Libro de Ester 1.1- 10:3
Shalom amadas: Les comparto una semana más la parashá con el permiso del cielo y bajo la autoridad de nuestro santo maestro, su majestad Yeshúa Ha Mashíaj y con el permiso de nuestro maestro rabí Dan ben Avraham y su esposa Rabanit Yehudit, sobre ellos y su familia sea el shalom y con el permiso de mi esposo Shaliaj Kefa.
Estamos en el mes de Adar y el día 14, que se corresponde al día 26 de Febrero, es la fiesta de Purim, en la cual recordamos el milagro que se encuentra relatado en el Libro de Ester.
Es el único libro de la Torah en el que no aparece el nombre del Eterno. Cada vez que Ester decía:”Que halle gracia delante del Rey” aunque se lo decía a Ajashverosh, (Asuero) ella pensaba en HaShem, si vemos Su supervisión a través de los milagros a la orden de aniquilación del pueblo judío por parte de la maquinación y orden de exterminio del perverso Hamám con la colaboración de Ajashverosh (Asuero), rey de Persia, cuya capital era Shusham (Susa).
Ha Shem cambió el día de luto, por día de gran gozo; es por eso que esta festividad nuestro pueblo siempre la celebra con mucha alegría, fiesta y un gran banquete, se envían regalos y alimentos a los necesitados.
Yeshúa que celebró esta fiesta de Purim, nos dice en este contexto:”Felices los pobres, porque ellos serán saciados”.
Purim, significa suerte o sorteo en referencia a la suerte que echó el malvado Hamán para designar el día de aniquilación del pueblo hebreo.
Está precedida por un día de ayuno en referencia al ayuno de Ester que todo el pueblo hebreo, incluido los niños, secundó; Ester 4:16.
En cada sinagoga en el mundo entero, se lee el libro de Ester completo el día de Purim. Esta Meguilá, o libro, fue escrito por Mordejai (Mardoqueo) y Ester, Protagonistas principales del Libro de Ester.
Ajashverosh (Asuero); rey de Persia; no provenía de linaje real; por su poder y riqueza tomó el reinado, solo cuando comprobó que ya estaba afianzado en el trono y aceptado, es que hizo el banquete en el tercer año de su reinado; Ester 1: 2,3;
Vastí, la reina; Según citan algunas fuentes, ella era hija del rey Nabujadnetzar (Nabucodonosor) de Babilonia; su esposo quería demostrar que tomó a Vashtí por su belleza como si fuera una cautiva y por casarse con él, llegó a ser reina; se negó a la orden del rey a presentarse desvestida para mostrar su belleza ante los príncipes. Cuando fue depuesta de reina, según una antigua tradición, hizo su conversión al judaísmo.
Hamán; Ministro del rey Asuero y estratega del edicto de exterminio de los hebreos. Llevaba colgada en su cuello una imagen pagana de un demonio y obligaba a que todos se inclinaran ante ella para honrarla; al oponerse Mordejai ordenó la muerte de todos los judíos y por consejo de su esposa Zeres, construir una horca para Mordejai que luego lo serviría para colgarlo a él y también colgaron a sus diez hijos.
Era descendiente de Agag; rey de Amalek que fue cogido preso por Shaul y ejecutado por Shemuel (Samuel).
Mordejai (Mardoqueo); “su nombre original era Meir, miembro del Bei Din (Corte de justicia) de Jerusalén, gran líder en su generación, gran sabio y el cerebro del gran milagro de Purim. Descendiente de la tribu de Yehudah (Judá) y de la tribu de Binyamin (Benjamín), cautivo y llevado de Jerusalén a Babilonia y más adelante a Persia cuando cayó el imperio Babilónico.
Llegó a ser virrey del rey Asuero y grande para los judíos Ester 10:3;
Ester (escondite, oculto), o Hadasa (Hadás, mirto).
Ester era de hermoso rostro, esbelta, inteligente y educada. Según la tradición, tenía la hermosura de Sarah, la humildad de Leah y la ternura en los ojos de Rajel.
Ester era huérfana de padre y madre, su tío Mordejay la adoptó como hija fue tomada de su casa junto con muchas jóvenes y llevada a la casa del rey en Susam bajo Hegai el cuidador de las mujeres; Ester 2:7,8;
Esta joven, ya desde niña conocía lo que es el sufrimiento; privada de sus dos primogenitores y cuando tenía una vida placentera al lado su padre adoptivo que se esmeró en darle la enseñanza para ser una mujer judía ejemplar, con el que llegara a ser su esposo, y una madre alrededor de sus hijos enseñándole los principios de la Torah; de pronto llaman a su puerta y en un instante cambian todos sus planes para los cuales ella se había preparado. Ella ni se había preparado para ser reina de Persia y Media, ni quería, porque esa no era su nación.
Prueba de ello es que cuando llegó el turno de ser llevada a la cámara del rey, nos dice Ester 2:15 b; no pidió cosa alguna, sino que entró con lo que le indicaba Hegay, eunuco del rey, cuidador de las mujeres.
A diferencia de todas las demás jóvenes, que iban con el deseo de ser la esposa del rey.
Solamente una de todas las jóvenes sería elegida como reina; después de pasar la noche en la cámara del rey eran llevadas a la casa de las concubinas del rey.
Pensemos un instante en el drama de esta joven y gran mujer. A la orden real de matar a todos los judíos del reino, su tío le mandó a informar del edicto para pedirle que le suplicara al rey por su pueblo Ester 4:8b.
La respuesta de Ester a su tío fue: 4:11, “Todos los siervos del rey, y el pueblo de los países del rey saben que cualquier hombre o mujer que viniese al rey, en el patio interior, que no hubiese sido llamado hay una ley para todos de matarlo, salvo a quién el rey extienda el cetro de oro. Y yo no he sido llamada en estos últimos treinta días.
Ester 4:13; Entonces Mordejay respondió a Ester:”No pienses que tú tienes más oportunidad de salvarte dentro del palacio del rey del resto de los judíos del reino”. Pues si tú guardas silencio en tiempos como estos, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otro lugar, pero tú y la casa de tus padres perecerán y quién sabe si llegaste a Reina específicamente para tiempos como estos.
La gran respuesta y la mayor Tzedaka (buena obra) de Ester fue dada: ayunaré tres días con sus tres noches con mis sirvientas y todos los judíos que están en Sushan ayunen por mí y, después me presentaré delante del rey, aunque sea en contra de la ley y si esta acción me lleva a la destrucción, pues que así sea.
Ya sabemos el resultado porque el Eterno cuando vio y escuchó a todos sus hijos ayunando arrepentidos y clamándole por sus vidas, causó en su esposo el rey, gracia para con ella extendiéndole el cetro.
Por último otra gran obra de esta gran mujer que nos tiene que motivar a todas nosotras a actuar en tiempos difíciles;
Ciro primer rey de Persia devolvió a los judíos los utensilios del Templo y autorizó la construcción del segundo Templo, hasta que Asuero, su sucesor prohibió continuar con los trabajos. Ester oró al Eterno para poder llegar a influenciar sobre su esposo y que él revocase su decreto.
Asuero nunca lo hizo, pero Ester logró su gran deseo y cometido cuando su hijo Darío segundo rey de Persia, fruto de su matrimonio con el rey, subió al trono y ordenó continuar con los trabajos del Templo y autorizó a los judíos el regreso a su tierra.
Este fue el fruto de la reina madre Ester, que le inculcó en su hijo el amor a su pueblo y a su Di-os.
Esta historia se encuentra en el libro de Esdras.
Que disfrutéis con mucho gozo y gran banquete la fiesta de Purim.
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