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Parashá 15 Bo

Torah: Shemot 10:1‐13:16

Haftarah: Yirmiyahu 46:13‐28

Hazofen HaMaljutí: Hillel 5:12 ‐7:50


RESUMEN DE LA PARASHAH:


Toráh:


El Eterno invita a Moshé: “BO” (Ven‐ve) y entra al faraón” cuyo corazón ha sido endurecido para hacer grandes señales que sirvan de testimonio a las generaciones futuras. Se amenaza con plaga de langostas de no dejar ir al pueblo hebreo. Egipto está prácticamente destruido pero el faraón solamente autoriza salir a los hombres. Vienen langostas de todas partes, Egipto es destrozado. El faraón pide perdón y las langostas son quitadas de la tierra. Pero tan pronto se fue la última, el corazón del faraón se endurece de nuevo. Entonces vienen las plagas de tinieblas, el faraón se endurece y expulsa a Moshé de su presencia. Ambos líderes no se ven más sus rostros. Se acerca la gran noche para Israel. Se establece la marca en las puertas. La muerte de los primogénitos doblega finalmente el corazón del faraón y los hijos de Israel salen de prisa. Se explican las leyes de Pésaj y de la eliminación de toda levadura.


Cuando la hora cero arriba, los egipcios apremiaban a los hebreos para que se fueran, so pena de perderlo todo así que le dan a los hebreos su oro y su plata, sus piedras preciosas y sus joyas más valiosas, con tal de que salgan de Egipto. En total salieron aproximadamente 600 mil varones, sin contar las mujeres y los niños. Una enorme cantidad de gentiles se convencen de que el Eloha de Israel es el único Eloha verdadero, abandonan sus dioses y se juntan con el pueblo hebreo y salen con ellos de Egipto. Se afirma que los hijos de Israel estuvieron 430 años en el exilio egipcio. Se instruyen los requerimientos para que un no judío pueda comer el korbán Pésaj y se aclara que ningún incircunciso puede comer del korbán Pésaj, pero se da la oportunidad para que hagan su conversión al Judaísmo. Se establece la responsabilidad de cada padre de contar la historia de la redención de Egipto a sus hijos. Se dan las instrucciones relativas al macho que abre matriz y el procedimiento a seguir para redimir a los primogénitos de entre los animales. Todo esto será como una señal sobre la mano izquierda y como filacteria sobre nuestros ojos, para que sepan todas las generaciones que vengan del poder del brazo del Eterno que sacó a nuestro pueblo de Egipto.


Profetas:


El profeta anuncia una gran calamidad que viene sobre Egipto. Medida por medida. Los egipcios tendrán que irse al exilio, perderán su posición de fuerza y actúan como una serpiente que sale huyendo despavorida bajo la persecución del devorador. Mientras tanto, se le promete redención a Jacob y aunque more aun en tierras remotas a causa del exilio, el Eterno promete acompañarles y finalmente traerles aún cuando haya juicio y disciplina pero bajo ningún concepto Israel desaparecerá de la faz de la tierra.


HaTsofen HaMaljutí:


El Maestro sana a un judío enfermo con la plaga de lepra y lo limpia ordenando que vaya al Cohen y presente la ofrenda de purificación ordenada por Moshé para que sirva de evidencia (testimonio) de que el Mashiaj estaba en Israel. Se nos revela la práctica regular del Maestro de retirarse a lugares solitarios para elevar su alma al Creador, quien es Bendito.


Esta sección revela cómo el Maestro había recibido potestad del Cielo para perdonar pecados y absolver al pecador mucho antes de su muerte en el madero, demostrando así que aquella muerte era necesaria para un propósito diferente y mayor que la del perdón de aquellos pecados del paralítico, de otra manera no habría tenido lugar. La evidencia de su autoridad para perdonar pecados es dada al ordenar al paralítico que se ponga en pie y sea sanado a la vista de todos.


La sección nos muestra también la importancia que tenía para el Maestro contar con hombres fieles a quienes pudiera luego entregar la tarea que le fue encomendada: buscar las ovejas perdidas de la Casa de Israel y traerlas de vuelta a HaShem y Su Toráh. Es cierto, el vino nuevo ha de echarse en odres nuevos, pero nadie, después de beber el anejo, desea del nuevo, porque dice: el anejo es delicioso. El Maestro revela también su autoridad como juez supremo de Israel al determinar lo que es permitido y lo que no es permitido en Shabat, concluyendo que de presentarse la ocasión de hacer el bien y sanar a un enfermo aunque sea Shabat, la salud del enfermo toma precedencia y debe procurarse su restauración inmediata y total.




El Maestro, después de intensa oración, selecciona sus doce emisarios oficiales para que estén con él y para enviarlos a proclamar el mensaje de la redención a todas las ciudades de Israel. Acto seguido revela a sus discípulos el carácter que debe adornar la vida de sus emisarios entre las cuales destaca la obediencia como factor fundamental y decisivo. En el camino se presenta la ocasión de sanidad para la hija de un militar romano y los discípulos le piden que le haga la merced, pues el hombre es amigo de Israel y les había construido una sinagoga. Yeshua emite una palabra de sanidad y el siervo del militar romano recibe sanidad instantánea. Mientras entraba en la ciudad de Naim, he aquí que sacaban el cuerpo sin vida del hijo único de una viuda de la ciudad quien era todo su sustento. El Maestro, movido a misericordia, le resucita su hijo y se lo devuelve vivo, sano y salvo. Era evidente que su fama se extendía por todo lugar. La sección concluye con el Maestro, ante el asombro de todos, perdonando las faltas de una mujer pecadora que había hecho teshuvá y declarando que fue su confianza en el Eterno lo que había causado que pudiera ahora vivir en paz.




COMENTARIOS




Shemot 10:1­20 La plaga de langostas




He visto documentales modernos que muestran plagas de langostas cayendo sobre una región. Son como una nube negra volando a gran velocidad y abarcando varios kilómetros de largo. Caen en picada sobre los sembrados y cuando remontan el vuelo, dejan hectáreas completas de tierra previamente forestada, completamente desvastada, sin la más mínima señal de vegetación. Es simplemente, algo horrible. La parasháh nos cuenta que esta plaga de langostas era tan grande que cubrió toda la tierra de Egipto.




10:10 “El mal está frente a vosotros”




Cuando Moshé declara al faraón que saldrá con todas sus familias, hombres, jóvenes y ancianos juntamente, mujeres y niños así como todo los animales en su posesión, el faraón le responde irónicamente: “Que el Eterno sea con vosotros… pero pensadlo (miradlo) bien, porque “el mal” está frente a vosotros.




La palabra “mal” es Ra’ah ( Resh‐ayim‐hei) una alusión al príncipe de las tinieblas que está asignado al planeta Marte, el planeta “rojo”, conocido en hebreo como “maadim” de adom, rojizo. Según las memorias de nuestro pueblo, Esav era un consultante de esta fuerza maligna, kelipáh impura asignada a este planeta.




Lo que el faraón hizo entonces fue maldecir a Moisés y a nuestro pueblo diciendo que una vez salieran de Egipto, el poder del Rá’ah les alcanzaría y les destruiría. Esto es lo que explica por qué cuando los hijos de Israel salen, el faraón espera atacarles hasta que llegan al punto conocido popularmente como “Mar Rojo”, porque según sus hechiceros, los hijos de Israel no tendrían ninguna protección una vez entraran bajo el dominio, influencia y poder de Ra’ah.




En otras palabras, el faraón le dijo a Moshé: “Bien, saldréis todos, pero sabed que yo veo en mis predicciones astrológicas que una estrella (poder demoníaco) llamada Ra’ah se levantará y os encontrará en el desierto y esa estrella causará derramamiento de sangre contra vosotros”.




Es interesante que luego del incidente del becerro de oro, cuando el Eterno decide la destrucción de toda la nación hebrea dejando solamente vivo a Moshé para sacar de él un nuevo pueblo, Moshé intercede y defiende su causa ante el Creador diciéndole: “¿Por qué han de decir los egipcios “con mala intención” (con Ra’ah) los sacó para “muerte” (matarlos) en las montañas?”.




El Eterno reconsideró el caso y en vez de sangre para muerte, ordenó la sangre de la circuncisión para todos los que no pudieron recibir la circuncisión por haber nacido en el desierto en circunstancias donde no fue posible circuncidarlos. Yehoshua los circuncidará a todos antes de entrar en Eretz Yisrael. Cuando este evento tuvo lugar, Yehoshua dijo: “Hoy el Eterno ha quitado de vosotros el oprobio de Egipto”. ¿Cuál fue el oprobio de Egipto? La maldición de la señal astrológica de Ra’ah con la cual el faraón había maldecido al pueblo. Por tanto es con la sangre del pacto que el Eterno quita las maldiciones generacionales que afectan a Su pueblo. Esa sangre revierte los efectos negativos de Ra’ah y transforma la maldición en bendición.




10: 21-­29 Plaga de Oscuridad




Eloha le dijo a Moshé: “Extiende tu mano hacia el cielo y habrá oscuridad sobre la tierra de Egipto y la oscuridad será tocable (tangible, sumamente densa que podrá palparse)”.




No era una oscuridad cualquiera, era una especie de sustancia como una niebla gelatinosa, como una nube negrísima, completamente oscura que cayó sobre Egipto y que incluso cuando extendías las manos podías palparla y sentirla. Tan oscura y densa era que la persona no podía siguiera ver sus manos ante sus ojos. La densidad de esta oscuridad era tan grande que si alguien intentaba como a ciegas, encender una antorcha o una lámpara, el fuego se apagaba por el peso de la sustancia oscura que cubría todo Egipto, sus palacios, sus casas y sus campos. Solamente en las tiendas de Israel se podía encender el fuego y tener luz.




Esta oscuridad sobrenatural duró tres días sobre todo Egipto. El resultado fue que todo Egipto se inmovilizó. La gente no podía caminar, tropezaba. Así que cada cual donde estaba cuando la oscuridad cayó, allí tuvo que quedarse. Incluso la alimentación fue difícil por no decir imposible en aquellas circunstancias.




¿Qué oscuridad está y de dónde salió? Algunos poskim afirman que el Eterno ordenó a uno de sus ángeles que sacara suficiente “oscuridad” del mismo Sheol, de la parte más abajo, donde está el Gehinom (el infierno) y la trajera sobre Egipto. Y esto podría explicar entonces el tipo de oscuridad a la que se refirió el Maestro cuando dijo: “Sacadlo y echadlo a las tinieblas de afuera”.




¿Cuál fue el motivo de esta plaga? No solamente convencer a los egipcios para que presionen al faraón a fin de que dejara ir a los hijos de Israel, sino también para despertar a muchos israelitas que se habían asimilado en Egipto y no querían salir con el pueblo.




Merecían la muerte porque incluso adoraron los ídolos de Egipto y se volvieron soplones contra sus propios hermanos, pero el Eterno, por amor de Su Nombre, no los ejecutó en presencia de los egipcios para que no dijeran luego los egipcios que había matado a su propio pueblo, sino que envió esta plaga de tinieblas para que al morir los pecadores de Israel los hijos de Yaakov que podían ver en medio de las tinieblas, tuviesen tiempo de enterrarlos sin que los egipcios pudieran verlo y burlarse diciendo: “Su Dios los hizo iguales a nosotros”.




Durante estos tres días de oscuridad, cuando los israelitas entraban a todas las casas de los egipcios para ver si había algún muerto hebreo y sacarlo y enterrarlo, podían ver también dónde los egipcios guardaban sus joyas y sus tesoros. No tocaron ni tomaron nada, pero luego harán un buen uso de esta información pues cuando llegó la hora de la redención final podrían decirle a los egipcios: “Esas no son todas tus joyas, allá atrás de aquella lámpara, tienes un cofre lleno de oro, debes también entregarlo” y de esta forma se despojará a los egipcios y se les cobrará los 210 años de esclavitud forzada a la que sometieron a los hijos de Israel.




El hecho de que el sol no fue visto por los egipcios durante tres días, tiene un mensaje muy fuerte porque ellos adoraban al sol, lo consideraban una divinidad. Pero ahora, el Elohim de Israel demostraba su superioridad sobre los dioses egipcios, incluyendo el “más alto de todos”, el sol mismo. Estas tinieblas están reservadas para los días del fin de esta edad presente. Pero así como sucedió en la primera redención sucederá en la segunda.




11:1­3 La Preparación para la partida




Hacía 430 años que Elohim le había dicho a Avraham que su descendencia sería esclava en una tierra extraña. Y solamente luego de ese tiempo, el pueblo de Israel saldría libre y con gran riqueza. Según nuestros sabios, el momento para comenzar a contar esta profecía es a partir del nacimiento de Yitzjak. Consecuentemente la hora profética coincidía con la hora cíclica natural y el resultado fue la primera redención.




El momento más importante de una profecía no es cuando se dice, sino cuando su hora profética para cumplirse arribe, coincidiendo con la hora cíclica del tiempo e impactando en este con poder y milagros extraordinarios.




Vendría una plaga más, la décima y final: la muerte de los primogénitos de Egipto. Para entonces los hijos de Israel debían estar listos, en sus puestos y a la orden de Moisés, salir y pedir a los egipcios que le entregaran sus tesoros. “Pidan a sus vecinos el oro y la plata”.




No fueron los israelitas los que tomaron la iniciativa. En verdad no querían estar ya un minuto más en Egipto, la libertad era más preciosa para ellos que la riqueza de los egipcios, pero eso era una salida emocional. El Eterno sabía que era justo pagar a Israel por tantos años de esclavitud, consecuentemente y para cumplir su promesa a Avraham, su amigo, pide a los israelitas que demanden el oro y la plata de los egipcios porque un esclavo no puede ser enviado con las manos vacías. Por otro lado, el Eterno influyó en la mente y el corazón de los egipcios y se dieron cuenta que Moshé era más grande que el faraón y los egipcios temían a los israelitas porque el terror del Cielo cayó sobre ellos así que el Eterno concedió gracia a Israel y todo lo que pedían, los egipcios se los daban.




¡Debió ser un espectáculo extraordinario! Sin embargo, nunca debemos olvidar que hay todavía una promesa de redención esperando su hora para cumplirse, pues fue dicho por el profeta que la segunda redención será mayor que la primera. ¡Y si la primera fue grande, cuán grande será entonces la segunda!




Nosotros, la generación de la redención final estamos a punto de ver la hora del cumplimiento de esta profecía, que afirma:




“Vienen días dice el Eterno, que no se dirá más: Bendito sea el Eterno que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino (que dirán): Bendito es el Eterno que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del Norte y de todas las tierras adonde los había enviado”.




Vienen plagas terribles sobre esta tierra. Hambrunas, enfermedades, terremotos, tsunamis, calamidades horribles por todos lados y profunda oscuridad; pero los juicios divinos no alcanzarán a los hijos de la promesa ni a los justos de las naciones, todo lo contrario, seremos salvos de la ira del Todopoderoso conforme Su promesa.




Pero debemos estar listos, velando, trabajando, ocupados en la redención día y noche, para que cuando el Adón vuelva, nos encuentre haciendo así.




11:4,5 “Alrededor de la media noche, saldré en medio de Egipto. Todos los primogénitos de Egipto morirán.. desde el hombre hasta la bestia”




Esto incluía a los primogénitos de Israel. La única manera de protegerse de la ira divina contra esta plaga era por medio de la marca de la sangre del cordero en los marcos de las puertas en las casas de los israelitas.




Si esta marca no hubiese sido colocada, según fue instruido por medio de Moshé, también habría alcanzado a los hijos de Israel. Pero la marca los protegió, más con una condición: nadie podía estar fuera de su tienda en ese momento. Si un primogénito se encontraba fuera, perecería también.




Es interesante que Moshé advierte: “Alrededor de la media noche”, sin dar una hora específica. Esto obedece a varias razones. Primero porque no había relojes como lo conocemos ahora. La gente no sabía con certeza cuándo era la media noche. Normalmente asumían que era la media noche por el ladrido de los perros. Pero esa noche, según nuestros mayores, “ni un perro ladró”, consecuentemente nadie sabía la hora. Pero si Moisés hubiese dado una hora especifica, esto se hubiera prestado para especulaciones y algunos con una hora distinta, habrían dicho que Moshé era un falso profeta o un mentiroso. Pero al decir, “alrededor de”, todo estaba cubierto. Segundo: Si Moshé hubiese dicho exactamente la hora, los hechiceros egipcios habrían tratado de hacer lo mismo y posiblemente habrían confundido al faraón, pero al no saber la hora precisa, todos se darían cuenta que el asunto venía del dedo de Di‐os.




11:6,7 “Ni un perro moverá su lengua contra un hijo de Israel”




Pregunta: ¿Cuál es el significado de los perros en la redención?




Respuesta:


Primero: Es sabido que los perros tienen un sentido del oído y del olfato mucho más afinados que el hombre. Y los egipcios tenían la costumbre de dejar sus perros cercanos a las puertas de su casa para que el ladrido advirtiera de cualquier intruso. El ángel de la muerte vendría. Pero ni aun los perros advertirían su presencia aun cuando estos animales en condiciones normales, lo habrían hecho, demostrando así que el juicio era algo sobrenatural.




Segundo: En las entradas de las casas egipcias de aquellos días se tenía la costumbre de esculpir figuras de animales que ellos tenían y reverenciaban como divinidades. En cada portal colocaban una estatua de algún animal diferente. Lo mismo ocurría en la ciudad capital. Todas sus puertas eran protegidas por estas estatuas encantadas por sus sacerdotes paganos.




Los egipcios habían hechizado esas estatuas de tal manera que por medio de ritos paganos eran capaces de hablar, emitiendo el sonido típico de los animales representados en las estatuas. Debemos tener presente que para este tiempo, Egipto era la capital de la hechicería y la brujería del mundo. Sus poderes mágicos eran impresionantes y esto se reflejaba en la manera cómo protegían sus casas y su capital, por medio de estatuas que hablaban.




De esta forma, si un esclavo escapaba, la estatua lo detectaba y comenzaba a emitir el sonido típico del animal encantado en la estatua y esto servia de alarma. Acto seguido, todos los animales representados en la estatua venían y atacaban al esclavo que procuraba escaparse. De esta manera no había posibilidad real de escape.




El Eterno decidió que los hijos de Israel salieran por la puerta de la ciudad custodiada por la estatua de un perro gigante. Cuando los hijos de Israel intentaran salir por allí, la estatua ladraría y todos los perros de Egipto saldrían para atacar a los hijos de Israel y devorarlos.




¿Sería capaz el Di‐os de Israel de superar el sistema de alarma y ataque que habían logrado los hechiceros egipcios?




Moshé dijo delante del faraón y en voz alta para que todos los hechiceros lo oyeran: “Contra los israelitas, ni un perro ladrará, para que sepáis que el Eterno hace diferencia”. En efecto, cuando los hijos de Israel salieron por la puerta de los perros, ni uno solo se levantó contra los hijos de Israel. ¿Qué pasó con el sistema de alarma egipcio? El Eterno destruyó las estatuas de los perros que se partieron en pedazos. Los hechiceros egipcios quedaron avergonzados y humillados y esto abrió el camino para que muchos abandonaran sus ídolos y sus hechicerías y se juntaran con el pueblo de Israel y con nuestro pueblo salieran pues de esta manera quedó demostrado que el Di‐os de Israel no solamente es superior a los dioses egipcios, sino que es el Uno y Único Eloha verdadero. ¡Haleluyah!




Vienen días cuando los hombres levantarán una gran estatua, de una imagen de una bestia que incluso hablará y la gente quedará admirada por la capacidad de esa imagen de hablar y emitir sonidos.




Esta imagen producirá un sistema de códigos que serán implantados en las personas, ya sea en la frente o en la mano derecha. Nadie podrá comprar ni vender excepto que esté bajo dicho sistema. Habrá entonces un control absoluto de cada persona. Cualquiera que intente salir de la zona asignada sin tener esa marca, causará que se emita una señal y será fácilmente detectado y apresado.




Será el sistema de alarma más serio nunca antes visto para controlar el movimiento de las personas. Será imposible viajar sin ser controlado completamente. ¿Cómo se dará la redención final durante esos días? La respuesta la encontramos en lo que sucedió en la primera redención, porque la segunda seguirá su mismo procedimiento pero una dimensión mucho más grande y poderosa. ¡Estos días están ahora más cercanos que nunca y debemos estar preparados porque nuestra redención está a las puertas!




12:1‐28 La santidad del tiempo




Antes de dar las instrucciones de Pésaj, el Eterno instruye a Moshé cómo establecer el anuario sagrado para Israel. El año comenzará para los israelitas el primero de Aviv. Se afirma que el mes cuando el hombre fue creado se corresponde con el séptimo del anuario actual (Tishré) mas para el pueblo de Israel, por causa del memorial de la redención, el primer mes se contará a partir de Aviv.




El primero del séptimo mes es el cumpleaños de la raza humana. Pero el primero de Aviv es el cumpleaños del hijo de Di‐os, Israel, como fue dicho: “Israel es mi hijo.. deja ir a mi hijo para que me sirva”.




Mi maestro comparó este hecho con una parábola: “Es semejante a un padre que tiene un hijo y le recuerda su llegada al mundo con una cena de cumpleaños. Pero luego ese hijo es secuestrado. Casi lo pierde, mas por fin logra rescatarlo. El día de su rescate, cuanto lo tiene de nuevo en sus brazos sano y salvo, ordena una gran cena mucho mayor que la de su cumpleaños natural”.


Y esto explica el tema: El primer día del séptimo mes, es el cumpleaños de Adám y de toda la humanidad. Pero el primero de Aviv (Nisán) es el cumpleaños del hijo rescatado.




Al recibir la libertad en Aviv, el Eterno ordena que este mes sea el principio del año para Su pueblo marcado por la Cena de Pésaj, la Cena de la Redención, la primera festividad anual de nuestro pueblo.




Fue durante este mes que Yitzjak fue atado al madero y colocado sobre el altar como ofrenda de holocausto por cuyas cenizas se procura el perdón para todo Israel, como está en el Sidur: “Y mira sus cenizas para tener compasión de todos nosotros”.




Es justamente en este mes cuando el Rebe HaKadosh confirma el pacto entre las partes y asegura la redención de los pecados imperdonables según el sistema levítico tanto para Israel como para las naciones.




La Toráh por tanto no menciona los meses del año por sus nombres, sino que los enumera a partir del primer mes, Aviv. Así que dirá: “Primer mes, segundo mes, tercer mes…” etc.




Fue durante la cautividad babilónica que nuestros ancestros reemplazaron la forma de contar los meses por los nombres que les dieron en su cautividad y les asignaron nombres de origen Persa (lo que hoy es Irán) algunos de los cuales son representativos de los dioses de esa nación, como Tamuz por ejemplo.




¿Cuál es la razón por la que esto tuvo lugar? Según la opinión de algunos sabios, para recordar cómo esos falsos dioses fueron “vencidos” por el poder del brazo del Eterno que los sacó de la servidumbre babilónica.




Sin embargo, la Toráh es bien enfática: “Este será para vosotros el principio de los meses del año” para que siempre recordemos la redención de Egipto, por tanto debemos procurar apegarnos a la Toráh tanto como nos sea posible.




Es necesario decir que este es el primer precepto que el Eterno entrega a nuestro pueblo por medio de Moshé. Y de aquí viene el concepto de “Santificación del mes” (Kidush HaJódesh) que se inicia en cada “molad” esto es, la primera línea de la luna nueva que es visible al ojo humano al comienzo del ciclo lunar.




El Eterno esperó hasta la noche, cuando salió la luna nueva de Aviv le mostró a Moshé como reconocer el “molad” y Moshé lo enseñó a Yahoshua y su hermano y al resto de los jueces.




Solamente un tribunal halajico puede anunciar la llegada de un nuevo mes. En la época cuando no había computadores, como ahora, el cálculo para determinar la luna nueva era muy difícil. Solamente los sabios podían determinar con precisión las distintas fases de la luna.




Habrá momentos cuando la luna será visible. Pero habrá momentos cuando la luna no será visible. Cuando la luna fuese visible, el Tribunal esperaba el testimonio de dos testigos para anunciar la llegada de un nuevo mes con la aparición del “molad”. Pero cuando se sabía que tal cosa no podría ser visible al ojo humano, entonces el día 30 de ese mes es considerado el día final de ese mes y el 31 se considera el primero del próximo mes. Por tanto, ambos días, el 30 y el 31 son considerados Rosh Jodesh.




Si los jajamim sabían que la luna no sería visible hasta el 31 del mes, cancelaban su reunión oficial del día 30 y aunque viniesen los dos testigos para confirmar haber visto el “molad”, no aceptaban su testimonio, pues ya sabían de antemano que el “molad” solamente se haría visible el 31.




Debido a esto, los cálculos astronómicos y los dos testigos tienen que estar presentes para poder declarar oficialmente un nuevo mes. Si esas dos condiciones no son llenadas, no se puede declarar Rosh Jodesh el día 30.




Ante contradicción entre los cálculos astronómicos y los testigos, la ley establece que se sigue el testimonio de los cálculos astronómicos, no de los testigos oculares porque el ojo siempre puede sufrir “ilusión óptica” y alterar el sistema. Esto es importante, especialmente en los tiempos antiguos, porque sin conocer cuándo se había iniciado el mes, ciertas fiestas no pueden santificarse, como por ejemplo, Yom Kipur, que siempre comienza el 10 del séptimo es o Pésaj y Sucot que siempre comienzan el 15 de sus meses respetivos (Aviv y el Séptimo).




Para determinar el “molad” había que tener presentes tres cosas: primero, la parte del cielo en la cual fue localizada la luna. Segundo: el tamaño de la luna creciente. Tercero: La dirección de los vértices.




Todo esto se había calculado astronómicamente por los sabios. Por tanto, cuando los testigos venían si su testimonio no coincidía con los cálculos hechos, no se aceptaba.




¿Se puede quebrantar el Shabat para atestiguar de la llegada del nuevo mes?




La ley judía establece que se puede viajar más de lo permitido en Shabat si es con la intención de poder testificar ante el Beit Din del “molad”. Esto es así porque al llegar Rosh Jodesh hay que hacer un sacrifico extra en el Templo aun si fuese Shabat. Consecuentemente para poder hacer dicho sacrificio hay que asegurarse que el nuevo mes ha llegado, por tanto, está permitido transgredir las leyes del Shabat para poder cumplir con una mitzvá superior: el sacrifico del novilunio que trae expiación para Israel.




Aun si la distancia es muy larga, se puede usar un caballo y viajar en Shabat con tal de cumplir con el mandamiento mayor. Incluso si se teme por asaltantes en el camino, se permite a los testigos portar armas en Shabat para defenderse si fuese necesario.




Malé Vs. Jaser




Cuando hay nubosidad y la luna no puede ser vista, entonces los sabios aplican una serie de principios para resolver el problema, iniciando automáticamente el nuevo mes el 31. En este caso el mes previo de 30 días, se considera completo y consecuentemente tanto el 30 como el 31 son Rosh Jodesh como ya explicamos.




En circunstancias especiales, como por ejemplo, cuando la visibilidad de la luna es imposible por dos meses seguidos, entonces se alternan los días siguiendo la fórmula de 30 y 29 días. O sea, que si el primer mes tiene 30 días y el segundo 31 entonces en los próximos dos meses, el primero se le asigna automáticamente 29 días y el que le sigue, 30, de esta forma se balancean los días. En todo caso, y bajo ningún concepto, puede un año tener más de 8 meses incompletos (29 días). Un mes de 30 días se considera completo (malé) un mes de 29 días se considera incompleto (jaser).




Los dos testigos son clave para determinar las fiestas, como ya dijimos. Y esto es el entorno como debemos entender la función de los “dos testigos” que aparecerán en Eretz Yisrael al final de los tiempos como fue dicho en nuestros libros que tienen incluso autoridad para determinar cuándo llueve y cuando no llueve una alusión profética por la cual se determinarán las nuevas lunas.




Como Rosh Jodesh solamente puede ser determinado y anunciado por el Beit Din o por el Sanedrín (normalmente el Sanedrín delegada en un Beit Din de tres jueces esta responsabilidad para no tener que reunir 70 personas) con la desaparición del Beit Din solamente pueden decretarse los meses por cálculos astronómicos. Estos cálculos, por extraordinarios que fueron, no pueden compararse a la exactitud que tenemos ahora con las computadores modernas. Por tanto, el “molad” no siempre cae en el momento preciso.




La fórmula para determinar hoy día el Rosh Jodesh viene de Rabí Hillel (II) quien vivió en la época talmúdica (303‐365) quien fuera descendiente de Rav Yehudá el Príncipe, copilador de la Mishnáh. El fue el último posiblemente que pudo recibir “semijá” (ordenación rabínica, que no existe oficialmente hoy día) por un tribunal halájicamente apropiado, y todo el actual anuario santo se rige por sus cálculos, aún cuando sabemos que tiene imperfecciones.




Debido esto, y con la excepción de Yom Teruá (Rosh HaShanáh) que se santifica dos días incluso en Israel, en el exilio, por las dudas, el resto de las fiestas, excepto Yom Kipur, se santifica dos días a fin de estar seguros de cumplir con el mandamiento.




Las computadoras no obstante, son muy precisas y hoy sabemos exactamente el día exacto de cada moed, pero no existen las autoridades que puedan hacer los arreglos y las que existen prefieren no cambiarlo para que en el evento que pase algo y las computadores fallen, sepamos cómo hacerlo.




El Shabat




Existe en algunos la costumbre de calcular y santificar el Shabat por el “molad” y de esta manera, el Shabat puede caer cualquier día de la semana, primero, segundo o tercero, etc. Este Shabat por tanto es “movible” dependiendo del ciclo lunar.




Sin embargo hay evidencias bíblicas suficientes para determinar que la calculación es preferible a la observación y por tanto, el Shabat debe ser fijo, no movible, como han determinado los sabios.




¿Dónde están las evidencias? Hay dos textos en las Escrituras que demuestran que es por cálculo más que por observación. El primero se encuentra en nuestro libro que estamos estudiando, Shemot. Durante los cuarenta años que nuestros padres anduvieron por el desierto, una nube les cubría de día contra el sol y una antorcha de fuego les cubría durante la noche.




Por tanto era imposible para ellos determinar el Rosh Jodesh por vista. Consecuentemente Moshé hizo la santificación del mes por cálculo, aun cuando sabía hacerlo por vista como ya fue explicado.




El segundo texto se encuentra en 1 Samuel 20:18 cuando Jonatán le informa a David que “mañana será luna nueva (Rosh Jodesh)”. Si la designación del nuevo mes dependía exclusivamente de la observación de los testigos, y el día no había llegado para presentarse, ¿cómo sabía ya Jonatan, desde el día anterior, que el siguiente día seria Rosh Jodesh?




Por tanto, se hacía por cálculo y cuando las condiciones se dieron, por testigos. Debido a que las condiciones para los testigos no existen hoy día, según hemos explicado, debemos apoyarnos en los cálculos ya realizados y esperar hasta que cambien las cosas o venga Mashiaj y nos indique qué debe hacerse.




Mientras tanto, está prohibido en nuestra Alianza hacer del Shabat un moed movible y cambiar lo que los sabios nos han dado como herencia, probado que hay evidencias, más allá de la duda razonable para saber que existía el cálculo como la manera para determinar Rosh Jodesh.




Los saduceos




Desde los días de Moshé hasta los días de Antígono, presidente del Sanedrín en el 213 antes de la era actual, es decir por algo más de un milenio (1,100 años), los hijos de Israel calculaban el Rosh Jodesh más que confiar en los dos testigos. Antígono, mientras enseñaba, hizo la siguiente declaración:




“No seáis como los esclavos que sirven a sus amos solo por la recompensa” (Avot 1:3). El significado de estas palabras es que uno debe servir al Eterno por amor, no por interés personal.


Pero dos discípulos interpretaron mal las palabras del maestro y pensaron que quiso decir que no habría recompensa en el mundo futuro, por tanto, si vamos a disfrutar algo, debemos hacerlo aquí y ahora.


Esto dio lugar al surgimiento de los saduceos, que rechazaron todo lo que tuviera que ver con la resurrección de los muertos y el mundo por venir, como habían ensenado los fariseos. Debido a esto se formaron dos escuelas en Israel: la de los saduceos y la de los fariseos. Actualmente el Judaísmo tradicional representa la escuela farisea y los karaitas la escuela saducea, no en todos los aspectos, pero sí los suficientes para considerarlos sus descendientes.




12:6 “Se sacrificará entre las dos tardes (al atardecer)”




¿Cuáles son las dos tardes?




El día se divide en tres partes: Boker (mañana), Tzohoraim (mediodía) y Erev (Tarde),




Hasta las 10 AM se considera Mañana. Desde las 10:00 AM hasta las 12:00 se considera mediodía. Y a partir de las 12:00 se considera Erev (Tarde) .




La Torah especifica que el cordero debe ofrecerse “entre las dos tardes” (bein haarbaim). El horario que va desde las 12:00 hasta la puesta del sol (Tarde) se divide a su vez en dos secciones: primera tarde y segunda tarde. La primera tarde se cuenta a partir de las 12 y hasta las 3 PM cuando el sol alumbra con mayor fuerza sobre la tierra. La segunda tarde, cuando el sol comienza a caer en el horizonte y el crepúsculo llega. La ofrenda de Pésaj debe ser sacrificada entonces entre esas dos tardes, regularmente a las 3 PM.




Consecuentemente el 14 de Aviv a las 3 pm moría el cordero pascual y se preparaba la cena pascual con el cordero rostizado. Esto tomaba un tiempo de unas 3 horas por lo que el korbán pesaj se comía en realidad el 15 de Aviv, porque al caer el sol del 14 ya comenzaba el 15.




Los saduceos para comer el 14 y no el quince, sacrificaban el cordero el 13 en la tarde y lo comían al caer el sol del 14 pensando que así cumplían estrictamente con el mandamiento.




Pero había una tradición según la cual si alguien entendía que debía comerse el 15 pero por alguna razón mayor (viaje por ejemplo) estaría ausente, podía adelantarla y comerla al comienzo del 14.




Nuestro Maestro optó por esta tradición y comió el cordero de pésaj al comienzo del 14 y fue juzgado el 14 en la mañana, muere el 14 a las 3 de la tarde, aproximadamente, es decir, a la misma hora cuando los fariseos sacrificaban el cordero pascual para comerlo a la caída del sol del 15.




“Toda la congregación de la Asamblea de Israel lo sacrificará”




¿Cómo puede toda la congregación de Israel sacrificar el korbán Pésaj? Es imposible. Mas por el principio de agencia divina, se designaban carniceros especialistas que actuaban en representación de la comunidad y de ahí surge el principio de que “un enviado es igual a su enviador” porque lo representa. Cuando el enviado concluye perfectamente su obra se dice que es “uno con el enviador”.




Rabenu Yeshua dijo: “Yo y el Padre somos uno”, lo cual significas que lo había representado apropiadamente y que había acabado la obra encomendada.




De la misma manera para experimentar unión con HaShem no hay otro camino que el de hacer Su voluntad y concluir la obra que nos haya sido encomendada como dijo el Rav al final de su vida: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera” por tanto, podía experimentar completa unión con su Maestro y con HaShem.




Dos tipos de exilio




Tenemos dos tipos de Exilio y por lo tanto debemos experimentar dos tipos de redención.




El Primer Exilio es el Exilio físico, el estar lejos de la tierra, rodeados de enemigos, inseguros, sin Templo, con nuestras doce tribus dispersas y en gran mayoría asimilada entre las naciones.




Nuestro pueblo Israel finalmente dirá adiós al Exilio y regresará a su tierra.


El Eterno hará eso, no por nosotros, sino por causa de Su Gran Nombre, por amor de Su gran Nombre.




El Segundo Exilio es el exilio espiritual, el exilio que existe en toda alma judía que aun no ha experimentado el derramamiento de la Shejiná y se encuentra distante del Eterno cuando fue diseñada para estar en intimidad con el Eterno.




Cada judío y converso sincero experimentará muy pronto un derramamiento del Espíritu cual nunca antes había ocurrido en Israel. El Eterno derramará agua limpia y nuestro pueblo será limpiado de toda inmundicia y recibirá la circuncisión del corazón para amar al Señor nuestro Di‐os con toda nuestra alma, y con toda nuestras fuerzas, no por imposición o cohersión, sino como resultado de un nuevo corazón y de un nuevo espíritu, el espíritu mismo de Mashiaj que será colocado en cada judío, como está escrito:




“Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis en mis caminos y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra”.




Todo esto está justamente ocurriendo delante de nuestros ojos e irá en aumento hasta que el día se haga perfecto y la gloria de Mashiaj nos cubra, entonces, cuando las dos redenciones se completen, se cumplirá lo que nos ha sido prometido que:




“Cada uno debajo de su vida y debajo de su higuera, podrá vivir en paz y sin temor”, dedicados al estudio de la Torah y la sanidad de las naciones y la reparación del mundo que vendrá bajo el dominio del Eterno mediante Yeshua JaMashiaj, Rey de Israel.




PERO ASÍ COMO EN LA REDENCIÓN DE EGIPTO EL ETERNO LEVANTÓ A MOSHÉ


Y LE DIJO: “BO LE PAROH”, “Ve y entra en la presencia del Faraón”, así sucederá también en estos días.




Lo que pasó a Faraón con Moshé es un SÍMBOLO PROFÉTICO de lo que ocurrirá en los días previos a nuestra redención.




¿Qué significa “símbolo”?




En las Escrituras, una frase o un hecho histórico puede tener la categoría de símbolo profético. Un SÍMBOLO es cualquier evento histórico, actividad u objeto que viene revelado de tal manera que el ejercicio de su actividad o el uso de ese objeto, tiene como meta no solo la descripción de cierta verdad cuando esta tuvo lugar o cuando se reveló por primera vez…




Sino sobre todas las cosas, dejarnos una lección tan importante que despierte nuestra conciencia y active nuestra memoria de tal manera que nos permita recibir aquí y ahora, una directriz segura que oriente nuestras vidas dentro del oficio divino que nos ha sido encomendado. Debemos interpretar un mandamiento de manera simbólica o profética cuando el Eterno explícitamente nos lo dice.




Por ejemplo: El Shabat es un símbolo o una señal. Por lo tanto, es un misterio.


Mashiaj es una señal para todo Israel, por tanto es un misterio.




Tefilin es un símbolo, por lo tanto despierta nuestra memoria y nos hace conscientes de la obediencia a los mandamientos.




Tzit‐tzit es un símbolo, por lo tanto nos ayuda a recordar y no irnos detrás de nuestros ojos.




Mezuzah es un símbolo, por lo tanto nos activa la conciencia profética acerca de la santidad de nuestras casas y de nuestras familias.




Y así sucesivamente.




Rav Shaul dice que la historia de Israel se escribió para nosotros… por lo tanto, allí encontramos un símbolo profético que nos ayudará a entender los momentos de la redención. Bien, aunque hay mucho más que decir sobre esto, creo que es suficiente para entender que el mandamiento que el Eterno dio a Moshé: BO LE PAROH, “Ve y entra en la presencia del Faraón” debe ser para nosotros no solamente historia, sino simbología profética.




Piense en esto:




Moshé fue constituido en forma de Di‐os para Faraón. Moshé representaba al Eterno delante del Faraón. La presencia de Moshé ante el Faraón era un acto divino, más que humano.




Este es la enseñanza entonces: Que cuando llega el tiempo de la Redención, habrá siempre dos tipos de Presencia que tendremos que experimentar:




Primero: La manifestación de la Presencia en nosotros para santificación.




Segundo: La manifestación de la Presencia a través de nosotros para juicio de este mundo.




Hasta ahora, los redimidos hemos experimentado el primer tipo de Presencia Divina: La Shejinah en nosotros para santificación. Pero están llegando los días cuando la Presencia Divina que está en nosotros, nos ordenará BO LE PAROH, para traer a los que están en autoridad en este mundo, bajo el dominio de la Palabra del Eterno. Viene sobre los hijos de Israel una gran responsabilidad: la responsabilidad de colaborar con el Eterno con la Redención Final.




Pero ya vimos que esta redención es doble:




Una redención por el Exilio nacional y una Redención por el exilio individual del alma de cada judío.




Faraón representaba la autoridad que impedía la redención nacional de nuestro pueblo en los días de Egipto.




Esto no fue solamente un hecho histórico, se transforma delante de nosotros en una simbología profética. Viene una unción sobre nuestro pueblo judío que no solamente afectará su alma, sino que se le ordenará llevar la Presencia Divina a los que están en autoridad en esta edad presente, para que permita la redención exterior.




Pero viene una unción también sobre los escogidos de entre los judíos, como en los días de Moshé, que llevarán la Presencia Divina ante los poderes de las tinieblas y los quitarán del medio para abrir el camino de la redención mesiánica a cada judío individualmente.




Moshé es un símbolo profético. Moshé no fue criado en un hogar judío, sino en el palacio del faraón. Esto es, más egipcio que judío. Pero venido el cumplimiento del tiempo, el Eterno le reveló su verdadera identidad y derramó Su divina presencia en él y entonces le dio autoridad divina y le constituyó en forma de Di‐




os ante el Faraón para llevar la Presencia Divina ante aquello que impedía la redención.




Hay algo hoy día que está impidiendo la redención de nuestro pueblo. Hay algo hoy día que está interponiéndose en el camino. Pero el Eterno ha reservado una generación de judíos, como Moshé, que saldrán de dentro del mismo Egipcio y serán usados en esta gran obra final de redención.




BO LE PAROH, VE Y ENTRA EN LA PRESENCIA DEL FARAÓN.




Cada generación ha tenido sus hombres que el Eterno ha usado para Sus grandes propósitos. Esta es nuestra generación y aquí están los hombres que como Moshé están saliendo de Egipto no solamente para experimentar privadamente el derramamiento del Espíritu de Mashiaj en ellos, sino también para ser usados como instrumentos del Eterno en llevar Su Presencia delante de autoridades de esta edad presente, visibles e invisibles, sean tronos o dominios o principados y quitarlos del medio para propiciar la redención final de nuestro pueblo.




Si usted ha experimentado la zarza ardiente en su vida, esté listo, porque ahora será promovido a una dimensión de mayor responsabilidad: llevar la Presencia Divina ante los poderes de esta edad presente y causar que sean quitados los impedimentos finales de la redención de Israel. BO LE PAROH, no es simplemente una linda historia, es una gran profecía cuya hora para cumplirse en nuestra generación ha llegado.




¿Cuál es uno de los más grandes impedimentos que requieren ser quitados?




Shemot 10:3




Aquí estamos en presencia del mayor impedimento que deberá ser quitado para propiciar la redención de nuestro pueblo: la arrogancia. Faraón estaba poseído de un espíritu de altivez y arrogancia. Reconocer que Yeshua es el Mesías de Israel requiere gran humildad. Y la arrogancia espiritual será el mayor impedimento que nos encontraremos en el camino.




El Eterno requiere que el alma de todo judío guarde silencio y se sujete a las instrucciones de Mashiaj. El Eterno ha dicho que quien no oyere ni prestare atención a las palabras que Mashiaj dirá en Su Nombre, será traída a juicio en Israel. Rechazar a Mashiaj es lo mismo que rechazar al Eterno quien nos lo envió.




La arrogancia espiritual, ya sea por la posición, por la dignidad del llamamiento hecho, por el conocimiento adquirido, por el status recibido o por cualquier otra razón, será el más grande impedimento que tendremos que derribar para que nuestro pueblo entre por el camino final de la redención.




Una de las grandes batallas que se dará en este tiempo, será la batalla contra la altivez de espíritu. El tener que reconocer que estuve equivocado, requiere gran humildad. El tener que reconocer que aprendí mal, requiere gran humildad.




El tener que reconocer que lo que había pensado no es exactamente lo que el Eterno había dicho, requiere gran humildad. Pero al mismo tiempo, la altivez y la arrogancia espiritual es uno de los peligros más serios en el camino, no solamente para aquellos que son buscados para la redención, sino también para aquellos que serán usados para causar la redención.




El Eterno está derramando grandes revelaciones en estos días.




Tal pareciera que la palabra profética que fue sellada en los días de Daniel está siendo abierta delante de nuestros ojos. No es una nueva Biblia, no es una nueva Escritura, es la misma Biblia, la misma Escritura pero que ahora se nos permite entenderla apropiadamente para que sea relevante a los propósitos de la redención de nuestra generación.




Cuando Mashiaj mostró las Escrituras a los dos discípulos camino de Emaús, no les mostró una Torah diferente, no les mostró salmos diferentes, sino la misma Torah, los mismos profetas, los mismos Salmos, pero ahora vistos desde una nueva perspectiva que les quemaba el corazón mientras él les abría las Escrituras.




Esto mismo está ocurriendo entre nosotros en estos días. ¿Cuál es uno de los peligros que debemos evitar?




La Arrogancia espiritual, la Altivez espiritual.




Estoy viendo con preocupación que algunos que han entrado en este mover maravilloso del Eterno comienzan a mirar a sus hermanos con cierto desdén, con cierto orgullo, con cierta arrogancia. El conocimiento, si no se recibe con humildad de corazón, envanece y destruye.




El conocimiento no es un fin en sí mismo. Es un medio que el Eterno usa para una meta superior. Quedarnos en el conocimiento, recrearnos en el conocimiento, gloriarnos en el conocimiento, es un desastre.




¿Por qué Moshé tuvo éxito en su oficio divino?




Porque no permitió que la arrogancia espiritual penetrase en su alma. De hecho, la Escritura afirma que Moshé era un hombre manso más que el resto de los hombres.




Les diré esto: Ningún hijo de Di‐os podrá ser usado como instrumento de redención de su generación si permite que la altivez y la arrogancia y el orgullo espiritual se asiente en su corazón.




Mire el caso del profeta Jeremías, leed bien 15:17. Jeremías fue un tzadik. Fue el tzadik de su generación.


A él le fueron revelados secretos proféticos como a ningún otro profeta. Pero él no tomó el conocimiento recibido como instrumento de su propia gloria, dice: “No me engreí a causa de tu profecía”.




La palabra hebrea que está detrás viene de una raíz que significa “regocijarse” o “armarse con un espíritu de triunfo”. La idea del texto no es la negación del gozo. La idea es no usar el honor de ser instrumento del Eterno en la profecía como una razón para desarrollar un espíritu de engreimiento espiritual o triunfalismo espiritual.




Ni aun Yeshua JaMashiaj, con todo y ser constituido en forma de Di‐os y haber recibido un oficio divino que solamente el Eterno podía ser digno de ejercer al punto que la unción que se derramó sobre Yeshua lo igualó al status de Di‐os, no tomó la ocasión de ser elevado a una posición semejante a la de Di‐os como motivo por el cual gloriarse y darle un golpe de estado al Eterno, sino que se humilló a sí mismo sujetándose a la Voluntad del Eterno hasta morir de la manera vergonzosa como murió.




Mientras más revelación tenemos, mientras más conocimiento adquirimos, más se demandará de nosotros, más responsabilidad, más compromiso, mayor santificación, mayor entrega, mayor humildad, mayor sencillez.




Porque mientras más auténtico conocimiento usted tiene más usted sabe que no sabe. Moshé pudo ser usado con la unción con que fue investido porque aprendió la lección de la humildad.




¿Qué tipo de batalla estamos librando en estos días?




Debemos entender que para cada tipo de batalla se requiere un tipo especial de soldado y de armamento. Usted no puede batallar contra tanques de guerra, enviando un pelotón de infantería armado con cuchillos. Usted tiene que enviar F‐35 dirigidos por rayos láser.




Miremos el tipo de batalla que nos toca librar:




Rav Shaul habló de esto.




2 Corintios 11:1­4




Otro Yeshua




Otro Espíritu




Otra promesa cuyo cumplimiento ha llegado.




Debemos recordar que Pablo habló esto en el año 60 del primer siglo. El no escribió esto ayer. Lo escribió en el primer siglo. Después vinieron los padres de la Iglesia y crearon un Yeshua cristiano, un Yeshua griego, un Yeshua romano y lo vendieron al mundo. Lo mismo hicieron con la Presencia Divina. Lo mismo hicieron con el llamado “Evangelio”. Ya se sentía esto en los días de Pablo.




Y hoy día, la gente está tan acostumbrada al Jesús romano que cuando le hablas del Yeshua judío piensan que estás hablándole de otro Jesús. Lo mismo pasa con el Espíritu. Lo mismo pasa con la promesa de la redención final, traducido como “evangelio”.




Y nosotros, los judíos que creemos en la redención final de Israel y del mundo por medio de Mashiaj, tenemos la enorme tarea de llevar la Presencia Divina delante de los poderes de este mundo y decirles: Vasta ya de dominar sobre nuestro pueblo, dejen ir a mi pueblo.




Somos una generación de judíos y conversos sinceros creyentes en Yeshua como el Mesías y Rey de Israel llamado a mostrar absoluta fidelidad de nuestro Rey por el honor y santificación del Nombre de nuestro


Di‐os único y verdadero.




Un gran movimiento apóstata se levantó a partir del siglo segundo que ha desviado a los creyentes de sus raíces hebreas y creado una religión extraña a Israel, prohibida por la Torah e ignorante del verdadero “evangelio”.




Y usted y yo estamos aquí cumpliendo una función profética inspirados por lo que constituye el tema principal de esta parashá: BO LE FAROH.




CONCLUSIÓN




Ciertamente, el Eterno, habiendo pasado el tiempo de esa ignorancia, ahora manda a todos los hombres que hagan Teshuvah, que se arrepientan y se vuelva de sus malos caminos a los caminos de antiguos de la fe antigua de nuestros profetas y apóstoles. Para ser instrumentos del Eterno en estos días de restauración usted no puede detenerse en la hermosura de Su Presencia, tienes que estar dispuesto a ir más allá al punto de llevar el dedo de Di‐os en presencia de aquellos que han equivocado un liderazgo que no se ajusta al dominio del Eterno.




Hay una función profética que cumplir.




Tenemos delante una promoción profética que ha sido diseñada y otorgada a nuestra generación. Y no podemos ir en nuestra propia fuerza, ni armados con nuestra propia sabiduría ni sostenidos por nuestro propio brazo.




Tienes que llegar a un momento de tu vida en que entiendas que esta es nuestra hora y que hay una voz profética que nos ha establecido y comisionado: BO LE FAROH, VE AL FARAÓN Y DILE: Deja ir a mi pueblo.




Pero esto solamente es posible si nos armamos con un carácter como el de Moshé, como el de los profetas, como el de Mashiaj. Hombres que no alardean de su conocimiento, que no se engríen con la visión, que no se le van los humos a la cabeza con la grandeza de la obra encomendada.




Hombres y mujeres que no hagan de la revelación y del conocimiento una fuente ilegítima de gloria personal, sino de absoluta fidelidad a Mashiaj y lo que Mashiaj es y a quien Mashiaj representa. Esta es la razón por la cual en la Escritura se afirma que “El principio de la sabiduría es el temor del Eterno”.




Dar sabiduría e impartir conocimiento a una persona sin que haya primero en su corazón y en su carácter el temor del Eterno, es colocar en manos de un irresponsable un arma que de usarla mal, podría destruir a muchos.




¿Te imaginas al presidente de Irán con armas atómicas, con naves espaciales cargadas de artefactos nucleares dirigidos por rayos láser?




El Eterno está moviéndonos de una dimensión profética que fue efectiva en la generación pasada, a una dimensión profética que es necesaria para la generación final del exilio y la primera de la redención. Esta nueva dimensión profética no es solamente experimentar la Divina Presencia, sino llevarla delante de todo lo que estorbe el camino de la redención y causar que ésta finalmente tenga lugar en nuestro pueblo Israel y el mundo.




Mirad conmigo: Shemot (Éxodo) 10:1‐2. Mira ahora Jeremías 16: 14,15.


Entonces si el Eterno usó a Moshé para llevar Su Presencia ante aquél que representaba el estorbo de la redención y sucedieron señales y milagros extraordinarios…




Y la Escritura dice que un éxodo mayor que aquél está de camino, ¡Cuánto no será de mayor poder y milagros y señales este éxodo final que el primero!




No te conformes con la Presencia del Eterno en ti, deja que esa Presencia te lleve ante todo dominio, trono y potestad que esté impidiendo la redención y dile: Deja a mi pueblo ir.




Vamos a mostrarle al mundo al verdadero Yeshua, la auténtica Presencia Divina y la legítima promesa de esperanza y redención en Mashiaj cuyo hora para cumplirse ha llegado.




Deja que portando la plenitud de Su Presencia, delante de ti caigan tronos, y dominios, y autoridades, y falsas doctrinas, y falsos conceptos y falsa sabiduría, y todo orgullo y altivez y arrogancia que estorben la redención final de nuestro pueblo.




BO LE FAROH, VE Y LLEVA MI PRESENCIA para que finalmente Mashiaj nos sea enviado y vivamos por fin, cada uno bajo su vid y bajo su higuera, en paz y sin temor, estudiando la Torah con Mashiaj y colaborando con él para que todo enemigo sea puesto bajo sus pies.




Colaborando con él para que seamos protagonistas de ese glorioso momento cuando Mashiaj entregará el Reino a Su Di‐os y Padre Celestial para que el Eterno sea todo en todos. Amén.




El Ejército de HaShem Por Eli Zohav




El pueblo judío es llamado en esta parashá con el nombre Tzivot HaShem – el Ejército de HaShem, como está escrito “Y en este mismo día que todo el ejército de HaShem dejó la tierra de Egipto”.


Hay varias reglas que ayudan a que un ejército sea fuerte y exitoso. Vamos a hablar sobre tres reglas importantes.


La primera es obedecer.


Todos sabemos que debemos escuchar a nuestros padres y maestros. Sin embargo, a veces decimos: “Si mami, voy a hacer lo que me pedís, pero ¿por qué tengo que hacerlo?” o “¿Por qué tengo que hacerlo como me dijo el maestro?”.




Los soldados en el frente no preguntan por qué. Ellos escuchan a su comandante, quien puede o no explicar el por qué de la orden y hacen lo que les dicen. Al final de la batalla, puede haber tiempo para conversar y explicar. Pero mientras están en combate, los soldados deben cumplir las ordenes que reciben.




La segunda regla importante es cooperar. Cada judío es responsable uno por el otro. En un ejército, cooperar con el prójimo significa mucho más que hacer algo bueno. Es necesario, porque es la única manera en que el ejército puede ser exitoso.




Todos los soldados en una unidad dependen unos de los otros. Los soldados en un tanque dependen de que el conductor los lleve en la dirección correcta. Los paracaidistas en el aire dependen de que el piloto lleve el avión a la altura correcta y de que los especialistas de radares, a kilómetros de distancia, les den los datos correctos.




En el ejército, los soldados dependen de que el encargado del equipamiento les de las armas adecuadas. Cada soldado en el campo de batalla tiene la esperanza de que sus compañeros lo ayudarán si necesita.




La tercera regla es entender la importancia de cada individuo. A pesar de que cada soldado sabe que los otros lo ayudarán y estarán allí cuando él los necesite, cada uno debe asumir la responsabilidad por su propia posición. El futuro de todo el ejército depende, a veces, de un solo guardia, o de la información pasada por radio por un informante. Cada soldado debe hacer su trabajo en la forma apropiada para garantizar el éxito del ejército.




Estas tres reglas también deben ser seguidas en el Ejército de Di‐s. Seguimos los mandatos de HaShem sin cuestionar, cooperamos con nuestros prójimos mostrando Ahavat Israel, amor al prójimo, y cada uno trata de hacer su trabajo de la menor manera posible.




Shabat Shalom

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