Aprende cómo la fe de Abraham y Sara puede inspirarte a caminar en propósito y crear un legado de bendición.
Mi esposo, Rab Dan ben Avraham suele decir:
“Las personas con mentalidad de riqueza invierten en tiempo. Las de mentalidad de pobreza gastan en cosas. Las de mentalidad emprendedora invierten en herramientas para crecer. Las conformistas solo compran entretenimiento.”
¡Muy sabias estas palabras!
En la Parashá Lej Lejá, Di-s le pide a Abraham que deje su tierra, su familia y su hogar para ir a una tierra desconocida, ¿Cómo podemos detectar la mentalidad de Abram partiendo de las cuatro mentalidades previas? Podemos ubicar a Abraham dentro de las mentalidades previas de la siguiente manera:
1. Mentalidad de riqueza (invierte en tiempo): Abraham demuestra una mentalidad de riqueza al confiar en la promesa de Dios y estar dispuesto a salir de su zona de confort. Para él, la riqueza verdadera no está en los bienes materiales ni en la seguridad de lo conocido, sino en la oportunidad de construir un futuro alineado con un propósito espiritual y eterno. Abraham invierte su tiempo en construir una relación con Dios y en establecer un legado espiritual que trasciende generaciones.
2. Mentalidad de escasez (gasta en cosas): Abraham se aparta claramente de esta mentalidad. No se aferra a las cosas materiales ni a la comodidad de su tierra natal, sino que está dispuesto a dejar todo atrás. Esto lo diferencia de una mentalidad de escasez, que priorizaría la seguridad de lo que se tiene en lugar de la fe en lo que se puede alcanzar.
3. Mentalidad emprendedora (invierte en herramientas para crecer): Abraham encarna una mentalidad emprendedora al aceptar el llamado de Dios como una oportunidad para crecer y evolucionar. Él invierte en su propio crecimiento espiritual y en el desarrollo de un pueblo y una misión trascendentes. Este viaje hacia lo desconocido es una forma de expandir sus horizontes, confiando en que cada paso lo llevará a un mayor propósito.
4. Mentalidad conformista (compra entretenimiento): Abraham es lo opuesto a la conformidad. Su disposición a aventurarse, a enfrentarse a desafíos y a construir algo nuevo, muestra que no busca la comodidad inmediata ni el entretenimiento. En lugar de ello, acepta el esfuerzo y la disciplina que su misión requiere, sacrificando la estabilidad y comodidad de su vida anterior.
Abraham representa una mezcla de mentalidad de riqueza y mentalidad emprendedora. No solo confía en que el tiempo invertido en su relación con Dios y en la misión que le encomienda tendrá un impacto eterno, sino que también invierte en su crecimiento y en la creación de un legado. ¿Cuál es tu mentalidad ahora? ¿Cuál te gustaría tener? ¡Seamos imitadores de nuestro padre Abraham!
Proverbios 31, destaca una mujer que encarna la mentalidad de abundancia, emprendimiento y propósito: La Eshet Jail, como Abraham dejó atrás lo conocido para seguir un llamado divino, la mujer de valor de Proverbios 31, también eligió una mentalidad de crecimiento y propósito. No se conformó con lo seguro ni se limitó a las cosas materiales; en cambio, invirtió en su hogar, en su comunidad y en su relación con Dios. Ella es emprendedora, planifica con sabiduría, y su dedicación crea una prosperidad duradera para su familia. Con manos fuertes y un corazón firme, construye un legado de fe, esfuerzo y amor. Esta mujer nos enseña que una vida de éxito verdadero no se mide por lo que poseemos, sino por la fortaleza que encontramos al invertir en lo eterno y al caminar en el propósito que Dios nos llama. Sigamos, como Abraham y como ella, respondiendo a ese llamado con valentía y sabiduría, eligiendo construir con nuestras vidas un legado de bendición para las próximas generaciones.
¡Shabat shalom!
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