Éxodo 33:12-34:26
Jag Sameaj Pesaj para todas las mujeres que aman al Eterno y guardan sus mandamientos.
Una vez que pasamos la noche de la redención, porque no olvidar que todas las que hemos venido al llamado del Eterno para unirnos al pueblo de Ysrael, estábamos ya en Su plan profético, celebrando la redención en los lomos de aquellos que salieron por Su gracia de las garras de esclavitud del faraón, ya sea de Egipto, o el faraón de este siglo, a la libertad para llevarnos al Sinaí, como le dijo el Eterno cuando llamó en la zarza a Moshé Exodo3:12: Ve saca a los hijos de Ysrael y tráelos a este monte para que me sirvan.
Pasada la noche de nuestra redención y en el amanecer hermoso del nuevo día, caminamos de la mano no de Moshéh, sino de Yeshúa nuestro segundo y más grande redentor, porque proféticamente estábamos en los lomos de aquellos, ya sea israelitas, o de los añadidos que salieron; y vamos camino al monte donde se inclinó como nunca antes, La Mercabá (trono del Eterno) con gran poder y gloria.
Fue tanta la majestuosidad que el monte tembló ante la Presencia grandiosa que allí se manifestó.
Como dice Tehilím (Salmos) 114:7; Delante del Eterno tiembla la tierra; delante del Eloah (Di-os) de Yaacov (Jacob).
Y allí se nos dio la Torah o manual de instrucción, para vivir en este mundo sirviendo a nuestro Creador que nos redimió a través de Su enviado Yeshúa, ya que Ha Shem no puede revelarse en toda su Kavod (Gloria), porque este cuerpo mortal a causa del pecado del Edén, no está diseñado para resistir Su Presencia.
Es por eso que seremos revestidos con un cuerpo semejante a la gloria suya y veremos al que nadie ha visto, ni puede ver en este mundo.
Allí en Sinaí se nos dio la instrucción o mandamientos para practicarlos viviendo en este mundo de aquí abajo, si queremos vivir en el mundo por venir, o de la excelencia.
Entre esos mandamientos tenemos que practicar por mandato Divino en este tiempo, las fiestas del Eterno, según Levítico 11; y según Shemot (Éxodo) 34:18: La festividad de los panes ácimos cuidarás; siete días comerás pan ácimo, para la fecha del mes de la primavera que se corresponde con este mes de Nisán o este año, finales de Marzo y comienzos de Abril.
La conexión de la redención a la entrega de la Torah, no puede ser separada.
Cuando el Eterno los redimió, teníamos una mente obtusa o de esclavos, donde nuestro dueño nos impedía pensar como libres; es por eso que el Eterno nos dice: Contaréis siete semanas.
En este conteo, día tras día, hasta llegar el día cuarenta y nueve, nos vamos elevando y formando en nosotras una mente dispuesta para poder entender y una santidad apropiada ante la revelación que se nos dará el Dio cincuenta, conocido como Shavuot (Semanas) o la Entrega de la Torah.
Para nosotras en estos últimos tiempos guardando la fiesta de Pesaj, que nos conecta a shavuot, o la Entrega de la Torah. Nos permite recordar: El Eterno nos redimió para un propósito extraordinario, si en el proceso de tiempo que nos queda de vivir redimidos, acatamos con amor y sumo gozo la Torah en toda nuestra manera de vivir, ya que si así lo hacemos, veremos al que nos redimió del pecado en Su última y gran manifestación como Mashíaj, ya coronado de gloria, viniendo a por el fruto de su sufrimiento, como nos relata Visiones de Elohím (Apocalipsis) 14:12; En esto será mostrada la perseverancia de los Kedoshím (santos):
Los que guardan los mandamientos del Eterno. Y la fe que tuvo Yeshúa.
Con el permiso del cielo, bajo los méritos de nuestro santo maestro Yeshúa Ha Mashíaj y bajo la autoridad del rabí Dan y la Rabanit Yehudit y el de mi esposo, el shalom sea sobre ellos.
Que disfrutéis de la fiesta de nuestra redención todas mis amadas.
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