosa, ¿Quién pudiere encontrar? Porque su valor sobrepasa el de las perlas.” Proverbios (Mishlé) 31:10
Sólo existe una forma efectiva de encontrar pareja: ¡Pedirla al Eterno! Pídele a Hashem y describe con lujo de detalles como visualizas a tu pareja; la oración correcta es ser especifico y conciso. Entonces, en el tiempo que estés preparado (a) llegará tu otra parte, y lo más seguro es que toque a tu puerta...
“Insistid en pedir porque se os dará. Insistid en buscar, porque hallaréis. Insistid en llamar porque se os abrirá.” Mateo (Mattityahu) 7:7
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