MISHPATIM (juicios, estatutos)
Shemot (Éxodo) 21:1-24:18
Haftará: Yirmeyahu (Jeremías) 33:26-34:22
Código Real (NT) Hiel (Lucas) 12,1-14; 35
Shalom amadas: Les comparto una semana más la parashá con el permiso del cielo y bajo la autoridad de nuestro santo maestro, su majestad Yeshúa Ha Mashíaj y con el permiso de nuestro maestro rabí Dan ben Avraham y su esposa Rabanit Yehudit, sobre ellos y su familia sea el shalom y con el permiso de mi esposo Shaliaj Kefa.
En esta parashá de Mishpatím nos encontramos con:
30 prohibiciones: Esto no harás.
10 Obligaciones: en cuanto a establecer Cortes de justicia, juicio y sentencia.
10 Preceptos: Esto harás; Ejemplo: descansar en el Shabat.
Quizás sea esta la parasháh que más mandamientos contiene.
Para llegar a un mayor conocimiento de todas estas leyes que tienen que ver con HaShem (El Eterno), como la prohibición de postrarse ante ídolos, guardar el Shabat y presentarse en Yerushalaim con un presente en las tres festividades, el descanso de la tierra en el séptimo año etc.
En Mishpatím se encuentran tres capítulos enteros; el 21, 22 hasta mitad del 23, junto con las leyes que tienen que ver con nuestro prójimo; leyes humanitarias morales y sociales.
Entre estas se encuentra: leyes sobre el siervo o la sierva hebrea 21 :1-11; el deber de no afligir al huérfano y a la viuda 22:21-23; obligación de prestar a un pobre sin intereses22:24-26; prohibición de separar el diezmo en un orden incorrecto 22:28; obligación de descargar el asno de tu adversario si está postrado 22:5; prohibición de celebrar la fiesta de Pesaj cuando todavía hay jamesh en tu casa 23:18; prohibición de cocinar carne junto con la leche 23:19 b; prohibición de maldecir a Dio, a un juez o a un gobernante 22:27; prohibición de aceptar el testimonio de una persona que peca 23:1; prohibición de golpear o maldecir al padre o a la madre 21:15,17; prohibición de jurar en nombre de un ídolo 23:13; obligación de la Corte de Justicia de juzgar a un ladrón 21:37 ; leyes sobre las multas 21:18,19; obligación de la Corte de juzgar casos de un demandante y un defensor 22:8; prohibición de humillar a un converso en cuestiones monetarias o de propiedad 22:20; prohibición de disminuir a la esposa lo que le corresponde: alimento, vestido y relaciones íntimas 21:9; Leyes sobre las agresiones físicas 21:12-17; indemnizaciones por agresiones 21:18-27, etc.
Estos mandamientos se los dio el Eterno a Moshé en el monte Sinaí para que se los enseñara al nuevo pueblo de Ysrael y así supieran como tenían que conducirse en esta su nueva vida en libertad, como individuos y como comunidad.
Nosotras, nos identificamos con el Eterno dando nuevas instrucciones al pueblo recién salido de la esclavitud que ahora vive en libertad con su nuevo dueño; las mamás formando el carácter y la educación moral, espiritual y cultural de nuestros hijos. Y para saber formarlos, para que lleguen a ser hombres y mujeres que amen a Dio y al prójimo, sean íntegros y rectos y adquieran una posición digna y elevada en la sociedad donde vivimos; debemos primero nosotras estar equipadas con los mandamientos de HaShem y practicarlos en toda nuestra manera de vivir, sino les enseñaremos y ellos verán en nosotras la tradición que hemos recibido, tanto familiarmente, como culturalmente.
Es interesante que la primera ley sobre el derecho civil salvaguarda los derechos del hombre que está en la posición social más baja: Shemot 21:2; Cuando comprares un siervo hebreo, seis años te servirá, al séptimo saldrá libre, de gracia.
El hombre fue “creado a imagen y semejanza de Dio”, por tanto también debe ser una criatura libre.
Por dos motivos podía caer un hebreo esclavo;
1/ Por ladrón; en este caso si el tribunal lo juzgaba insolvente, era vendido para así poder restituir con su trabajo el importe robado.
2/ Voluntariamente para escapar de una miseria extrema y proteger a sus hijos menores.
Para ellos el Eterno les dio otro mandamiento en caso de que no quisieran salir en libertad el séptimo año; el año del jubileo o año cincuenta; cuando todo amo tenía que dejar libre a su siervo y este no solamente recupera la libertad, también la tierra o tribu a la que pertenece.
Hoy no tenemos esta clase de esclavitud, pero vienen tiempos difíciles y tenemos que equipar la mente de nuestros niños y jóvenes con Torah e inculcarles valores espirituales y emocionales.
1 Corintios 6:10; nos dice rab Shaul de Tarso: por precio fuisteis comprados, no os hagáis esclavos de los hombres. Y en Yojanán (Juán) 8: 34-36; nuestro Ribi Yeshúa nos dice: de cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre, el hijo sí queda para siempre. Así que si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Desde la edad más temprana, nuestros niños, se tienen que sentir amados, valorados, libres y educados con los valores los valores de la Torah y eso es nuestra obligación como mamás.
Tehilim 85:12; La verdad desde la tierra brotará, y la rectitud o justicia desde el cielo se observará.
Shemot 19; Moshéh subió a Dio en el monte y lo llamó el Eterno desde el monte, y le dijo. “Así hablarás a la casa de Yaakob (Jacob) y dirás a los hijos de Israel”.
¿Quién es la casa de Yaakob?
¿Quiénes son los hijos de Ysrael? Está claro en este caso.
¿Y por qué a unos hablarás y a otros dirás?
Dice Rashí; a las mujeres hablarás en un lenguaje suave y a los hombres en un lenguaje fuerte, firme.
Notar que el llamado a la fidelidad al Eterno y a su Torah, es dirigida a las mujeres en primer lugar, que el Eterno las llama con el nombre de Casa de Yaakob porque gracias a su influencia depende la creación y el espíritu judío en el seno familiar. Ellas son las que garantizan la buena educación de los hijos. El porvenir de la Alianza Sinaítica, descansa en nuestros hijos y su educación es esencialmente obra de las madres.
Baruj HaShem (Bendito el Eterno) por tan grande honor y privilegio que nos dio y en el que nos puso.
Amadas, que vuestros hijos sean imitadores de los hijos de Yojebel la mamá de Moshé, Aharón y Miriam; del hijo de Jana (Ana), mamá de Shemuel y del HIJO de Miriám mamá de Yeshúa.
Para finalizar, veremos la recompensa que tendremos en el Maljut HaShem (Reino de los Cielos) vamos a Matiyahu (Mateo) 5:18, 19; Yeshua enseñando a una gran multitud les dice: Porque de cierto os digo, hasta que pase el cielo y la tierra, ni una yud, ni un adorno de una letra sagrada, pasará de la Torah hasta que todo lo dicho en ella haya sido totalmente enseñado y alcanzado su intención original.
Por tanto, quien quiera que a propósito desobedezca uno solo de los mandamientos de la Torah, que le sea aplicable, aún tratándose de los identificados como “pequeños” y cause así que los hombres también los desobedezcan, muy pequeño será llamado en el Reino de los Cielos.
Más cualquiera que los obedezca y enseñe a los hombres como obedecerlos, muy grande será llamado en el Reino de los Cielos.
Esta será tu más grande y final recompensa.
Shabat shalom
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