“Adquirir sabiduría es mejor que el oro, y adquirir entendimiento es más selecto que la plata.” Proverbio (Mishlé) 16:16
Cabalga alma mía sobre los lomos de Su voz, mientras Su Palabra llanera surca las praderas del discernimiento, los cielos se abren con alas de fragancia púrpura, para dar paso al entendimiento del desconocimiento.
Voz cantante del Cantor de los cantantes, deja que el viento de tu vuelo acaricie mi rostro con el húmedo rocío de las inteligibles aguas del ayer, que discurren los tiempos, y los tiempos arcanos hasta el día de hoy…
En primer lugar, veamos el concepto etimológico de la palabra ENTENDIMIENTO según la Real Academia de la Lengua; entendimiento es la capacidad de comprender. El entendimiento y la razón son una misma cosa, es sinónimo de ALMA, juicio, buen sentido; es decir, tiene entendimiento, sinónimo también de conocimiento.
Es sumamente importante escrutar desde el punto de vista hebraico, la raíz de estas palabras: ENTENDIMIENTO y ALMA. Iniciaremos con la palabra ENTENDIMIENTO הבנה (Havaná) en hebreo, con un valor gemátrico comprimido de 8. Este número 8 alude al mismo valor gemátrico del Nombre Inefable del Eterno יהוה.
Por otro lado, encontramos la palabra ALMA נשמה (neshamá), cuyo valor gemátrico comprimido es 10. Diez hace referencia a los Aséret Hadibrot (10 mandamientos), a los diez hombres (miniam) que deben estar presentes para sacar los rollos de la Torá en Shabat.
Curiosamente encontramos en este somero análisis que ambas palabras: “Entendimiento” y “Alma” tienen dos letras hebreas en común que son נה y si las sumamos entre sí, nos dará un valor de 10 volviendo a hacer énfasis en los Aséret Hadibrot, como también en las 10 Sefirot (emanaciones cósmicas que moran en nuestro cuerpo y que están íntimamente conectadas con el cuerpo físico-espiritual) donde reside el Ruaj Hakodesh.
“Y colocaré mi morada en medio de vosotros, y no se enfadará mi alma de vosotros. Y yo andaré en medio de vosotros, y seré vuestro Di-s y vosotros seréis mi Pueblo.” Levítico (Vayikra) 22:11-12
“Respondió Yeshua y le dijo: si alguno me ama, mi palabra guardará; y mi padre le amará; y vendremos a él; y haremos morada con él.” Juan (Yohanán) 14:23
Conviene subrayar que el hebreo fue la lengua que el Padre Eterno escogió para darnos a conocer
Su Palabra inefable, el manual de vida de toda la humanidad: ¡Su Torá!
Ahora bien, por un lado dijimos que la palabra “Entendimiento” tiene un valor matemático de 8; y que “Alma” tiene valor matemático de 10; entonces, si los sumamos nos dará 18. Este número 18 es הי (Jai) que significa vida, lo que nos remonta a un dualismo vivencial a toda la humanidad: la vida física y la espiritual. Es decir, dentro de cada ser humano vive un “alma” que se conecta fácilmente con todo un mundo incorpóreo, mientras que el cuerpo se conecta de una manera natural con el aquí y el ahora.
En otras palabras, el poder entender el “entendimiento”, nos acerca a ambos mundos, dando paso a que sea el “alma” la conductora de esta perfecta máquina. Finalmente podríamos conectarnos mucho más fácil con ese mundo invisible que hoy no vemos, pero que veremos más pronto que tarde formando parte práctica de nuestra vida, entonces lo sobrenatural se volverá natural en tu vida y la mía. Por ello, cómo está escrito, ni el oro, ni la plata podrá ser más selecto que el entendimiento, porque el entendimiento se volverá un puente entre el planeta Tierra y el Olám Haba, y podrás caminar por él en esta vida y la vida en el mundo por venir, porque las puertas del cielo se abrirán para ti con alas de fragancia púrpura…
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