Ciclo anual de lecturas de la Torah
Número de parashiot
32 Behar
33 Bejukotai
La porción de la Torah para este Shabat se encuentra en Vayikra (Levítico) 26:3 al 27:34.
Lo que significa que con esta parashá concluimos el estudio del tercer libro de Moisés. Es costumbre que al terminar de estudiar cada libro de la Torá digamos: “Jazak, Jazak”, esto es, “esfuérzate, esfuérzate”.
Esta sección de la Torah coloca delante de nosotros varios principios fundamentales para nuestra fe y para nuestra forma de vivir delante del Eterno.
La primera parte de la parashat trata con la importancia de la obediencia y los terribles resultados de la desobediencia a las instrucciones dadas por nuestro Di‐s. En términos bien simples: delante de nosotros existen dos formas de vida: una caracterizada por la obediencia a los mandamientos de Di-s y la obra por la desobediencia. Ambas formas producen resultados: La obediencia nos introduce al mundo de las bendiciones del Eterno. La desobediencia, al túnel del juicio y la disciplina.
Muchas veces echamos "la culpa al diablo" y a los demonios de nuestros problemas cuando la verdad es que somos nosotros los responsables. Ciertamente que el HaSatán (El adversario) aprovechará las puertas que dejamos abiertas y las oportunidades que le brindamos para dañarnos, pero ni el Satán ni los demonios tienen poder para obligarnos a pecar. Somos nosotros los responsables de nuestras acciones.
Solo nosotros somos los responsables de nuestros actos, no podemos responsabilizar a nadie de las decisiones que nosotros mismos tomamos para poner en acción.
Si obedecemos, las bendiciones nos seguirán. Si somos rebeldes, obstinados y desobedientes, nos encontraremos envueltos en un túnel oscuro de juicio y disciplina hasta que aprendamos a obedecer.
Esto no significa que cuando obedecemos no tendremos problemas. Muchas veces es al revés. Cuando obedecemos al Eterno vienen problemas. Pero hay una gran diferencie entre los problemas que nos vienen por obedecer y los problemas que nos vienen por desobedecer. Hay una gran diferencia entre sufrir por causa del Maljut haShamayim (El Reino de Di-s) y sufrir por desobediencia al Eterno.
¿Cuál es la diferencia? Cuando tenemos problemas por causas de desobediencia, sufrimos desesperados, dolidos, entristecidos, frustrados. Pareciera que Él nos ha dejado solos y tenemos un profundo sentido de vaciedad y de culpabilidad. Cuando tenemos problemas en obediencia, sufrimos con paz, con fortaleza interior, con un profundo sentido del deber cumplido, sufrimos con gozo y experimentamos Su presencia muy cerca de nosotros.
Por otro lado, cuando sufrimos por causa de desobediencia, al pasar la tormenta no somos promovidos, sino mantenidos o bajados en nuestro servicio y autoridad espiritual. Pero cuando sufrimos EN OBEDIENCIA, al pasar la tormenta siempre viene una promoción, siempre viene un ascenso, siempre viene mayor autoridad y más grande ministerio.
Así pues, no echemos la culpa al HaSatán de nuestros problemas, sino escudriñemos nuestros caminos para ver si la causa de aquéllos es el resultado de la desobediencia, la ignorancia o el pecado, o es el resultado de una leve tribulación momentánea, un periodo de prueba para que se vaya la escoria y se manifieste el oro escondido que subsiste debajo. Así, como el proceso que pasa el oro al ser purificado.
La segunda gran enseñanza de la Parasha para este Shabat es la fidelidad del Eterno.
Esta sección de la Torah nos informa que a pesar del castigo por nuestro pecado y a pesar del juicio que podría venir sobre nuestras vidas por aferrarnos a un estilo de vida caracterizado por la desobediencia, el Eterno no obstante, por Su fidelidad al Pacto de sangre establecido mediante la Fiesta Pascual y por su fidelidad al pacto concertado con nuestros Padres, tendrá misericordia de nosotros y no romperá el pacto hecho con Avraham, ni el establecido en el día que nuestro pueblo fue sacado de Egipto.
Dice HaShem por medio de Moshé (Moisés):
"Y aun con todo esto yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo soy Adonai Su Di‐s" (26:44).
Rav Shaul, edificando sobre el fundamento de la Fidelidad del Eterno afirma:
"Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáramos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo". (2 Tim.2: 11‐13).
La tercera gran enseñanza de la sección de la Torah para este Shabat es que las cosas consagradas al Eterno son de gran valor y estima a Sus ojos, tanto por la vía de la ofrenda como por la vía del diezmo.
Las ofrendas como expresión voluntaria del pueblo; los diezmos como asunto que pertenece al Señor.
Ambas son aceptables al Señor, ambas son objeto de su cuidado y atención. El Señor lleva cuenta de todo lo que nos da y de todo lo que envía a Su reino por medio de nosotros. Estas son algunas enseñanzas que deseaba compartirles de la Torah.
HAFTARAH BEJUKOTAI
La Haftarah para este Shabat se encuentra en Jeremías 16:19 al 17:14.
La lectura de los profetas para este Shabat contiene enseñanzas muy profundas que incluso aplican a ciertos hechos proféticos que están teniendo lugar hoy día en todo el mundo.
Veamos algunas de estas enseñanzas:
En primer lugar, el profeta Jeremías nos habla de una gran ola de conversiones que tendrán lugar entre las naciones gentiles cuando descubran todo el engaño a que le habían sometido sus antepasados. Esto es lo que dice el profeta: (Vr.19):
"...a ti vendrán naciones (goyim, gentiles) desde los extremos de la tierra (los extremos de la tierra con respecto a Jerusalén) y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho".
¿Qué hará el Eterno con estos goyim que al descubrir las mentiras teológicas en que fueron formados se vuelven a Tzion para encontrar la verdad? ¿Serán aceptados y enseñados o serán rechazados y olvidados? ¿Que es lo que sucederá con ellos? El profeta Jeremías nos dice lo que el Señor hará con ellos:
"Les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder y sabrán que mi nombre es Adonay".
Tres cosas se prometen aquí que el Eterno hará con los creyentes provenientes de los gentiles:
Primero: Les haré conocer mi mano.
Segundo: Les haré conocer mi poder.
Tercero: Les haré conocer mi verdadero Nombre.
Piense en esto:
La palabra hebrea para mano es "Yad" que se representa por la letra Yod,
es la letra más pequeña del alef‐bet (Abecedario hebreo).
י
Yod es una letra sumamente importante.
Con Yod comienza el nombre sagrado de Di-s | Con Yod comienza el nombre de Israel | Con Yod comienza el nombre del Mesías |
יהוה | ישראל | יֵשׁוּעַ |
Yad, es el nombre del puntero con el cual leemos la Torah. Consecuentemente, "yod" es sinónimo de los mandamientos y ordenanzas del Eterno. Cuando el profeta dice que HaShem revelará a los creyentes provenientes de los gentiles "su mano", está diciendo que aprenderán las cosas sagradas de Israel como están en la Torah, es decir, los estatutos y ordenanzas de Di-s.
Estos estatutos y ordenanzas que fueron olvidados y declarados abrogados por los padres de estos creyentes que experimentarán una segunda conversión: la conversión a la Torah, la conversión al Judaísmo Bíblico, la conversión al estilo de vida basado en la Torah.
Fíjese lo que dice el profeta que estos creyentes dirán:
"Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho". (Jer.16:19).
Pero también el Señor nuestro Di‐s les mostrará Su Poder.
El término "poder" que usa el profeta aquí viene de la raíz hebrea GUIBOR, que a su vez procede de GUEBER, un guerrero. En otras palabras, el Eterno los transformará en un poderoso ejército compuesto de valientes guerreros apertrechados con la Torah, con la Palabra del HaShem.
¿Cuántos entienden el cuadro profético que se predice aquí?
En adición, se promete aquí que a éstos conversos provenientes de los gentiles el Eterno revelará su verdadero Nombre. Miremos Jeremías 16:21
"Por tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es HaShem"
¿Por qué necesitan estos creyentes conocer el verdadero nombre del Eterno? Porque sus padres le habían enseñado mal. Le habían cambiado el verdadero nombre de Di-s. Pero ahora conocerán ese Nombre con todas las implicaciones que "conocer" el nombre significa en la escritura bíblica.
Conocerán el verdadero nombre de Jesús.
Conocerán el verdadero nombre del Espíritu Santo.
Conocerán el verdadero nombre del Padre.
Conocerán el verdadero nombre de la Iglesia.
Conocerán el verdadero nombre de la Ley.
Conocerán el verdadero nombre de los apóstoles.
Conocerán el verdadero nombre de los profetas.
Así que se prometen estas tres cosas maravillosas.
Piense en esto: ¿Será casualidad que más y más creyentes provenientes de las naciones gentiles se están volviendo a la Torah, y están cada vez más aprendiendo las Escrituras desde una perspectiva hebrea de la fe, y redescubriendo el verdadero nombre del Di-s que había sido cambiado entre las naciones? No, no es casualidad, es profecía que se está cumpliendo delante de nuestros propios ojos.
En Segundo Lugar, esta sección de la Haftará nos confronta prácticamente con el mismo tema de Vayikrá: el pecado produce castigo, muerte, separación, pérdida de la heredad.
La realidad del pecado es tan terrible, que nuestro propio corazón no puede ser tomado como punto de referencia confiable, pues es "engañoso y perverso". La única esperanza segura para Israel es Adonay.
El profeta reconoce esto y grita:
"Sáname oh Adonai, y seré sano; sálvame y seré salvo; porque tú eres mi alabanza".
Yeshua habló de un tema relacionado con la Parashá Bejukotai: el tema de los diezmos.
En Matityahu 23:23,24 y Yojanán 15:4‐7 tenemos enseñanzas muy hermosas del Maestro.
3:1 Mateo 23:23,24.
"¡Ay de vosotros, los escribas y fariseos hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley; la justicia, la misericordia y la fe. Eso era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!"
Como vemos esta sección del Código Real está íntimamente relacionada con la lectura de la Torah para este Shabat.
En la Torah se nos habla de la importancia de los diezmos, de la santidad de los diezmos y de nuestra responsabilidad en traer los diezmos, es decir, la porción que pertenece al Eterno, a la Casa del Eterno.
La Torah pues nos dice lo que debemos hacer. Yeshua nos explica cómo lo debemos hacer, con qué motivación debemos hacerlo y por qué debemos hacerlo.
Yeshua nos muestra aquí que la Torah no es solamente asuntos de mandamientos o de instrucciones vacías o mecánicas, sino que tiene que ver con una motivación apropiada, tiene que ver con el resultado natural de alguien que ha experimentado la justicia de Di‐s y Su gracia y que vive confiando en el Eterno, es decir, vive por la fe.
En otras palabras, la Torah se levanta sobre los grandes principios de la Fidelidad de Di-s, de Su Justicia, de Su Gracia y de la Fe. Este es el fundamento de la Torah.
Edificar fuera de este fundamento llevará a una actitud equivocada e inútil.
Yeshua dice: Sin la experiencia con la Justicia de Di‐s, sin cobijarnos bajo Su gracia y desde una perspectiva de fe, el Judaísmo corre el peligro de volverse algo tan absurdo e inútil como sería sentarse a "peinar un mosquito" (el verdadero significado en hebreo) para encontrar cualquier cosa dañina, por insignificante que sea, y mientras estamos entretenidos en eso, dejaremos pasar ante nosotros un "camello" sin percibirlo.
Tenemos dos animales usados por Yeshua para enseñarnos de la Torah. Esos dos animales son: el mosquito y el camello.
La enseñanza gira en relación al valor de estos animales.
Un animal que no vale prácticamente nada frente a un animal que es muy valioso.
Un animal que en un momento dado es peligroso porque puede infectarnos con ciertas enfermedades, frente a un animal que es de mucha utilidad.
¿Qué es el mosquito y qué es el camello?
¿Qué es el mosquito?
Según el uso que hace Yeshua, parece referirse a los comentarios detallados de la manera cómo pensamos que tiene que ser cumplido un mandamiento.
En otras palabras, "mandamientos de hombres que dañan los mandamientos de Di-s, en tanto que ignoran los principios más importantes de la Torah".
Es decir: existe el peligro de preocupamos tanto en explicar el cómo de los mandamientos que perdemos el propósito verdadero del mandamiento.
Si miramos lo que dice el Mashiaj en el Vr. 23 veremos que menciona el diezmo de la menta, el diezmo del eneldo y el diezmo del comino. Ahora, estos diezmos específicos no fueron dados por medio de Moisés. Si vamos a Deuteronomio 8:8 encontraremos una lista importante de los frutos de la tierra. Por otro lado, en Deuteronomio 26:2 encontramos el mandamiento de traer primicias al Eterno de todos los frutos de la tierra. Sin embargo, no se dicen qué frutos ni en qué cantidad debería ser traída la primicia.
En el Judaísmo de la época de Yeshua, sobre la base de estos versículos se establecieron 7 frutos de la tierra que calificaban para ser separados como primicias y se decidió que deberían consagrarse en una medida del 10 % es decir, debían ser diezmados.
También se establecieron las cantidades específicas que debían ser apartadas para los sacerdotes y tres niveles de entrega: para el de ojo bueno o dadivoso se estableció una cantidad, para el moderado otra cantidad y para el de ojo malo, o tacaño otra cantidad para que trajera algo también. En los SIETE frutos se añadió la menta, el eneldo y el comino, ninguno de los cuales fue mencionado directamente por Moisés.
La menta, el eneldo y el comino fueron frutos de la tierra que los Israelitas aprendieron a cultivar más tarde, no era algo conocido en la época de la conquista.
Así pues, sobre el mandamiento de las primicias hubo mucha discusión del asunto hasta que finalmente decidieron cuáles serían los frutos que calificarían y en qué cantidades deberían ser apartados para el Eterno.
¿Cuál es el punto de Yeshua? ¿Está mal hacer esto? No en ninguna manera. Yeshua dice: "Es necesario no descuidar aquello" ¿Dónde está el problema?
El problema está en concentrarnos tanto en la manera cómo debe ser establecido el mandamiento que nos olvidemos del propósito del mandamiento.
El peligro está en destacar tanto la forma de hacer las cosas que nos olvidemos del fundamento sobre el cual debemos establecer las normas de nuestras vidas. El peligro está en concentrarnos tanto en los detalles externos que nos olvidemos de los grandes valores internos de los mandamientos. El peligro está en poner tanta atención a lo de afuera que descuidemos lo de adentro.
Yeshua dice: La Justicia, la Gracia (Misericordia) y la Fe que son valores eternos establecidos en la Torah y que constituyen el fundamento mismo de la Torah, no deben ser olvidados cuando miramos los valores temporales de la Torah. Pero, OJO: los valores temporales de la Torah no deben ser pasados por alto tomando como excusa los valores permanentes.
En otras palabras, que a la hora de establecer las normas para el ejercicio del mandamiento nos concentremos tanto en la perfección de afuera que nos olvidemos de la perfección de adentro. Pero OJO: las normas para el ejercicio de los mandamientos no deben ser pasados por alto como excusa para dedicarnos solamente a la perfección interior.
¿Por qué? Porque el misticismo mesiánico no es el misticismo del monasterio, sino es el misticismo del camino, del servicio, de atender al herido en el campo y cuidarlo.
Este es el misticismo de Yeshua. Un misticismo auténtico, balanceado, que no pierde a Di‐s en la multitud, que no lo pierde en el fuego, que no lo pierde en las aguas, que no lo pierde en las tormentas de la vida, sino que precisamente allí se manifiesta con mayor intensidad y con mayor esplendor.
Yeshua dice: "Es necesario hacer esto, sin dejar de hacer lo otro". ¿Qué significa "hacer esto sin dejar lo otro"? Significa que lo otro, las normas externas para el ejercicio de los mandamientos, deben ser siempre el resultado natural de los valores internos demandados por la Torah.
En otras palabras, que la obediencia a los mandamientos y a las normas que nos permiten guardar apropiadamente los mandamientos deberán siempre surgir como resultado de la acción de la Justicia, la Gracia y la Fe operando internamente en nuestras vidas.
Es decir, si las normas que establecemos, no tienen en cuenta la Justicia, la Gracia y la Fe serán siempre estorbos para el ejercicio apropiado de los mandamientos. No son kosher.
Consecuentemente, toda explicación de la Torah y toda decisión que tomemos sobre la base de la Torah deberán estar en armonía con la Justicia, la Gracia y la Fe.
Si la Justicia no está presente en las normas, si la Gracia no está presente en el ejercicio de los mandamientos, y si la Fe no es quien lo motiva, entonces aquellas normas serán peligrosas para nosotros porque dañan el fundamento mismo de la Torah que es la Justicia, la Misericordia y la Fe.
Yeshua dice: "Es necesario hacer esto sin dejar de hacer lo otro". ¿Por qué "lo otro" no debe dejarse?
"Porque ni una jota ni una tilde pasará de la Torah hasta que todo se cumpla." Y el que "quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos".
Así que hay que tener cuidado con el mosquito, hay que atender las cosas pequeñas, los mandamientos pequeños.
Pero no podemos perder los mandamientos grandes por estar demasiado ocupados en los pequeños detalles establecidos por los hombres.
En otras palabras: Tiene que haber un balance entre los valores temporales de la Torah expresados en mandamientos circunstanciales, que terminarán cuando termine esta edad presente, y los mandamientos eternos que nunca terminarán, sino que se proyectarán mas allá de esta edad presente.
¿Cuáles son esos valores eternos que nunca pasarán?
La Justicia, La Misericordia y la Fe.
Así que hay dos extremos que debemos evitar:
Primer Extremo:
Entretenernos tanto con las cosas representadas en el mosquito que nos olvidemos del camello.
Segundo Extremo:
Entretenernos tanto en las cosas representadas en el camello que nos olvidemos de las cosas pequeñas representadas en el mosquito.
En el Judaísmo Rabínico encontramos mucho del primer extremo.
En el Cristianismo Histórico nos encontramos mucho con el segundo extremo.
En la fe netzarita ambos extremos son traídos y colocados en su lugar apropiado para que ni nos olvidemos del diezmo de la menta, el eneldo y el comino, con todas las implicaciones que esto tiene, pero tampoco nos olvidemos de la justicia, la gracia y la fe, con todas las implicaciones que esto tiene.
Yojanán 15:47
Esta sección del Código Real está íntimamente relacionado con nuestra Parasháh.
En Levítico 26:3 leemos así: "Si anduviereis BE‐JUKOTAI, en mis decretos ... yo daré la lluvia en su tiempo."
Yeshua dice:
"Si permanecéis en mi y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho".
En la Torah se promete que si andamos en los decretos del Eterno, vendrá lluvia en su tiempo.
En el Código Real se promete que si permanecemos en las palabras de Yeshua, vendrá lo que le pedimos.
¿Cuántos ven la relación?
Piense en esto: ¿Cuál es el secreto de que venga la lluvia? BEJUKOTAI, permanecer en los decretos del Eterno. ¿Cuál es el secreto de la oración contestada? Permanecer en Yeshua y en Sus palabras. Permanecer significa obedecer. Por lo tanto cuando obedecemos viene lluvia. ¿Qué significa "lluvia"? Que el Eterno contestará sus oraciones. }
Conclusión
Vamos a hacer un resumen de lo dicho:
En primer lugar: La Torah nos enseña tres cosas:
Primero: la importancia de la obediencia.
Segundo: la Fidelidad del Señor.
Tercero: lo consagrado al Señor debe mantenerse santo.
En segundo lugar: La Haftarah nos enseña tres cosas:
Primero: De una gran ola de conversión que tendrá lugar entre los gentiles que al descubrir el engaño en que lo habían formado sus antepasados, se volverán a Di-s y recibirán un nuevo entendimiento de la Torah y de los mandamientos, del poder del Eterno y de su Nombre Sagrado.
Segundo: lo terrible que es el pecado y cómo la única esperanza segura para Israel es HaShem. Por eso exclama: "Sálvame oh Adonai, y seré sano; sálvame y seré salvo; porque tú eres mi alabanza".
En tercer lugar: nos provee de una clave para entender la acción de Yeshua al escribir con su dedo en tierra.
Finalmente tenemos las enseñanzas del Código Real
Primero: Yeshua nos muestra que la Torah no es solamente asuntos de mandamientos o de instrucciones vacías o mecánicas, sino que tiene que ver con motivaciones apropiadas, tiene que ver con el resultado natural de uno que ha experimentado la justicia de Di‐s, Su gracia y la Fe.
En este sentido, aprendimos lo que significa "colar el mosquito y tragar el camello" y cómo debemos evitar los extremos y vivir apropiadamente en las dos dimensiones de la fe mesiánica.
Es decir, sin olvidarnos del diezmo de la menta, el eneldo y el comino, con todas las implicaciones que esto tiene, pero tampoco sin olvidarnos de la justicia, la gracia y la fe, con todas sus implicaciones.
Segundo: Yeshua demanda obediencia a sus palabras para que nuestras oraciones sean contestadas, exactamente como por medio de Moshe se exigió a nuestros padres BEJUKOTAI, es decir, permanecer en los decretos del Eterno, obedecerlos.
Preguntas para Repaso: ¿Qué hemos aprendido hoy?
¿Que representa el mosquito?
¿Qué representa el camello?
¿Qué pasaje de la Escritura nos sugiere lo que escribió Yeshua cuando fue confrontado con la mujer sorprendida en adulterio?
¿Qué es la Fidelidad de Di-s? ¿Es la fidelidad de Di-s una excusa para el pecado? ¿Cómo podemos explicarlo?
¿Qué se profetiza que ocurrirá con muchos gentiles al final de los tiempos?
¿Qué tres cosas Adonai enseñará a los creyentes provenientes de entre los gentiles?
¿Qué significa que les enseñará "su mano"?
¿Qué relación existe entre "poder" y "Guibor" y "Gueber"? ¿Por qué el Eterno tendrá que revelar Su verdadero Nombre?
¿Cuál es una de las diferencias entre problemas que vienen por desobediencia y problemas que vienen cuando obedecemos?
¿Qué relación existe entre Vayikrá 26:3 y Yojanán 15:4‐7?
Shabat Shalom Amados hermanos, es realmente gratificante el conocer una pizca de los códigos encriptados en la palabra del eterno y las enseñanzas de nuestros antepasados y hoy en día las enseñanzas de nuestro Rab Dan Ben Avrahan y su esposa la Rabani la paz y la Bendición sea sobre ellos.
Después de estar constantemente preguntado una y otra vez sobre las Bendiciones y meditar sobre nuestro pueblo Israel y las obras que le han alcanzado siempre, me ha llevado a pensar y tener un porcentaje muy alto del porqué Israel es el pueblo del Eterno.
Espero este comentario le haya bien, más allá de la obediencia es tener en nuestro ADN a hashem, ósea de manera natural y…