El Salmo 2 nos introduce en una profunda experiencia de la soberanía del Eterno y la llamada a la humanidad a reconocer y someterse a Su autoridad. El salmista pinta un cuadro majestuoso de un Eterno que reina desde los cielos, cuya autoridad se extiende sobre toda la tierra.
En un mundo lleno de desafíos y luchas, el Salmo 2 nos recuerda que, a pesar de las aparentes turbulencias, el Eterno está en control. Nos invita a reflexionar sobre nuestra respuesta ante esta realidad divina. ¿Nos rebelamos contra Su autoridad, o nos sometemos con humildad?
La imagen del ungido del Eterno, el Mesías, destaca la conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, reconocemos a Yeshua como el cumplimiento de esta profecía. Su vida y enseñanzas nos muestran el camino de sumisión y amor, llevando a cabo la perfecta voluntad del Eterno.
La pregunta retórica "¿Por qué se sublevan las naciones?" resuena a lo largo de la historia. En nuestra búsqueda de significado y propósito, a menudo nos rebelamos contra las directrices divinas, buscando autonomía y control. Sin embargo, el Salmo 2 nos insta a reconsiderar nuestra postura y a abrazar la paz que viene al someternos al Eterno.
La reflexión sobre el Salmo 2 nos lleva a examinar nuestra relación con el Eterno y a cuestionar si estamos dispuestos a reconocer Su soberanía en nuestras vidas. ¿Estamos dispuestos a rendirnos y confiar en el plan divino, o persistimos en nuestra propia búsqueda de poder y control?
Que este Salmo sirva como recordatorio de la magnitud de la autoridad del Eterno y como un llamado a la rendición voluntaria. En la sumisión encontramos no solo paz, sino también un propósito más elevado que trasciende nuestras limitadas perspectivas humanas.
Hebreo
לָמָּה רָגְשׁוּ גוֹיִם וּלְאֻמִּים יֶהְגּוּ רִיק יִתְיַצְּבוּ מַלְכֵי אֶרֶץ וְרוֹזְנִים נוֹסְדוּ יָחַד עַל יְהוָה וְעַל מְשִׁיחוֹ נְנַתְּקָה אֶת מוֹסְרוֹתֵימוֹ וְנַשְׁלִיכָה מִמֶּנּוּ עֲבֹתֵימוֹ יוֹשֵׁב בַּשָּׁמַיִם יִשְׂחָק אֲדֹנָי יִלְעַג לָמוֹ אָז יְדַבֵּר אֵלֵימוֹ בְאַפּוֹ וּבַחֲרוֹנוֹ יְבַהֲלֵמוֹ וַאֲנִי נָסַכְתִּי מַלְכִּי עַל צִיּוֹן הַר קָדְשִׁי: אֲסַפְּרָה אֶל חֹק יְהוָה אָמַר אֵלַי בְּנִי אַתָּה אֲנִי הַיּוֹם יְלִדְתִּיךָ שְׁאַל מִמֶּנִּי וְאֶתְּנָה גוֹיִם נַחֲלָתֶךָ וַאֲחֻזָּתְךָ אַפְסֵי אָרֶץ תְּרֹעֵם בְּשֵׁבֶט בַּרְזֶל כִּכְלִי יוֹצֵר תְּנַפְּצֵם וְעַתָּה מְלָכִים הַשְׂכִּילוּ הִוָּסְרוּ שֹׁפְטֵי אָרֶץ עִבְדוּ אֶת יְהוָה בְּיִרְאָה וְגִילוּ בִּרְעָדָה נַשְּׁקוּ בַר פֶּן יֶאֱנַף וְתֹאבְדוּ דֶרֶךְ כִּי יִבְעַר כִּמְעַט אַפּוֹ אַשְׁרֵי כָּל חוֹסֵי בוֹ
Transliteración
Lama ragueshu goyim, uleumim iegu ric
Yiteiatsevu malchê érets, verozenim nossedu iachad, al Adonai veal meshicho
Nenateca et mosserotêmo, venashlicha mimenu avotêmo
Ioshev bashamayim yis’chac, Adonai yil’ag lamo
Az iedaber elêmo veapo, uvacharono ievahalêmo
Vaani nassachti malki, al Tsión harcodshi
Assapera el choc Adonai amar elai beni áta, ani haiom ielidtícha
Sheal mimeni veetená goyim nachalatêcha, vaachuzatechá afsê árets
Teroem beshévet barzel, kich’li iotser tenapetsem
Veata melachim haskilu, hivasseru shofetê árets
Ivdu et Adonai beyir’á, veguilu bir’ada
Nashecu var, pen ieenaf vetovedu dérech, ki yiv’ar kim’at apô, ashrê col chossê vo
Español
1 ¿Por qué se amotinan los gentiles, y los pueblos piensan vanidad?
2 Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR, y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
5 Entonces hablará a ellos con su furor, y con su ira los conturbará.
6 Y yo envestí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.
7 Yo recitaré el decreto. El SEÑOR me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad los gentiles, y por posesión tuya los términos de la tierra.
9 Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
10 Y ahora, reyes, entended; admitid castigo, jueces de la tierra.
11 Servid al SEÑOR con temor; y alegraos con temblor.
12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Shalom toda rabah de compartir este tehilim 2 para su lectura en hebreo y español,