Bereshit 1:1-‐6:8 El Parashá o sección de la Toráh para este Shabat se encuentra en el primer libro de Moisés, conocido como Génesis, de una palabra griega que significa “origen o comienzo” y que fue usada para traducir la palabra hebrea “Bereshit” con la cual el libro comienza y que significa “en el principio”.
בְּרֵאשִׁית
Este primer libro de Moisés consiste de 50 capítulos, contiene 1533 versículos y ha sido dividido en 12 secciones de estudios para las doce primeras semanas de lectura y explicación de la Toráh.
El Primer Libro de Moisés nos habla de los orígenes de las cosas creadas. El origen del universo, el origen de la vida terrestre, el origen del hombre y de la sociedad humana, el origen del pecado, el origen de la maldición, el origen de la muerte, el origen del plan de salvación, el origen del programa de redención, el origen del nacimiento de la nación de Israel y el origen de la promesa de salvación para todas las naciones. Por lo tanto, la idea que prevalece a lo largo de estos 1533 versículos no es solamente que existe un Creador que es Señor y Reydel Universo, sino que ese Creador, Elohim, está comprometido con la redención integral de Su creación, especialmente la del hombre.
Por lo tanto, Creación y Redención están íntimamente unidos bajo la supervisión y dirección de Aquél quien es la causa original de todo lo que existe.
En esta sección de la Toráh veremos cómo Moshe, bajo inspiración divina, nos irá llevando desde los orígenes de los cielos y de la tierra, hasta la creación de la vida orgánica, la vida animal y finalmente, la vida del hombre y la mujer creados a imagen y semejanza de Elohim.
ASPECTOS IMPORTANTES
¿Para quién fue creado el universo?
El tratado talmúdico Sanedrín 36a, afirma: “Toda persona está obligada a decir: El mundo fue creado para mí”. Si el Eterno quien es Bendito, creó el mundo para el hombre, es decir, para mí, entonces esto significa que cada uno de nosotros es algo extraordinariamente especial. Y además que cada uno de nosotros tiene una extraordinaria y única misión que cumplir en la creación.
A fin de poder cumplir la misión que el Eterno me ha confiado, él debe habilitarme con los recursos necesarios para cumplir con tan alta y sagrada misión. En términos prácticos significa que debo tener la suficiente inteligencia, fuerza, coraje, compasión y capacidad de determinación para cumplir con esa misión.
Si además de esto yo fui creado a “imagen y semejanza de Elohim”, esto significa que así como el Eterno está rodeado de ciertas características que nos han sido revelados, así también mi alma posee esas características. Por ejemplo, durante los días de fiesta que nos han precedido, desde Rosh HaShaná hasta Sucot, hemos mencionado y confesado muchísimas veces, los TRECE ATRIBUTOS DEL ETERNO.
Piensa en esos atributos: Compasivo, Misericordioso, Bondadoso, Perdonador, Paciente…Verdadero (Confiable) etc. Cada uno de esos atributos forman parte de la naturaleza interior de nuestra neshamá. Dicho de otra manera, hemos sido creados con capacidad plena para cumplir la misión que nos ha sido confiada. Cuando miras la creación, verás que requiere innovación, perfeccionamiento.
¿Cómo explicar que un Di-‐os perfecto haya construido un mundo imperfecto, esto es, no completo, de tal manera que requiere la acción del hombre? La respuesta que nos han dado nuestros mayores es magnífica: La Sabiduría Divina en su Gran Misericordia, decidió dejar cosas en la creación en un estado que requiera mejoramiento para dar al hombre la oportunidad de completarla como corona dela creación, como administrador del universo. Esto nos muestra el exaltado estado del hombre al momento de su creación y con el propósito con el cual fue creado.
BAJA ESTIMA PROPIA
Uno de los más serios problemas del hombre es no tener conciencia de su identidad dentro dela creación. Esto nos lleva a desarrollar una baja estima propia, es decir, cuando llegamos a un punto de nuestras vidas cuando no nos evaluamos a nosotros mismos con la misma dignidad y capacidad con que el Creador nos ha investido.
Uno de los más graves problemas en la sicología humana es el que tiene que ver con una baja estima propia. Cuando no hay razones lógicas para pensar de otra manera, porque el Eterno ha invertido encada uno de nosotros, toda la dignidad, los recursos y las habilidades suficientes para queseamos personas completamente saludables, dueña de nosotros mismos, sanas, exitosas. El Dr.Avraham Twerski, en uno de sus libros (10 Steps to be your best) describe algunas de los síntomas que revelan si una persona sufre de este grave mal de una baja estima propia:
Tendencia a esconderme de la gente por temor a ser
Tendencia a vivir complaciendo a la gente, haciéndoles favores constantemente para comprar así el afecto y la aprobación de los demás.
Extremadamente sensible ante la crítica, lo toma todo
Dificultad para tener intimidad con su cónyuge. Tendencia a controlar a otras personas.
Miedo a
Depresión.
Adicción.
Desordenes.
Conducta abusiva hacia otras
Siempre piensa negativamente, nada va a salir bien.
Dependencia de otras personas.
¿Qué es lo que contribuye a que una persona tenga un bajo concepto de sí mismo y no el concepto correcto de sí mismo que debe tener? Las razones son muchas:
Traumas infantiles, padres abusivos, niños que fueron humillados constantemente por sus padres o maestros… expuestos a constante burla, maltrato, palabras hirientes como: ”eres un estúpido”, o “nunca serás nadie en la vida”, o “no sé para qué habrás nacido” y cosas por el estilo, crean traumas que afectan luego la capacidad de desarrollo emocional normal de una persona.
La influencia del Yétzer Hará, el adversario oculto dentro de nosotros, el hombre malo, el ladrón escondido que no viene sino para matar, destruir y aniquilar la obra de la creación en nosotros.
El tratado talmúdico Kidushin 30b afirma que “el yétzer hará trata de destruirnos en cada aspecto de nuestra vida”. Y esto es el origen de una evaluación negativa de nuestras vidas que nos lleva a desarrollar una conducta destructiva desde nuestra infancia hasta nuestra adultez. Cuando pensamos negativamente de nosotros mismos, abrimos una puerta al yétzer ha’rá para destruiros emocional y espiritualmente. El Yétzer hará es un crítico destructivo insaciable escondido dentro de nosotros, en nuestra conciencia. Constantemente trata de insuflar en nuestro pensamiento y en nuestros sentimientos, que no servimos para nada, encontrando siempre faltas y desaciertos en todo lo que hacemos.
El Yétzer hará es el encargado de vivir siempre comparándote negativamente con otros: “Fulano si puede, pero tu no, no sirves para nada, eres un estúpido”. Cuando sumamos las cosas que nos sucedieron cuando éramos pequeños, con el trabajo perverso del yétzer hará, entonces podemos entender de dónde viene la fuente de tantos problemas relacionados con una baja estima propia que daña, reprime y limita todo el potencial que el Eterno ha creado en nosotros. La obra más terrible de la baja estima propia tiene que ver con la esencia de estos días quehemos vivido, teshuvá.
Cuando una persona se autodestruye emocionalmente al punto que piensa que no sirve para nada, que no vale nada, que no tiene ninguna dignidad personal, entonces ¿cómo puede hacer teshuvá? ¿Cómo puede buscar el camino de vuelta precisamente a un estado donde su dignidad y valores intrínsecos le son devueltos? “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo HaShem”.
Uno de los mandamientos más hermosos que tenemos en la Toráh es el que tiene que ver con nuestro prójimo. “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo Hashem”. De esto se desprende que uno amará a su prójimo de la misma manera que se ama a uno mismo.
Si el concepto que tienes de ti mismo es basura, así considerarás a los demás, también unabasura, por eso existen los abusadores, por su grave problema con la estima propia. Usted no puede tratar a los demás dignamente, si primero no te tratas a ti dignamente. Como sea el amor y el respeto que te tienes a ti mismo, será también el amor y el respeto que tengas por tu prójimo.
Es cierto, todos somos falibles, todos nos equivocamos muchas veces, todos fallamos, pero tales errores no tienen por qué destruirnos, sino por el contrario, empujarnos para no volver a hacerlo la próxima vez y para intentar alcanzar nuestra misión en la vida con nuevas fuerzas y con nuevos bríos.
La razón misma por la cual el Eterno nos ha dado el recurso de teshuvá es porque sabe que vamos a fallar, que vamos a apartarnos, de cuando en cuando, del camino correcto y necesitamos un modo de corregir el rumbo, de encontrar de vuelta el camino a casa.
Pero eso mismo revela la gran dignidad con que el Eterno nos ha creado y el gran respeto y admiración que tiene con nosotros. El gran mensaje de este primer capítulo de Génesis que deseo dejar con vosotros es este: fuimos creados a imagen y semejanza de Di-os.
Tenemos una neshamá que es una expresión y emanación de la Divinidad. Tu alma es un alma divina en esencia, porque viene del soplo del Omnipotente dentro de nuestras narices.
Esa alma no tiene precio, es pura, maravillosa, repleta de fuerza, de habilidades, de dones, talentos, capacidades naturales y sobrenaturales, majestuosa, digna, una extensión de Di-os mismo.
Cuando fallamos, cuando pecamos, cuando hacemos lo que no es correcto, manchamos esa alma, la llenamos de barro y de fango… pero cuando hacemos teshuvá, el Eterno nos restaura el alma, derrama un agua especial que él tiene reservada para los justos y le devuelve a esa alma su belleza original.
No es tu apariencia externa lo que más vale de ti, es tu neshamá interior lo que realmente cuenta. No dejes que otros impongan un valor sobre ti fundamentado en tu belleza física, el tamaño de tu cuerpo o cuánto dinero tengas en el banco. Tu verdadero valor no está allí, sino dentro de ti, en tu interior, en tu neshamá, allí está escondido tu valor, tu potencial, tus habilidades, tubelleza, tu imagen de Dios.
Muchas personas desarrollan una baja estima propia porque son expuestas a un sistema de valores equivocados con respecto a lo que realmente cuenta y vale en la vida.
Recuerdo una vez un miembro de una comunidad que se acercó a su maestro y le dijo: “Mira el tremendo carro que me he comprado, cero millas (kilómetros)”.
El maestro le dijo: “Conociendo tu situación financiera, ¿Cómo es que te has comprado un auto tan costoso? “Bueno, ahora seguramente seré aceptado en el club de los ricos de la comunidad”. ¿Te imaginas eso? Hay personas que sin ser tan atractivas físicamente, tienen un estima propia sana, capaz de llevarle a grandes triunfos en la vida. Hoy día la gente de forma equivocada, relaciona tu personalidad y tu carácter con la forma como uno luce exteriormente.
La Historia del Talmud
El Talmud relata la historia de un gran maestro, el Rav Yehoshua ben Jananyah, quien era muyhumilde y nada atractivo. Un día estuvo presente en una de sus clases, la hija del emperador. Al terminar, la muchacha se le acercó y le dijo: “Wao, que maravillosa sabiduría escondida en unenvase tan feo”. El Rav le dijo: “Hija mía, ¿en qué tipo de envase guarda tu padre el vino?” “En vasijas de barro”, le dijo. ¿En qué otra cosa podría guardarlo? Bueno, respondió el Rav, tratándose de un emperador, debería guardar su vino en vasijas de plata y oro…
La muchacha habló de esto a su padre diciéndole que era mejor que guardara su vino en barriles de plata y oro… como correspondía a su dignidad de emperador… El padre así lo hizo y ordenó que todas sus reservas de vino fuera guardadas en envases de plata y oro.
Y así lo hicieron. Al cabo de unas semanas, todo el vino se había dañado y vuelto vinagre.
Al conocer del asunto, el emperador llamó a su hija y le dijo: ¿Quién te aconsejó que el vino hay que guardarlo en recipientes de plata y oro? Mira, todo ha sido dañado, se ha vuelto puro vinagre.
El Rabino Yehoshua ben Jananyah, respondió la muchacha. El emperador llamó al Rav y le dijo: ¿Por qué diste tal consejo a mi hija? A lo que el Rav respondió: “Yo no le di ningún consejo, solamente me limité a repetir sus propias palabras, porque el vino como la sabiduría debe ser solamente guardado en vasijas muy feas”.
El emperador respondió: “Pero yo conozco personas sabias que son de muy buen parecer”.
Y el Rav respondió: “Si fueran sin atractivo, serían mucho más sabias”. Por supuesto, cuando leí esto del Talmud, me acordé de aquél de quien fue escrito: “Sin atractivo para que le deseemos”, y luego, “en quien habita toda la plenitud de la sabiduría y el conocimiento”.
En resumen, la parashat Bereshit inicia sus enseñanzas con un mensaje extraordinario: Somos la corona de la creación, somos hechos a imagen y semejanza de Di-‐os, tenemos un valor intrínseco, has sido creado repleto de habilidades para alcanzar absoluto éxito en la vida…
No dejes que nada ni nadie arruine esa obra precioso que fue hecha en ti… deja que ese potencial escondido en ti salga y brille y bendiga a otros, completando así la misión que nos ha sido entregada. Tú puedes lograrlo… es asunto de proponértelo, de echar mano a la obra, colocar tus manos en el arado y no mirar atrás…
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