Sinestesia- El Vacío I

“…Cuando deje de tomar las carreras como un trabajo serio, me quede satisfecho, pero con una sensación de VACÍO. Por entonces ya había descubierto que todo, lo bueno y lo malo, deja un VACÍO cuando se interrumpe. Pero si se trata de algo malo, el VACÍO va llenándose por sí solo. Mientras que el VACÍO de algo bueno solo puede llenarse descubriendo algo mejor…”

Ernest Hemingway, “Paris era una fiesta” Escuchar el color… ver la música…el sabor de las palabras…el brillo de tu alma…el color de tu voz…piedras que hablan…cuando la tierra clama…el sabor de la música…el silencio ensordecedor…

Parece una invitación decorosa a un mundo extraño donde la lógica y la imaginación se confabulan a favor nuestro para penetrar más allá de los estándares de la razón y dar pasos introspectivos directos al corazón…esto es SINESTESIA; estado simple y cotidiano de la naturaleza perceptual, donde se dan dos o más imágenes; una SUBJETIVA y otra OBJETIVA, sensaciones asociadas que fluctúan entre la frontera de lo REAL y lo IRREAL, las cuales se fusionan en el cuerpo humano en un momento determinado. Durante largos años he venido trabajando como hacedor de arte en estas disciplinas y he podido observar, experimentar y fusionar la pintura, la música, la literatura como una totalidad integral en sintonía con todo el equipo universal de la creación. Estas experiencias me han permitido entender el “VACÍO” en mí, observarlo y estudiarlo en otros también. Ahora bien, ¿qué es el VACÍO? Etimológicamente proviene del latín vasibus; es la ausencia total física o mental en un espacio, o la carencia de contenido en el interior de un recipiente. También es un sentimiento humano que se caracteriza por la apatía, la alienación, el sufrimiento y la depresión. La persona que experimenta un “VACÍO INTERNO” puede sentirse sola y sufrir diversos tipos de desórdenes emocionales. Cuando observas detenidamente el diario quehacer en tu vida, descubrirás una serie de acontecimientos que se repiten y se vuelven a repetir, no solo en ti sino en la gran mayoría de los seres humanos. Un día anhelabas tener un carro deportivo y cuando lo tuviste, ¿cuánto te duró la emoción? Un mes, tal vez dos, o más; el VACÍO fue llenado temporalmente. Luego deseabas alcanzar un importante puesto en la compañía, trabajaste duro por ello, hasta que al fin lo lograste; el tiempo de vida de ese deseo cumplido fue claudicando hasta apagarse. Recuerdas el día que anhelabas tener tu propia casa; la conseguiste y ¿cuánto duró la emoción de tenerla? Ya la tienes, pero ya expiró en tu mente y corazón. Tal vez, estás pensando que esas son metas que todos los seres humanos nos deberíamos trazar para alcanzar un mejor estilo de vida; estamos totalmente de acuerdo, ya que añadir valor a tu existencia es parte de los objetivos a cumplir mientras seamos pasajeros en esta tierra amada. Pero, ¿qué pasó con el VACÍO…aún sigue estando allí? Si has alcanzado casi todos tus objetivos en la vida, ¿Por qué sigue estando allí? Quizá tienes mucho dinero y propiedades, pero el VACÍO no se aparta de ti…

¿Quieres saber cómo llenarlo? Hablaremos de ello en la próxima columna de SINESTESIA. “Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.” Salmo 45:1 “Deja que el arte navegue en las aguas de tu mente y desciendan como cascadas a tu corazón.” Yehoshua (Jesús) Villarreal