En la unidad de diferentes ideas se llega a una feliz armonía.
Shalom mis corazones.
En un Beit Hasefer (salón de clases) de Torah había muchos niños opinando para incrementar con mejor material su salón de Torah. Estos niños de Torah organizaron una mesa de trabajo donde cada uno aportó su idea, ellos querían ver su salón más conceptualizado y le pidieron ayuda a su Morah, está señorita a su vez, sin dudarlo se sentó con ellos en la mesa y empezó a prestar atención a cada petición.
La Morah tomó su libreta de apuntes y empezó a escribir cada punto, pero ellos también querían tener una pequeña autoridad en las áreas correspondientes a su salón, pero que nadie interrumpa a nadie y respetando el trabajo de cada quien.
Una vez terminada la reunión, le dijeron a su Morah que hiciera respetar los acuerdos de la reunión, la Morah muy orgullosa de sus niños hizo un cartel muy grande escribiendo cada aporte y quién iba a trabajar en cada área correspondiente.
Ellos muy contentos aplaudieron lo que hizo su Morah y desde ese momento comenzaron a aplicar todo lo hablado. Estos niños sintieron un cambio muy positivo en su área de Torah y sintieron una bendición muy grande y bonita de parte del Eterno, porque vieron que tomaron en conjunto decisiones y fueron tomados en cuenta y respetando las ideas de todos.
Moraleja: Todos tenemos derecho de opinar y de que sea respetada nuestra voz.
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