PARASHA Jukat (Estatuto) - Números 19:1-22:1
Haftará: Shoftím (Jueces) 11:1-33
Código Real (NT) Yojanán (Juan) 11:1-12:50
La parashat para este Shabat se llama Jukat, que significa: Estatuto, Ordenanza o mandamiento que es difícil de entender; pero aún si no lo entiendes, así y todo lo debes obedecer para ejecutarlo.
Recordar amadas que en Sinaí el pueblo de Ysrael cuando recibieron la Torah le dijo al Eterno:”Haremos y entenderemos”:
El Eterno le dice a Moshéh que el sacerdote Eleazar haga el sacrificio de una vaca bermeja, (roja) completamente, sin defecto alguno y que no se puso sobre ella yugo. La sacará fuera del campamento para ser degollada el sacerdote, será quemada toda ella con su piel, su carne, y su sangre con su estiércol y se lavará su cuerpo y sus vestidos y después vendrá al campamento y quedará impuro hasta el anochecer; lo mismo hará el que la quemare.
Otro hombre puro cogerá las cenizas de la vaca y la dejará fuera del campamento en un lugar puro y también este hombre lavará sus vestidos y será impuro hasta el anochecer.
Estas cenizas servían para purificar al que tocare un cuerpo muerto de cualquier persona, también el que entrare en la tienda donde esté el fallecido o en el campo, aún si tocare un hueso del fallecido, será impuro por siete días.
Se purificará el tercer día y el séptimo con las cenizas de la vaca roja, ya que si no se purificó, el Tabernáculo del Eterno impurificó y será cortada esa alma de Ysrael.
La vaca bermeja del todo quemada fuera del campamento, apuntaba a Yeshúa, examinado antes de su muerte por los principales sacerdotes y por el sanedrín; murió también fuera de Yerushaláim, y ese sacrificio sirve para perdonar los pecados intencionales de una vez y por siempre a favor de aquellos que reconocen que fue una ofrenda del todo quemada, como la vaca, ya que de su costado salió sangre y agua. Sangre para perdonar el pecado intencional y agua que purifica al que está impurificado (sucio), como el caso del que estuvo al lado de un cadáver o lo tocó.
Yeshúa antes de partir de este mundo de aquí abajo, le dijo a sus talmidím:”Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”.
La máxima impureza que se transmite a una persona, es al tocar el cadáver de una persona muerta.
También se nos relata la muerte de Miriám en Números 20:1; Aconteció en el desierto de Shim, en Kadesh el diez del mes de Nisán, y enseguida nos relata el versículo 2; Entonces no hubo agua para la congregación.
Ese entonces, quiere decirnos que al morir Miriám, cesó el agua para la congregación. Mientras Miriám vivía, por su mérito, un manantial de agua acompañaba a Ysrael en toda la travesía por el desierto. Cuando ella falleció, el manantial desapareció.
La congregación fue a Moshéh para que les diera agua y el Eterno le dijo que le hablara a la roca y ella daría agua, pero Moshé golpeó la roca y aunque brotó mucha agua, ya sabemos el desenlace para Moshéh y Aharón Números 20:12,13; Entonces dijo el Eterno a Moshéh y Aharón: “Por cuanto no han confiado en Mí, para santificarme a los ojos de los hijos de Ysrael, no introduciréis vosotros a esta congregación a la tierra que entregué a ellos. Estas son las aguas de Meribá (querella) por las cuales habían contendido los hijos de Ysrael con el Eterno, y se santificó en ellos.
Mucho tiempo después el apóstol para los gentiles les dirá a los Corintios 10:1-4; Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que todos vuestros padres estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y en Moshéh todos fueron inmersos ritualmente en la nube y en el mar; (esta nube los acompañaba en el desierto por los méritos de Aharón);
Y todos comieron el mismo alimento espiritual; (El man o mana, que en toda la travesía por el desierto caía todos los días, el Eterno se lo concedió en honor a los méritos de Moshéh);
Ver 4; Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Mashíaj.
Partieron de Kadesh donde murió Miriám y llegaron al monte Hor y allí falleció Aharón. Moshéh nos dice el relato por orden del Eterno, le quita las vestiduras de esplendor y se las pone a su hijo Elazar y allí en la cumbre del monte, viendo la tierra de Canaán, fue reunido con sus padres y toda la casa de Ysrael, lloró a Aharón treinta días.
Nuestros mayores nos han enseñado que la palabra casa incluye también a las mujeres que se vieron afectadas en la misma medida que los hombres por la pérdida de Aharón; pues él intermediaba con éxito para hacer la paz cada vez que había un altercado entre marido y mujer.
Dos grandes Tzadikim nos dejan en esta porción de la Torah para este Shabat; dos grandes pérdidas que vemos reflejadas en la congregación; Miríam que al partir cesó el agua para los hijos de Ysrael y Aharón, que con su muerte la protección de Ha Shem en forma visible de nube se fue y el rey kenaní vino y guerreó contra Ysrael y les cogió cautivos.
Valoremos, amemos, recemos y respetemos a los grandes tzadikím que nos lideran mientras el Eterno los tenga en este mundo para que no nos falte la protección de HaShem.
Con el permiso del cielo, por los méritos de nuestro santo maestro Yeshúa Ha Mashíaj y bajo la autoridad del rabí Dan y la Rabanit Yehudit y el permiso de mi esposo, el shaliaj Kefa, sobre ellos sea la bendición.
Hermosa bendición que HaShem nos da cuando tenemos en esta tierra a cada Tzadik. Permita el Eterno nos use como vasos de aceite fragante para bendecir a los demás. Shabat Shalom aleijem!