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Parasha 34 Bamidbar

Actualizado: 6 jun

Esta porción de la Torá se llama bamidbar y significa en el desierto. Con esta porción abrimos las lecturas del libro de Bamidbar/En el desierto.

En esta parashá, primera del libro Bamidbar, habiendo transcurrido trece meses desde la salida de Egipto, el Eterno ordena a Moshé y a Aharón realizar un censo de toda la congregación de Israel, tomando en consideración a los varones mayores de veinte y hasta sesenta años. Eran todos los aptos para cumplir sus obligaciones con el ejército.


De acuerdo con este censo, la cifra de varones para cumplir el servicio del ejército, era de 600,550 (seiscientos mil quinientos cincuenta) hombres. Fueron censadas las tribus de Reubén, Shimeón, Gad, Yehudá, Issajar, Zebulún, Iosef (por sus hijos Efraim y Menashé), Binyamín, Dan, Aser y Neftalí. La tribu de Leví fue excluida del censo ya que su misión era cumplir funciones en el Mishkán.


El Todopoderoso indicó cómo debía ubicarse físicamente cada tribu, respecto al Mishkán.


  • Así al oriente del Santuario, debían acampar las tribus de Yehudá, Issajar y Zebulún.


  • Hacia el sur debían acampar las tribus de Reubén, Shimeón y Gad.


  • Hacia el occidente, las tribus de Efraim, Menashé y Biniamín.


  • Hacia el norte, las tribus de Dan, Aser y Neftalí.



El campamento tenía forma de cuadrilátero y el Mishkán en el centro. Posteriormente, El Eterno ordenó a Moshé censar a los primogénitos los que luego fueron sustituidos por los levitas y también detalló las obligaciones de los hijos de Kehat (de la tribu de Leví) para el Santuario.


Este es, a grandes rasgos, el tema de la parasháh para este Shabat.


Comentarios:

Nuestra parasháh inicia diciendo:


“Vayedaber Adonay el-­‐Moshe bemidbar Sinay be'Ohel Mo'ed be'echad lajodesh hasheni bashanah hashenit letsetam me'erets Mitsrayim lemor”. ( 1:1)


Y habló el Eterno a Moisés en el desierto de Sinay, en la tienda de asignación, el día primero del mes segundo, en el segundo año de haber salido (los hijos de Israel) de la tierra de Egipto, diciendo:


La pregunta es: ¿Por qué la Torá fue dada específicamente en el desierto?


Veamos algunas razones:


  1. El desierto es gratis.


¿Qué significa esto?


Que así como el desierto es gratis - nadie va a quejarse si conduces dentro del desierto y te llevas dos toneladas de arena -­ así también la Torá es gratis: Nadie va a impedirte venir, sentarte y estudiar tanta Torá como tengas ganas...


  1. Porque para que una persona aprenda Torá, debe liberarse de toda distracción.


Vaciarse hasta que quede desposeída como el desierto.

"UN MOMENTO, recién me dices que la Torá es gratis. Ahora me están diciendo que me va a costar todo lo que tengo, y que tengo que abandonar todo y ser como el desierto. ¿Cuál es la respuesta cierta? "


"Son ambas; la Torá es libre, todo el mundo puede disfrutar de la incomparable fascinación intelectual de aprender Torá, pero si quieres que la Torá te cambie -­‐te eleve y te refine-­‐, entonces debes estar preparado para liberar tu vida de toda distracción y convertirte en un desierto para que la Torá florezca en él.


Este es el precio que hay que pagar para aprender la Toráh. No puedes aprender Toráh durmiendo en tu cama. No puedes aprender Toráh viendo televisión. No puedes aprender Toráh yendo a Disney World. Para aprender Toráh se requiere que uno haga ciertos sacrficios y ciertos ajustes en la agenda diariamente, para aislarse como un desierto y estudiar la Toráh.


Venir a la bet keneset dos o tres veces por semana para estudiar Toráh es la manera formal en que te vas convirtiendo en un desierto donde la Toráh puede florecer y elevar tu vida y llevarte a aguas mansas donde reconfortar tu alma y darte las instrucciones para que tengas luego éxito en todo lo que emprendas como ella misma promete: “Será como árbol que crece junto a corrientes de aguas, que da fruto a su tiempo y hoja no cae, mas bien todo lo que hace prosperará”.


¿Por qué el desierto? Ten en mente esto:

Que la parasháh nos diga "en el desierto de Sinai", indican que Di-­‐s, ex profesamente, intencionalmente, eligió un desierto en el cual entregarnos Su Toráh.


Hay varias razones adicionales de por qué Di-­‐s prefirió un desierto a tierra habitada.


Quiero compartirte las siguientes: Piensa en esto:

  1. Alguien lo ha dicho: En el desierto no hay ni oficinas, ni fábricas. Si vives en el desierto, lo más probable es que no tengas trabajo. No tendrás jefes diciéndote lo que hacer, ni empleados bajo tu mando.

  2. En el desierto no hay barrios, por lo que nunca vivirás ni en la mejor ni en la peor zona de la ciudad.

  3. No hay centros comerciales ni supermercados, por lo que tu único alimento será el Mana, y te calzaras los mismos zapatos durante 40 años.


Esa es la razón por la cual, según nuestros sabios, Di-­‐s nos dio la Toráh en el desierto.


Si nos hubiese entregado la Toráhh en Wall Street, El tendría que haber dispuesto una comisión directiva y a un CEO ( director general).


Si nos la hubiese entregado en la Tierra Santa, El tendría que haber decidido si la quería entregar en la religiosa Jerusalem, o en la mística Safed o en la tecnológica Tel Aviv.


O quizás El prefería entregarla en un Kibutz o en un asentamiento sionista.


HaShem decidió que la Toráhh no tenga accionistas, ni estructura corporativa, ni social, ni política. En realidad no quería que tuviese ninguna estructura.


Solo la Toráh y nosotros. Piensa en esto:


  • Si la Toráh hubiera sido entregada en Eretz Israel, sus habitantes alegarían una relación especial con la Toráh.

HaShem habló a los hijos de Israel en un lugar donde todos disfrutaban de libre acceso a fin de instruir que todo hijo o hija de Israel que tiene una parte y obligación en la Toráh igual que el resto.


  • Revelando la Toráh en el desierto, Di-­‐s nos enseñó que a fin de volverse grande en estudio, uno debe hacerse a sí mismo como un desierto-­‐ eso es, hefker, sin dueño.


Estas palabras implican:


  • Al igual que un desierto es libre para todos para pisar sobre él, así un hijo de Israel debe ser humilde.


Humildad es la conciencia de la propia pequeñez de uno. Es una virtud necesaria para tener éxito en el estudio de Toráh y para una vida feliz en este mundo. De todas es conocida la frase de nuestro Santo Maestro: “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”, porque “Elohim rechaza a los soberbios pero da gracia a los humildes” y también está escrito: ¨Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a Mi palabra”.


  • "Volviéndose como un desierto" también implica que un hijo o hija de Israel debe estar listo para sacrificar el confort material por la Toráh.


El concepto de "desierto" sugiere lo opuesto de civilización con su confort y lujos materiales.


Un creyente puede tener la esperanza de progreso en el estudio de Toráh y cumplimiento de mitzvot sólo si él está preparado para hacer sacrificios en cuestiones mundanas.


Una característica adicional del desierto es su vaciedad.


El intelecto de un hijo de Israel debe ser como el desierto, libre de elementos extraños, antes de que pensamientos de Toráh puedan enraizarse en él.


En realidad una vez que Elohim vio que entendimos el mensaje -­‐ que la Toráh no es producto de una era en particular, ni ámbito cultural, y que es posesión absoluta e inequívoca de cada uno de nosotros-­‐ El nos envió a las ciudades y pueblos de Su mundo, a las granjas y mercados, a las universidades y a los edificios de oficinas. El nos dijo que ahora que El hizo su parte, ahora es nuestro turno de hacer a la Toráh relevante en el contexto de nuestros lugares y ambientes.


Nuestro Santo Maestro nos ordena ir por todo el mundo y hacerle discípulos entre todas las naciones, esto implica nuestra responsabilidad de recorrer toda la tierra y llenarla con el mensaje de la Toráh que es el mensaje de nuestro Santo Maestro. Sus palabras se transforman en un gigantesco imán que atraerá a sí a todos los hijos e hijas de Israel que están fuera de los pactos y promesas dadas a nuestro pueblo.


Esta ordenanza también tiene aristas especiales para alcanzar a los no judíos, pues ya ha sido establecido que el judaísmo tiene una provisión para los creyentes de origen gentil (Siete Mandamientos Universales) y que forma también parte del legado mesiánico alcanzarlos y educarlos para que abandonen sus ídolos y se conviertan de corazón al Elohim de Israel.


Precisamente el cuarto libro del CR que estamos comenzando a estudiar en este Shabat previo a Shavuot nos habla de esta gran mitzvá, pues “de tal manera amó Elohim a los gentiles que ha enviado a Su Hijo (Mesías) para que todo aquel que en él cree (su mensaje y méritos salvíficos) no ser pierda, mas tenga una parte en el mundo por venir”.


El tema del amor de Di-­‐os por el pueblo hebreo no es nada nuevo. Sabemos que Dios nos ama con amor eterno. Los que ignoran de este amor son precisamente las naciones gentiles, sin pactos ni promesas, sin esperanza y sin Elohim en el mundo. A ellos también tenemos que alcanzar con el mensaje de la Torah, un mensaje dado en pleno desierto, traducido a todas las lenguas conocidas de entonces, de un valor universal único en su clase para la redención de todos, judíos y no judíos por igual.


Esta es la primera lección que aprendemos de esta parasháh: La importancia del desierto y la sabiduría de Di-­‐os al darnos la Toráh no en Eretz Israel, sino en pleno desierto.


Finalmente, el desierto es un lugar asociado con serpientes y escorpiones, con demonios y poderes de las tinieblas. Yeshua fue llevado por el Espíritu al desierto ¿para qué? Para ser tentado por hasatán. El desierto representa el mundo de las tinieblas.


Al dar la Toráh en un lugar así, se nos envía un mensaje glorioso: no tengamos temor a las serpientes y a los escorpiones, no tengamos temor de los espíritus inmundos asociados a estos lugares, cuando la Toráh llega, la luz reina y las tinieblas huyen.


“Lárgate de mí hasatán, le dijo el Maestro, porque escrito está en la Toráh: “Al Eterno tu Di-­‐os temerás y a él solo servirás”.


¿Y qué tuvo que hacer hasatán? Tuvo que dejarlo. Lo mismo será contigo.

Sea un New York o en Londres, sea en Miami o Atlanta, Maracaibo o Buenos Aires, cuando sembramos en estos lugares la Toráh, cuando levantamos la Toráh, cuando vivimos la Toráh, las serpientes y escorpiones huirán porque las tinieblas no pueden resistir la luz.


No te fajes con las tinieblas, pero asegúrate de encender una luz.


Tu mejor defensa contra las tinieblas es la luz. No le temas a las tinieblas, no le temas a New York o a Londres, solamente asegúrate de llevar contigo y encender contigo la luz de la Toráh, la luz de Mashiaj, la luz de la redención.

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que al ver vuestra obediencia a la Toráh (buenas obras) traigan honor a vuestro Padre en los cielos”.


Segunda lección: El conteo de la tribu de Leví ( 1:2,3 Vs 3:14,15)


La primera porción, Bamidbar, comienza con una discusión de números. El Eterno le dijo a Moshé que contara a la nación judía.


“Haced el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus tribus, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, todo hombre cabeza por cabeza; de edad de veinte años para arriba, “ kol-­‐yotse tsava beYisra'el” todos los que pueden ingresar al ejército en Israel, tú y Aarón los contaréis por sus huestes”. ( 1:2,3).


Esta cuenta incluye todas las tribus, excepto la de Leví.


Ellos estaban reservados para una cuenta separada. Y su número no era de los hombres a partir de los veinte años y más. Se inició con un equipo mucho más joven.


Capítulo 3: 14, 15 dice:


“Vayedaber Adonay el-­‐Moshe bemidbar Sinay lemor. Pekod et-­‐beney Levi leveyt avotam lemishpejotam kol-­‐zachar miben-­‐jodesh vamalah tif-­‐ kedem”.


“Y habló el Eterno a Moisés en el desierto de Sinay, diciendo: cuenta a los hijos de Leví por sus casas paternas, por sus familias; contarás a todos los varones de edad de un mes para arriba”.


Observa que a la hora de contar el resto de las tribus, se comenzaba a los 20 años de edad. Pero a la hora de contar la tribu de Leví, desde los 30 días de nacido.


La cuestión es obvia. ¿Por qué los levitas, desde los 30 días, son contados? ¿Por qué los bebés pequeños incluyen el recuento? ¿Por qué los bebés de los levitas son contados y no los bebés del resto de las tribus?


No solamente esto, la Torá además, hace una diferencia entre el número de levitas y el resto de la nación.


Mirad el capítulo 3: 32:


“Unesi nesi'ey haLevi El'azar ben-­‐Aharon hakohen pekudat shomrey mishmeret hakodesh”.


Quiere decir: “El principal entre los príncipes de los levitas será Elazar, hijo de Aarón el (sumo) sacerdote, el cual tendrá la administración de los que hacen la guardia del santuario”.


La expresión hebrea: “ shomrey mishmeret hakodesh” se puede traducir de otra forma también, como por ejemplo: “Será responsable de supervisar la carga de la santidad”.


Observa que esto no fue un censo con fines militares.


Fue un conteo para asignar a los guardianes a cargo de la santidad. Tenía que comenzar desde los 30 días de nacido.


¿Por qué la Toráh cuenta a los levitas a partir de los 30 días de nacido y el resto a partir de los 20 años?


La respuesta es que para los asuntos mundanos, a partir de los 20 años debe un hijo de Israel tener su oficio.


Pero para formar el carácter de la Toráh, hay que comenzar desde los primeros días de nacido.


¿Por qué la mezuzá la colocamos en el tercio más alto de una puerta?


Cuando vamos a poner una metzuzá, los judíos tenemos que dividir la puerta en tres secciones y colocar la mezuzá en el tercio más alto.


¿Por qué?

Tal vez la siguiente historia nos ayude a comprender esto:


Sucedió una que vez que un gran rabino fue invitado a visitar una escuela. Después de un impresionante recorrido, en la que se entrevistó con profesores y estudiantes el director de la escuela le mostró al rabino a los niños más pequeños del centro.


Los llevó a sus aulas y para sorpresa del rabino, la mezuzá fue colocada en el tercio más bajo de la puerta.


El principal le explicó al rabino diciendo: "De esta manera, los niños serán capaces de llegar fácilmente a la mezuzá, y besarla."


El rabino sonrió y dijo con al principal con mucho cariño:


"No debemos bajar la mezuzá, para que los niños puedan alcanzarla y besarla, todo lo contrario, debemos ponerla en alto para forzarlos a estirarse y alcanzar la meta de lo que aquí está esrito. Los niños deben llegar más alto, aunque tengamos que ponerle una pequeña escalera para que la alcancen o levantarlo en nuestros brazos. Nunca bajen la mezuzá, pónganla arriba y que ellos se estiren y la alcancen”.


¿Entendimos el mensaje?


Tratándose de asuntos mundanos, 20 años para arriba es la edad cuando las personas se dedican a sus profiones y negocios, pero en asuntos del alma, debemos comenzar desde los 30 días de nacido…


Así pues, la diferencia entre el recuento de los levitas y el resto de la nación es muy clara.


La nación fue, en su conjunto, contados ", de acuerdo a sus legiones, para fines militares" los levitas fueron contados por su trabajo de "guardianes de la carga de la santidad."


A pesar de las legiones se cuentan en una edad de combatir, nuestros hijos, los guardianes de la santidad de nuestra nación, se deben contar lo antes posible.

La tribu de Leví representa nuestro liderazgo.


¿Cómo esto puede aplicar a nosotros?

Piensa en esto:


La tribu de Leví dedicada al trabajo del tabernáculo fue temporal y accidental.


En realidad, eran los primogénitos los que se ocuparían de esa misión.


Sin embargo, debido al pecado del becerro de oro, la tribu de Leví fue escogida en lugar de los primogénitos.


Pero al principio no fue asi. Al principo la idea de Di-­‐os es que todo Israel fuera una nación sacerdotal como está escrito en la Toráh.


En efecto, antes del evento de Shavuot, Di-­‐os le dijo algo único a nuestro pueblo según está documentado en Shemot 19:6.


“Ve'atem tiheyu-­‐li mamlejet kohanim vegoy kadosh" “Ustedes me serán un reino de sacerdotes y gente santa”.

Y esto está en línea con lo que encontraremos luego en el Código Real, en el libro Mar’ot Elohim (Revelaciones) lo siguiente:


“Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su neshamáh, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”.


En otras palabras, en Mashiaj se alcanzará la meta original de la Toráh que todo Israel sea un reino de sacerdotes y gente santa.


Desde entonces, por el mismo principio, todo el que se dedica a tiempo completo a la enseñanza de la Toráh, es considerado como si fuera un levita.


Esta es la enseñanza de nuestra Mishná Netzarita.

1000 años después, Maimonides, el gran maestro y codificador judío-­‐ español de la Toráh nos dirá:


"Hoy en día, todos los que aceptan el liderazgo de la Torá (para educar con ella al pueblo), es considerado como un miembro integral de la tribu de Leví!"


En otras palabras, debemos educar a nuestros hijos en el camino de la Torah y en el camino de la santidad desde los primeros días de su vida en esta tierra.


¿Qué figura usa la toráh para tomar un censo? Dice: “Levantarás la cabeza”.


“Levantar la cabeza de nuestros hijos desde sus primeros días de nacido para instruirles en los mandamientos de la Toráh”.


El mensaje es claro:


Los padres somos los responsables de insuflar en el alma de nuestros hijos, aun desde pequeños, los grandes valores de nuestra fe hebrea.


Aunque no puedan aun llegar por sí mismos a la altura de una mezuzá, usemos una escalera, usemos nuestros brazos, pero levantemos nuestros hijos, iniciemos desde temprano, a enseñarles los principios de la Toráh.


Experiencia personal

Permítanme contarles una experiencia personal que podría servir de inspiración para todos.


Cuando mi hija Neajama cumplió sus 18 meses, mientras hacíamos en casa el kidush de Shabat, llegó la sección de la bendición de los hijos.


Así que dije: “Ahora vamos a bendecir a los hijos”.

Nuestra hija Nejamah con solo 18 meses de nacida, nos sorprendió a todos poniéndose su dos manitas en la cabeza, exactamente como papi la bendice a ella….


Y eso no fue todo, luego de la bendición de los hijos viene la purificación de las manos entonces digo: “Netilat Yadaim”… para nuestra sorpresa, Nejamah levanta sus dos manitas hacia el cielo como se exige para la oración del lavado de manos…


¿Cómo lo aprendió? Nunca le enseñamos directamente tales cosas…

¿cómo lo aprendió?


Cada Shabat ella está con nosotros aprendiendo Toráh… aun desde pequeñita, su primer shabat en esta tierra fue en el hospital donde nació a los dos días de nacida… le hicimos la berajá y le hicimos netilat yadaim… a los dos días de nacida…


Para instruir en la guerra la Toráh pide que la persona tenga 20 años cumplidos… para instruir en la Toráh, desde los primeros días de nacido.


Todos llevamos en nuestra neshmah dos tribus, la tribu de Judá y la tribu de Leví.


Para los aspectos mundanos, la tribu de Judá se cuenta a partir de los 20 años. Es decir, cuando un joven llega a los 20 años, debe estar listo para asumir las responsablidades de la vida secular.


Para los aspectos de la santidad y la Toráh, la tribu de Leví se cuenta desde los primeros días de nacido.


Esto es evidente en la manera cómo el Eterno ordenó el arreglo de los escuadrones de Israel en el desierto:


Piensa en esto:


El campamento fue dispuesto en forma de cuadrilátero, con el Mishkán en el centro, protegido en sus cuatro lados por las tiendas de los levitas.

Las doce tribus fueron divididas en cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y todas éstas formaban el cordón exterior.


Iehudá, junto con Isajar y Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento.


Reuven, Shimón y Gad acamparon en el lado sur.


Efraím, Menashé y Biniamín se ubicaron en el extremo occidental. Dan, Asher y Naftalí en el área norte.

Durante los viajes de la nación, el grupo liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido por Reuvén, Efraim y, en la retaguardia, Dan, cuya misión sería cuidar de los rezagados y devolverlos a su tribu de pertenencia.


En medio de esta formación imponente, ¿qué estaba en el centro? El Mishkán HaKadosh, el Tabernáculo de reunión, el Santurio.


El centro de todo tiene que ser el templo, es decir, la Toráh, la espiritualidad, Di-­‐os.


¿Entendemos el mensaje?


Tercera lección: Todos somos importantes.


¿Qué otra gran lección aprendemos de este censo hecho a los hijos de Israel con el cual comienza el cuarto libro de Moshé que hoy iniciamos?


Esta es la lección: todos fueron contados para enseñarnos que todos somos importantes.


Cuando recordamos que esta porción de la Toráh se lee siempre antes de la llegada de Shavuot, es decir, en el Shabat previo a Shavuot, entonces el pensamiento de que todos somos importantes se acrecienta y potencializa.

¿Por qué? ¿Qué relación hay entre censar a los hijos de Israel y la entrega de la Toráh en Sinaí?


La respuesta es que como en las personas, así sucede también con las letras de la Toráh: cada una cuenta.


Una letra que falte en el pergamino invalida al pergamino entero.


Igualmente, un solo hijo o hija de Israel que falte, deja al pueblo hebreo, incompleto.


Nueve de los maestros más santos no pueden hacer un minián, pero si entra un niño en edad de bar mitzvá, el minián está completo.


Cuando contamos a los hijos de Israel, no hay ninguna distinción. No miramos su apego religioso o su logro académico. El rabino y el rebelde, el filántropo y el pobre; todos cuentan; ni uno más, ni uno menos.


Si contamos a cada hijo e hija de Israel es porque cada uno cuenta, entonces eso implica una responsabilidad en la dirección comunitaria de asegurar que ningún miembro falte de una kehilá, y de la comunidad en total.


Implica una responsabilidad para mantener dentro a esos hijos e hijas que están en la periferia de la vida según la Toráh.


Asegurarse de que se sientan que pertenecen y son bienvenidos, aun cuando no hayan pagado ninguna cuota de membresía.


Que Di-­‐s nos cuente significa que todos somos importantes para él.


Pero a mismo tiempo, significa que cada uno de nosotros tiene compromisos y obligaciones.


Si usted es importante, usted tiene que valorar su importancia y se desaparecerse de la comunidad.


“No dejen de reunirse”, nos dice el Código Real. “No dejen de reunirse” es una mitzvá.


Hoy día, cuando podemos tener estudios de Toráh en la propia casa vía Internet, es muy fácil caer en la tentación de “no reunirse”.


Pero la Toráh es más sabia que la tecnología… “no dejen de reunirse” aun cuando puedas estar en tu cama y recibir esta enseñanza…


La Internet es para aquellos que no pueden estar físicamente aquí con nosotros, pero no un sustituto para la comunidad.


Por supuesto, en casos especiales, se explica, pero no está permitido ausentarnos de la comunidad por comodidad.


Al momento que haces eso, estás poniendo la mezuzá en la parte más baja de la puerta… y eventualmente te fosilizas espiritualmente.


Usted es importante, usted cuenta, usted tiene que ser censado según la Toráh, pero has tu parte, no te desaparezcas, te necesitamos a ti y tu nos necesitas a nosotros y todos necesitamos a Di-­‐os.


Piensa en esto:


El conteo de algo no guarda conexión directa con el elemento contado, ni evidencia, en absoluto, su importancia intrínseca, pues en el mero acto de "contar" todo tiene un valor idéntico, no hay diferencia entre lo grande y lo pequeño, sea en cantidad o en calidad.


Cuando algo es contado, incluso lo más grande no es más ni no vale más que 1, mientras que lo más pequeño no es menos que 1.


El conteo no señala, de ninguna manera, la importancia individual de los elementos contados. Todos somos importantes.


La Halajá (ley judía) establece que "algo contado no se anula".


Esto es así porque el conteo pone en evidencia la peculiaridad del articulo contado.

Es decir, una determinada importancia del género en cuestión es la causa de que se cuente cada uno de sus componentes de manera individual.


Resulta, entonces, que si bien el censo no expresa el significado intrínseco ni el valor individual de cada uno de los componentes del género contado, sí pone de manifiesto la importancia del género en general respecto de otros grupos, clases o especies.


En este contexto, las palabras de nuestro Santo Maestro cobran vida:


“Los cabellos de vuestra cabeza están todos numerados (contados)¨, como diciendo, “nunca seréis anulados, como nunca será anulado Israel”.


Deja que este pensamiento penetre bien adentro de tus oídos y entre en tu neshamah, en tu alma: “Di-­‐os te ha contado, nunca serás anulado, nunca serás dejado fuera, nunca serás olvidado por Di-­‐s”.


Tal vez tu hijo se olvide de ti.


Tal vez tu padre o tu madre se olviden de ti.


Pero aunque tu padre o tu madre te hayan olvidado, Di-­‐os nunca te olvida.


Los cabellos de tu cabeza están contados.


Que estas palabras del Ribi HaKadosh nos sostengan a todos en el desierto del exilio que aun experimentamos.


Conclusión


Mientras nos preparamos para evocar la entrega de la Torah en Sinaí (Shavuot) pueda el Eterno que es bueno, concedernos la luz necesaria para hacer de la Torah, su mensaje y perspectiva, el vehículo apropiado para revelarnos la grandeza de Yeshua, nuestro justo Mesías y que iluminados así, encontremos las fuerzas necesarias para continuar adelante con la obra de la redención que nos ha sido confiada.

“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero volverá con regocijo, trayendo sus gavillas”.


Notas del Midrash


Por Qué la Torá especifica la Fecha y Lugar Donde HaShem Habló a Moshé


El libro de Bamidbar comienza, "Y HaShem habló a Moshé en el desierto de Sinai, en el Mishkán (tabernáculo), en el primer día del segundo mes (Iyar), en el segundo año después de que ellos hubieron salido de la tierra de Egipto."


HaShem habló a Moshé cientos de veces, y la Torá generalmente no especifica la fecha. ¿Por qué, entonces, lo hace aquí? La siguiente parábola ilustra el punto:


El señor XY, un famoso millonario, conocido por poseer varios rascacielos, vastas cantidades de acciones en firmas importantes, granjas y propiedades en el Sur, era incapaz de hallar satisfacción en su vida personal. Había acabado de divorciar a su segunda esposa, la hija de un rico magnate petrolero, quien había amargado sus días con su incesante disputar. El había divorciado a su primera esposa varios años antes porque ella le había sido infiel. Raramente hablaba de estos matrimonios, y cuando era interrogado por curiosos reporteros, rehusaba divulgar todo detalle. Mantenía las fechas de sus casamientos y divorcios en secreto, y cuando se le solicitaba exhibir sus contratos matrimoniales él negaba poseer cualquier documento semejante. Muchos años más tarde sus amigos sugirieron una pareja para él, no obstante inusual para un hombre en su posición, probaría indudablemente ser auspiciosa. La muchacha en cuestión estaba empobrecida, pero era de noble estirpe y refinado carácter.Después de que el millonario hubo investigado y encontrado que todas las afirmaciones hechas acerca de la joven dama eran ciertas, exclamó, "¡Esta vez yo he encontrado la esposa correcta! Anunciaré públicamente la fecha de la boda y ciertamente le daré a ella un contrato matrimonial."


Después de crear a la humanidad, HaShem, para decirlo de alguna manera,se desilusionó, de una generación a otra. La generación del

Diluvio se rebeló en contra de El, y así hizo ciertamente la generación de la Dispersión. La Torá por consiguiente comenta la elevación y caída de éstas y las subsiguientes generaciones, sin revelar las fechas exactas de su aparición en el escenario de la historia o de su salida. De este modo, la Torá no registra cuándo las destrucciones de la generación de la Dispersión o de los Sodomitas tuvieron lugar, ni cuándo las Diez Plagas y el ahogo de los egipcios ocurrieron.


Relativo a los judíos, no obstante, HaShem exclamó, "Ellos son diferentes de las generaciones previas;¡ellos son los hijos de Abraham, Itzjak, y Iaacov! Yo sé que este pueblo será leal a Mí."


Por consiguiente, El ordenó a Moshé, "Registra en la Torá el día,mes,año y localidad exactos cuando los elevé a la grandeza."


La Torá (Bamidbar 1:1) especifica la fecha y lugar precisos de la alocución de HaShem a Moshé, al igual que estos particulares son encontrados en una ketubá (contrato matrimonial).


Así este pasuk (versículo) demuestra que el pueblo judío fue escogido por HaShem de todas las naciones.


Notas del Midrash:


Los Benei Israel son Contados una Cuarta Vez


En el primero del mes de Iyar, de 2449, el segundo año en el desierto, HaShem ordenó a Moshé, "Cuenta a los varones judíos entre las edades de veinte y sesenta años."


Sólo judíos de nacimiento fueron contados, no los erev rav. (Estos conversos egipcios habían sido excluídos de todas las cuentas previas, también.) HaShem ordenó a Moshé, "Reúne a los Benei Israel y cuéntalos colectando una moneda de medio shekel de cada uno (dado que los judíos no pueden ser contados directamente).


"Cada uno presentará documentos y testigos para probar la Tribu de la cual su padre es descendiente. "Registra el nombre de cada hombre de acuerdo con la descendencia de su padre y calcula el número total de

varones de cada Tribu. Después de ello, calcula el total de Benei Israel". Esta fue la cuarta vez que los judíos fueron contados:

  1. Inicialmente, la Torá registra que los miembros de la familia de Iaacov que viajaron a Egipto fueron setenta.

  2. La Torá consigna que 600.000 hombres abandonaron Egipto. Estas cifras indican que el pueblo judío se multiplicó milagrosamente mientras estaban en Egipto. Debido a la Especial Providencia de HaShem, la pequeña familia de Iaacov, a pesar de los planes enemigos para exterminarla, maravillosamente se convirtió en una nación incluyendo millones de almas.

  3. Después del pecado del Becerro de Oro, el once del mes de Tishrei, de 2448, los Benei Israel fueron contados una tercera vez. Aquel censo fue tomado como señal del amor e interés de HaShem por los judíos incluso después de su pecado.

  4. Ahora, en el primero del mes de Iyar, de 2449, casi siete meses después del más reciente censo, el pueblo fue contado otra vez.


HaShem ordenó este censo por varias razones, entre ellas:


  1. El propósito principal de esta cuenta era asegurarse de la prosapia (familia) de cada individuo y de ese modo determinar su Tribu

  2. HaShem ordenó que los judíos fueran contados en este primero de Iyar porque su entrada a Eretz Israel estaba fijada para tener lugar en veinte días. (La estadía de cuarenta años en el desierto fue decretada solamente después, cuando el pueblo demandó espías.) Esta inspección determinaría quién calificaba para servir en el ejército que conquistaría Eretz Israel.

  3. A pesar de que hay muchas otras razones para este censo, una en particular explica profundamente por qué HaShem ordenó contar a Benei Israel ahora, a pesar de que ellos habían sido contados sólo unos pocos meses antes.

A la noche, un hombre de negocios regresó a casa exhausto. Había sido un día agitado-­‐ llamadas telefónicas, órdenes, y embarques. El deseaba solamente tener una buena cena y caer en cama. No obstante, primero tomó tiempo para atender algo. A pesar del tiempo consumido y la concentración requerida, no obstante le daba mucho placer. Sacando fuera de su billetera los cheques y billetes que había recaudado durante el día, pacientemente los contaba varias veces. Olvidando su cansancio, se llenaba de satisfacción y placer.


Una persona invierte tiempo y esfuerzo para inspeccionar y contar objetos que le son preciados. Más valioso el ítem, más cuidadosamente lo escrutará.


El Todopoderoso frecuentemente cuenta a Kelal Israel, demostrando que a Sus ojos cada judío individual es importante. Por lo tanto, la Torá hace todo lo posible para detallar el número del pueblo judío. En parashat Bamidbar sola, hay cuatro diferentes listados del número de Benei Israel.


HaShem dice, "Toda vez que la suma total de Benei Israel es mencionada, Yo soy feliz, porque ella representa el número de soldados en Mi ejército, que cumplen Mi voluntad en el mundo."


El Campamento de Benei Israel


HaShem ordenó que las Tribus acamparan en las cuatro principales direcciones a fin de simbolizar que los méritos de Kelal Israel sustentan al mundo entero.


En el Este
  • Iehuda -­‐ HaShem dijo, "Iehudá, la Tribu de la cual los monarcas judíos descenderán, acampará en el este. El este es la dirección del sol naciente, y la monarquía judía es calificada una "luz". (Su tarea es guiar a la nación por la luz de Torá.) Iehudá, por consiguiente, pertenece al este.

  • Isajar -­‐ Isajar, también, pertenece al este, la dirección de luz. La Tribu de Isajar constaba de eruditos de Torá (el faro de esperanza de la humanidad a lo largo de los años de oscuridad espiritual y confusión).

  • Zebulun-­‐ Aquella Tribu estaba apostada en el este, la dirección de luz, porque las riquezas adquiridas por medio de su comercio servían a la luz de la Torá. Los miembros de Zebulún utilizaban su riqueza para sostener a los eruditos de Torá de Isajar.


¡Un tzadik es bendecido, y así es su vecino!


Los miembros de las tres Tribus que acampaban en la vecindad de Moshé y Aarón en el lado este se convirtieron en luminarias de la Torá:


-­‐ La Tribu de Iehudá se distinguió ella misma en el estudio de Torá y mitzvot.


-­‐ Isajar fue famosa por sus estudiosos de Torá, quienes eran versados en el conocimiento de intercalar los meses y los años.


-­‐ Zebulún, además de sustentar a Isajar, se ufanaba de sus propios grandes eruditos de Torá.


¡Inversamente, infortunio al rashá (malvado) e infortunio a su vecino! Las Tribus de Reubén, Shimón, y Gad estaban apostadas próximas a Kehat. Por lo tanto, miembros de Reubén (Datán, Avirám, y On ben Pelet) se unieron al rebelde Koraj, de la familia de Kehat. Miembros de Shimón y Gad, en otras ocasiones, causaron majloket, rivalidad.


Este Midrash enseña que nosotros debemos seleccionar cuidadosamente nuestros vecinos y asociados.


En el Sur
  • Reuben -­‐ Rocío y lluvias de bendición emanaban del sur. Después de pecar en el incidente relativo a Bilhá, Reubén confesó su error y se arrepintió. Reubén, el gran primer baal teshuvá (persona que retorno al buen camino), implantó el potencial para teshuvá en sus descendientes.La posición de esta Tribu en el sur, la fuente de lluvias benditas, indicaba que bendiciones vienen al mundo en mérito de la teshuvá.

  • Gad-­‐ Gad estaba situado junto a Reubén porque la Tribu de Gad, cuyos miembros eran guerreros, tenía el poder espiritual para evocar el resplandor Divino de fuerza sobreKelal Israel. Esta cualidad complementaba la cualidad Divina de Misericordia evocada por la Tribu de Reubén.

  • Shimon -­‐ Shimón estaba posicionado entre las dos Tribus precitadas para su propia protección espiritual. Shimón no había recibido bendición explícita de su padre Iaacov, quien estaba encolerizado de que Shimón hubiera tomado la iniciativa en destruir Shejem y en vender a Iosef. Moshé también escogió no conferir sobre esta Tribu una bendición separada, porque él estaba encolerizado de que sus miembros hubieran participado en el pecado de Shitím. A causa de que Shimón estaba privado de bendiciones, HaShem apostó a su Tribu donde se beneficiaría de los poderes espirituales de sus vecinos, los cuales provocaban Misericordia y Fuerza Divinas.


En el Oeste

Del Oeste emana nieve, granizo, helada, y calor, fuerzas poderosas que causan muerte y destrucción. HaShem ordenó que esta dirección fuera ocupada por la descendencia de Rajel, cuyo poder espiritual es suficiente para derrotar las fuerzas del mal.

  • Efraim

  • Biniamin y

  • Menashe todos poseían fuerza especial para conquistar su ietzer hará (instinto malo). Consecuentemente, ellos desviaban malvados decretos que amenazaban a Kelal Israel.

Más aún, la Shejiná (Presencia Divina) descansa en el oeste. Por consiguiente, Biniamín, el querido de HaShem, al que fue prometida la presencia de la Shejiná, estaba apostado en aquella dirección.


En el Norte
  • Dan -­‐ Oscuridad desciende sobre el mundo desde el norte. Dan fue situado aquí para simbolizar que su Tribu causó una oscuridad espiritual cuando el rey Iarovam erigió uno de los dos becerros en su territorio (I Melajím Xll).

Miembros de la Tribu de Dan también adoraron la imagen de Mijá en los días de los jueces. HaShem ubicó a Dan en el norte, desde donde el daño llega al mundo, para amonestar a la Tribu para que abandone sus costumbres erróneas y escoger el camino de vida en su lugar.


  • Asher -­‐ HaShem ubicó a Asher junto a Dan, con la esperanza de que su luz se derramara sobre el Campo "oscuro" de Dan. La porción de Asher estaba bendecida con olivas cuyo aceite era usado para la menorá(candelabro), un símbolo de la sabiduría que esta Tribu poseía. Asher estaba destinado a impartir su sabiduría a Dan.

  • Naftali -­‐ fue también puesto junto a Dan porque poseía un resplandor Celestial de bendición material. Su bendición se derramaría encima para beneficiar a la menos merecedora Tribu de Dan.

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