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PROVERBIOS: LA MENTIRA

“Un testigo fiel no mentirá, mientras que quien pronuncia mentiras es un testigo falso.” Proverbios (Mishlé) 14:5

Pacientemente la Mentira espera enquistada en las pantanosas y putrefactas entrañas de la serpiente antigua para escapar por las campanillas infernales del sonido de su voz, y de esta manera mostrarse por vez primera a toda la creación, como la primera mentira que a toda voz se escuchó en el Gan Edén. Este sofisma se repite una y otra vez desde entonces hasta el día de hoy... Margaret Thatcher dijo: “Un comunista cuando habla miente; cuando calla encubre; cuando tiene poder roba; cuando pierde el poder destruye. Así han construido su historia.”


Veamos los dichos que escupe la pérfida, inveterada y discordante serpiente:


“Y dijo la serpiente a la mujer: morir no moriréis; antes bien, Di-s sabe que en el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Di-s, conocedores del bien y del mal.” Génesis (Bereshit) 3:4-5


La consecuencia de esta vil mentira fue lo que desató y quebró la ley de la inmortalidad que revestía a esta pareja y las generaciones venideras, ya que el ignorar el designio de Di-s llevó a Adam y a Java a quebrantar y romper así el cristal dorado de la verdad que cubría nuestra inmortalidad.


La Verdad fue desterrada del corazón de Adam y Java, quienes aún no entendían lo que habían desatado, y todo lo que se tejió alrededor de sus vidas como icónica pareja milenaria. A partir de ese día la Verdad comenzó su interminable caminata hacia la diáspora en busca de nuevo hogar; ya que el primer hogar le fue arrebatado por la insidiosa Mentira, que se alojó en lo más profundo de los corazones de Adam y Java para seguir multiplicándose por miríadas de generaciones. Y así la desolada Verdad siguió tocando las puertas de los corazones, sin que estos se inmutaran para dejarla entrar.


Por otro lado, la Mentira vestida de traje sin luz, de negro marfil; cabalgaba y se pavoneaba sobre los lomos azabache de largos crines del caballo color de noche sin luna. La engañifa Mentira corrió hacia su centenario armario de 5.784 años de disfraces, y parada frente a él musitó: ¡Uummm! ¿Qué disfraz me pongo para hoy? Y de repente miró hacia el rincón del ruinoso guardarropa y dijo a toda voz: ¡Este es perfecto!!! ... el disfraz de “Bondad” de blanco lino, con bisuterías mezquinas, collar de falsas perlas y fragancia de frecuente perdición. ¡Perfecto, perfecto! ¡Ahhh! Pero me falta lo más importante, la mascara de “Misericordia”, con ella ni se enterarán estos “dormidos” seres humanos, que se lo creen todo... y no creen en nada.


La Mentira miraba a la Verdad con ojos de saeta y punta de hierro impregnada de una alta dosis de pócima de envidia, al tiempo que esperaba que la Verdad iniciara la conversación, más ella, verdadera verdad, callaba en el susurro del silencio pertinente. Mientras tanto, la Mentira impaciente como siempre, daba rienda suelta y liberaba un cumulo de emociones sin freno contra la paciente Verdad.


- Rápidamente la Mentira preguntó a la Verdad de manera irónica: ¡Mira tú, que dices la verdad! ¿Cuántos seres humanos han abierto las puertas de sus corazones para dejarte entrar y darte alojo?


- La Verdad, con un dejo de tristeza, bajo la cabeza, guardó silencio por tres segundos, y luego la levantó y le dijo a la ominosa Mentira: “Ninguno... pero pronto todos la abrirán y sin necesidad de tocar a su puerta, me invitaran a pasar a comer y morar en medio de ellos como en el principio de los tiempos fue”.


- La Mentira soltó una carcajada y con tono burlesco le dijo: “¿Sabes cuando...? ¡Cuando florezcan las amapolas!”


- Y con el tono de paz perpetua que caracteriza a la sabia Verdad, esta le respondió a la estresada Mentira: ... Esa bella flor - la amapola - representa un exquisito recuerdo; memoria antigua y perecedera que va más allá de un simple aforismo aldeórrico. Ella florece en medio de las vicisitudes y avatares de la vida, está más presente en las cruentas batallas libradas en los campos donde esta arrecia y la vida parece un imposible irresistible; entonces: ¡ellas florecen regadas con el sudor de la frente de los valientes caídos que van al frente, y su sangre derramada, agua y sangre, se vuelven una. Entonces el alma de los soldados caídos florece, “cuando florecen las amapolas”. Así aconteció en la primera guerra mundial y en cada guerra acaecida, aseveró la brillante Verdad.


- La cara enrojecida de la vil Mentira se puso de todos los colores por la afrenta de sabiduría recibida. Fue como una cachetada sin acción de parte de la dulce y delicada Verdad. Llena de ira y sin poder contenerse, la Mentira le grito: ¿Sabes que? ¡Tú eres una pobre desterrada, una pobre inmigrante a quien nadie quiere abrirle las puertas! Yo soy más grande que tú, a mi me abren todas las puertas los seres humanos, como y vivo con ellos y, además, les hago creer que tienen la verdad, que te tienen a ti y no saben que todo es mentira, que tú estas bien lejos de ellos. Y ahora, ¿Qué me dices? aburrida Verdad.


- Te comparto algo que sé que no te va a gustar, replicó la Verdad. Hay alguien más grande que tú y que yo, Sus palabras son más agudas y cortantes que espada de doble filo. Que Su justicia será no sólo para este planeta que habitamos hoy, sino toda la creación en pleno; galaxias, constelaciones, sol, luna, agujeros negros y todo lo creado e increado; que impartirá Su inescrutable justicia Divina y reinara por siempre y por todos los siempres. Y yo, la Verdad, estaré ahí con Él y dentro de Él, por ahora y para siempre, y también moraré dentro de los seres humanos y todos serán libres. Y mientras, tu llanto sin consuelo estará. Su nombre es, Su Majestad elegido, Yehoshúa HaMashiaj.


Escrito está:


“Y conoceréis la verdad y la verdad os libertara.” Juan (Yohanan) 8:3


Y también dijo:


“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan (Yohanan) 14:6


Por tanto, de esta manera seremos redimidos del pecado original y nos será devuelta la inmortalidad, primer diseño Divino para la humanidad y el cual perdimos por la desobediencia de Adam y Java. Por concepto original, por el inalcanzable poder de Su Misericordia, Él revirtió la situación: un hombre que nació mortal se hizo inmortal, Yehoshúa HaMashiaj, por el plan del Eterno muere en el madero para resucitarlo y así restituir el primer Plan Divino: la inmortalidad.




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