“Que a todo mandamiento guarde tu corazón, porque de él salé la vida.” Proverbios (Mishlé) 4:23
Bálsamo de vida y fragancia existencial es todo mandamiento que sale de la boca del Eterno. Palabras que vuelan con alas de voz perpetua, alimentan mis sentidos y los preñan del néctar de Su Presencia. Pan de vida anuncian Tus mandatos y acarician mis oídos con el plumaje de colores musicales de pavo real.
Mi tamborilero corazón con su ritmo sincopado pregona la nueva lluvia que no sabe tardar, porque el Caminante que va adelante, no puede parar; Caminante que un día susurró a la ventana de mi oído: “¡Yo iré delante de ti, ...!” Isaías (Yeshayahu) 45:2
Como cuarto de habitación reposa el respiro del sonero del tiempo, alma de percusión latina toca una y otra vez sin descanso los tambores de paz que eclipsan la guerra, corren y escapan de la corazonada soledad, que se vuelve uno contigo; cuerpo y alma; alma y cuerpo; que aprende a volar, y el alma que se vuelve piel...
Los mandamientos son los enseres que todo viajero debe portar en su maleta, donde quiera que vaya. Su equipaje lleno de verbos, sujetos y predicados por contar, se sustentan en sustanciosos sustantivos, repletos de preposiciones y proposiciones que anuncian al predicado por declarar, haciendo eco al ancestral Pacto, cargado de artículos, puntos importantes, pronombres que se nombran, comas por ingerir, paréntesis en el tiempo, corchetes para un Le Jai (Brindis por la vida). Y siempre le acompañan el género masculino y femenino – él y ella – varón y hembra los creo*...y nadie más. Números que cuentan la conjunción del singular y el plural de la vida; adjetivos determinantes más allá de la horizontalidad y verticalidad de la existencia. Tiempos pluscuamperfectos bajo la potestad de Aquél que es el origen de todos los orígenes. Su singularidad mora en medio de la pluralidad de toda la cosmogonía creada e increada, de las fuerzas cósmicas que lo llaman: ¡El Singular!
He aquí que con los salmos de tu siervo David te glorificaremos, oh Eterno Eloha nuestro y te daremos la honra debida a Tu nombre para recordarlo en todo momento, oh rey y Eloha nuestro, el Singular, que vive eternamente, alabado y glorificado es tu gran nombre por toda la eternidad.
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