Te compartimos un breve comentario de la parasha Ki Tavo, "cuando entres a la tierra prometida".
La primera sección de la Torah trata con el mandamiento de los primeros frutos. Luego de asentarse en la tierra prometida, los hijos de Israel dedicados a la agricultura, deberán tomar los primeros frutos de su cosecha y llevarlos al templo en Jerusalén. Todos deberán ir juntos rodeados de una atmósfera de gratitud, alabanza y expectación.
En los días cuando el Templo estaba en pie, esta gran procesión iba acompañada de toda una multitud de hombres danzando y alabando al Eterno.
Una vez llegados a Jerusalén, los campesinos hebreos entregaban los primeros frutos de su trabajo a los sacerdotes y una serie de bendiciones al Eterno eran levantadas por Su fidelidad de generación en generación.
Estos primeros frutos incluían solamente SIETE tipo de productos de la tierra requeridos por la Torah: Dátiles, higos, uvas, granada, aceitunas, trigo y cebada. En los días del Templo, los que eran dueños de la tierra por usufructo gratuito del Eterno, tenían la responsabilidad de separar tres tipos de diezmos:
Primero: Terumá, exclusivamente para la familia de los sumo sacerdotes
Segundo: Maser Rishón, el primer diezmo de los frutos regulares según fuesen dándose las cosechas para los Levitas.
Tercero: Maiser Sheni, un tercer diezmo separado para los gastos de subir a Jerusalén cada año y comer en el Templo.
En el Tercer y Sexto Año dentro del ciclo de siete años, se apartaba un diezmo extra llamado el “diezmo de los pobres” que era reservado para los necesitados de la tierra.
Este diezmo para los pobres del tercer año y del sexto año sustituía el Mazer Sheni del año correspondiente.
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