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Foto del escritorRab Dan ben Avraham

Leyes de Janucá

Estas son las Halajot (leyes) correspondiente para la celebracion de Januká


La festividad de Janucá, conocida también como la Fiesta de las Luminarias, conmemora la victoria de los pocos sobre los muchos y el milagro del aceite en el Templo de Jerusalén durante la época de los macabeos. Una de las principales prácticas de esta celebración es el encendido de las velas o luminarias en el candelabro especial denominado Janukiá. Si bien la mitzvá del encendido es universal, existen diferencias en las costumbres entre las comunidades judías sefaradíes y ashkenazíes.


Los sefaradim acostumbran a encender un solo candelabro por familia, considerando que el cumplimiento del precepto es suficiente al representar la unidad familiar. En cambio, los ashkenasim tienen la costumbre de que cada integrante del hogar encienda su propia Janukiá, lo cual agrega belleza y esplendor al milagro al multiplicar las luces.


En el caso de una familia donde el padre es  askenazi y la madre  sefaradí, se sigue la costumbre del padre. La base de esto se encuentra en los siguientes textos halájicos:


1. Talmud Bavlí - Pesajim 50a

El Talmud establece el principio de "Al tishaneh mi-minhag hamakom", que significa "No te apartes de las costumbres del lugar". Cuando una persona se traslada a un nuevo lugar (o entra a una nueva familia), está obligada a aceptar las costumbres de esa comunidad o familia. La esposa, al casarse, entra en el dominio halájico de la familia de su esposo y adopta sus costumbres.


2. Shulján Aruj - Ioré Deá 214:2

En el Shulján Aruj, el Rav Yosef Caro menciona explícitamente que una mujer debe adoptar las costumbres de su esposo al casarse:

"האשה מתבטלת לדעת בעלה"

"La mujer queda sujeta a las costumbres de su marido".


Esto incluye tanto las costumbres positivas (como encender múltiples velas si la familia del esposo es ashkenazí) como las restricciones específicas.


3. Mishná Berurá (Oraj Jaim 468:14)

El Jafetz Jaim, en su comentario sobre el Shulján Aruj, explica que cuando una mujer proviene de una comunidad con costumbres distintas, debe seguir las prácticas de su esposo al establecer un hogar en común:

"אשה נשואה כבת עירו של בעלה",

"Una mujer casada es considerada como si perteneciera a la ciudad de su marido".


De esto deriva que toda la familia sigue las costumbres halájicas del padre.


4. Responsa Rabínica - Ramá (Oraj Jaim 468)

El Ramá (Rabí Moshé Isserles), autoridad en la halajá ashkenazí, también reitera este principio al comentar sobre la costumbre de los minhaguim:

"מנהג הבעל קובע בביתו"

"La costumbre del esposo establece la práctica en su hogar".


Esto refleja que, en un hogar, el esposo define la tradición familiar y los minhaguim (costumbres) a seguir.

Por estas fuentes talmúdicas y rabínicas, la costumbre familiar se determina por la tradición del esposo. La madre y los hijos adoptan las prácticas del padre, ya sea en leyes de kashrut, festividades o mitzvot como el encendido de velas en Janucá.


ACEITE Y DURACIÓN DEL ENCENDIDO


Para cumplir con el precepto de manera adecuada, es necesario garantizar que las velas o el aceite duren al menos media hora a partir del momento del encendido, que tradicionalmente ocurre tras la salida de las estrellas (Tzet HaKojavim). Si se utiliza aceite, debe colocarse una cantidad suficiente que permita a las luces permanecer encendidas durante el tiempo estipulado. De igual forma, si se opta por velas de cera, estas deben ser lo suficientemente largas como para durar el tiempo necesario.


Es común encontrar velas pequeñas y coloreadas destinadas específicamente para Janucá. No obstante, hay que ser cauteloso, ya que muchas de estas velas no alcanzan a durar la media hora mínima requerida, lo que implicaría no cumplir con la mitzvá de manera correcta.


En la víspera de Shabat, cuando se encienden las velas de Janucá antes de las velas de Shabat, es necesario prever que la cantidad de aceite sea aún mayor o utilizar velas más grandes. Esto se debe a que el encendido ocurre más temprano y debe garantizarse que las luces permanezcan encendidas al menos media hora después de la salida de las estrellas.


PROCEDIMIENTO DEL ENCENDIDO


El orden del encendido también tiene su significado particular.  Aquí seguimos la Halajah de Hillel, no de Shamai. Durante la festividad de Janucá, existe una discusión en el Talmud (Shabat 21b) sobre cómo se debe encender la Janukiá entre las dos grandes escuelas rabínicas: Beit Hillel (la Casa de Hillel) y Beit Shamai (la Casa de Shamai).


  • Beit Shamai sostiene que se encienden ocho velas el primer día y se va disminuyendo una cada noche, hasta encender una sola el último día. La razón es que las luces representan el número de días restantes del milagro, similar a los sacrificios en el Templo que disminuían durante la festividad de Sucot.

  • Beit Hillel, cuya opinión es la aceptada por la halajá (ley judía), establece que se comienza con una vela el primer día y se va aumentando una vela cada noche, hasta encender ocho velas en la última noche. La razón principal de Hillel es que en el judaísmo siempre buscamos "aumentar en santidad" y no disminuir ("Ma'alin bakodesh ve'ein moridín").


Por lo tanto, seguimos la Halajá de Hillel, encendiendo una vela adicional cada noche, para que las luces de la Janukiá crezcan en número y simbolicen el incremento del milagro y de la luz espiritual en nuestras vidas. Este es un hermoso mensaje para todos: siempre debemos esforzarnos por crecer y aumentar en santidad y bondad.


En la primera noche de Janucá, se comienza encendiendo la vela ubicada en el extremo derecho del candelabro. En la segunda noche, se añade una vela adicional a la izquierda de la primera y se comienza el encendido desde la nueva vela agregada. Posteriormente, se enciende la vela del extremo derecho. Este patrón continúa en las noches siguientes, siempre iniciando con la vela nueva, que representa el aumento progresivo del milagro de Janucá.


De este modo, aunque las velas se colocan de derecha a izquierda, se encienden de izquierda a derecha, destacando la adición de cada nueva luz que recuerda el milagro de la duración del aceite.


EL ENCENDIDO COMO ASPECTO CENTRAL


El Talmud (Shabat 23a) afirma: “Hadlakat osá mitzvá” – "El encendido en sí mismo cumple con el precepto". Esto significa que si las velas se apagan posteriormente, ya no es necesario volver a encenderlas. Lo esencial es que, al momento del encendido, haya suficiente aceite o una vela adecuada para que dure al menos media hora. Si, por alguna circunstancia imprevista, las luces se apagan dentro de ese tiempo, es una acción meritoria volver a encenderlas, aunque sin recitar la bendición.


Sin embargo, si al momento del encendido no había garantía de que las luces durarían el tiempo requerido, como ocurre al encender en un lugar ventoso o con una cantidad insuficiente de aceite, entonces sí es obligatorio volver a encender las velas. En este caso, tampoco se recita una bendición, puesto que la mitzvá no se cumplió de manera inicial.


ROL DE LA MUJER Y EL RESPETO AL TIEMPO DE LAS LUCES


Existe una hermosa costumbre entre las mujeres judías: abstenerse de realizar trabajos durante el tiempo en que las velas permanecen encendidas (media hora después del encendido). Esta tradición honra el papel fundamental de una mujer en el milagro de Janucá, refiriéndose a Yehudit, quien desempeñó un papel heroico en la salvación del pueblo judío. Es importante respetar esta costumbre y no tomarla a la ligera, pues agrega significado y reverencia a la festividad.


USO DE LA LUZ DE JANUCÁ


La luz de las velas de Janucá tiene un carácter sagrado. Está prohibido usufructuar o beneficiarse de su luz, ya sea para leer, contar dinero o realizar otras tareas cotidianas. Esta restricción resalta que las luces de Janucá son exclusivamente para proclamar el milagro y no para el uso personal. Sin embargo, una vez que ha transcurrido la media hora mínima desde el encendido, se permite utilizar la luz para cualquier propósito.


El encendido de las luces de Janucá es un acto lleno de simbolismo y espiritualidad. Desde la cantidad de aceite, el orden del encendido, hasta las costumbres familiares y comunitarias, cada detalle está imbuido de la esencia del milagro que celebramos. A través del cumplimiento adecuado de esta mitzvá, recordamos no solo el triunfo militar de los macabeos, sino también el milagro de la luz que iluminó el Templo y nuestras vidas hasta hoy.


 

LAS BENDICIONES

 

Bendición 1: Sobre el encendido de las luces


בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹקֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, אֲשֶׁר קִדְּשָׁנוּ בְּמִצְוֹתָיו, וְצִוָּנוּ לְהַדְלִיק נֵר חֲנֻכָּה.

Baruj Atá Adonái Eloheinu Mélej HaOlam, asher kidshánu bemitzvotáv, vetzivánu lehadlík ner Januká.

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Di-s, Rey del universo, que nos has santificado con tus mandamientos y nos ordenaste encender la luz de Janucá.


Bendición 2: Sobre el milagro de Janucá


בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹקֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁעָשָׂה נִסִּים לַאֲבוֹתֵינוּ, בַּיָּמִים הָהֵם בִּזְּמַן הַזֶּה.

Baruj Atá Adonái Eloheinu Mélej HaOlam, sheasá nisim laavotéinu, baiamím hahem, bazmán hazé.

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Di-s, Rey del universo, que realizaste milagros a nuestros padres en aquellos días, en este tiempo.

 

Bendición 3: Shehejeianu (Solo la primera noche)


בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹקֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִּיעָנוּ לַזְּמַן הַזֶּה.

Baruj Atá Adonái Eloheinu Mélej HaOlam, shehejeiánu vekiemánu vehigiánu lazmán hazé.

Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Di-s, Rey del universo, que nos has concedido la vida, nos has sostenido y nos has permitido llegar a este momento.


 

Importante: En la primera noche de Janucá se recitan las tres bendiciones. En las noches siguientes, solo se dicen las primeras dos bendiciones. Luego de recitar las bendiciones, se procede a encender las velas de la Janukiá.


¿Por qué bendecimos antes de realizar una mitzva?


La razón por la cual la bendición precede a la acción en el judaísmo se basa en principios fundamentales de la halajá (ley judía), la kavaná (intención) y la conexión espiritual. Esto tiene una profunda base en nuestras enseñanzas y tradiciones.


1. Reconocer la fuente de la mitzvá: Di-s


Cuando realizamos una mitzvá (precepto), como encender las velas de Janucá, lo primero es reconocer y declarar que Di-s nos ha santificado y ordenado realizar esta acción. Por eso, la bendición comienza con:"Bendito eres Tú, Hashem, nuestro Di-s, Rey del universo..."


La bendición no es un "formalismo", sino una declaración de intención y santificación:

  • Al bendecir antes de la acción, reconocemos que lo que estamos a punto de hacer no es un acto rutinario, sino sagrado y conectado con la voluntad divina.


2. Elevar la acción de lo físico a lo espiritual


El judaísmo enseña que nuestras acciones cotidianas pueden ser elevadas a un nivel espiritual cuando las realizamos con la debida intención (kavaná). La bendición que precede a la mitzvá ayuda a enfocarnos en ese propósito. Como dicen nuestros sabios: "Kol devarav shel Hashem kodesh" – Todas las palabras de Di-s son santas.


Al recitar la bendición, nos "preparamos" para la acción y nos aseguramos de que nuestro enfoque sea espiritual y consciente. Por ejemplo, encender una vela podría ser algo trivial, pero cuando se hace con la bendición y el reconocimiento adecuado, se convierte en una mitzvá que ilumina el mundo.


3. Kavaná: La intención correcta es esencial


El Talmud Bavlí en Berajot 33a nos enseña que "Sin intención (kavaná), la acción pierde su esencia". La bendición nos ayuda a concentrarnos en lo que estamos haciendo y por qué lo hacemos. En este caso, al encender las velas, recordamos el milagro de Janucá y proclamamos la luz espiritual y el triunfo de lo sagrado sobre lo profano.


4. La importancia de "Lifnei HaMaasé" (antes de la acción)


El Talmud en Pesajim 7b establece que toda mitzvá debe ir precedida por una bendición. Este principio halájico se llama "Over La'asiyatan":


  • La bendición debe recitarse inmediatamente antes de realizar la acción.


¿Por qué? Porque la bendición prepara nuestro corazón y mente para la mitzvá y nos da el mérito de cumplirla de manera completa y consciente.


5. El ejemplo del RIBI:


El RIBI (Rabenu Ieshua  bar Yosef), quien, como judío practicante, siempre mostró conciencia y santificación en sus acciones, nos da el ejemplo supremo.


1. Gratitud y reconocimiento previo a la acción:

Antes de alimentar a las multitudes (Matay 14:19), Yeshúa levantó los ojos al cielo y bendijo  sobre el pan, reconociendo a Di-s como la fuente de todo sustento antes de proceder con la acción milagrosa. Esto refleja el principio judío de que toda acción comienza con una bendición que conecta lo terrenal con lo divino.


2. Kavaná – Intención pura y enfoque:

El RIBI (Rabenu Ieshua  bar Yosef)  enseñó a sus discípulos a orar y realizar actos con intención pura y sincera ("Cuando ores, hazlo en secreto..." – Matay  6:6). Al recitar una bendición previa a una acción, manifestamos esta misma intención pura, reconociendo que nuestras acciones tienen un propósito sagrado.


3. Santificación del tiempo y del acto:

Durante  la Hagadah de Pesaj,  nuestro  RIBI (Rabenu Ieshua  bar Yosef)  toma la copa y el pan, bendice y los ofrece a sus discípulos (Matay 26:26-27). Esta acción refleja el énfasis judío en santificar el momento a través de una bendición previa, declarando la importancia del acto antes de realizarlo.


La práctica judía de bendecir antes de actuar es un recordatorio constante de que nuestras acciones cotidianas pueden ser actos sagrados cuando las realizamos con intención y conexión espiritual. Al seguir esta tradición, no solo obedecemos la halajá, sino que caminamos en los pasos de Yeshúa, quien honró estas mismas prácticas.


Al encender las luces de Janucá con la bendición previa, proclamamos la santidad del milagro y nos conectamos con una tradición milenaria que santifica cada acción. Siguiendo esta práctica, aumentamos la luz en el mundo, al igual que nuestro RIBI (Rabenu Ieshua  bar Yosef)   el Mesías Sufriente, nos enseñó a ser luz para las naciones (Isaías 49:6).


6.  La santificación del tiempo y la acción

En el judaísmo, cada acción vinculada a una mitzvá santifica el tiempo y el espacio. La bendición actúa como una declaración de santificación, elevando la acción y dándole un sentido más allá de lo material.

El Rambán (Najmánides) enseña que las bendiciones nos permiten conectar nuestra voluntad humana con la voluntad divina, logrando así una unión espiritual con Dios.


Conclusión: La bendición transforma y santifica


En resumen, bendecimos previo a la acción porque:

  1. Se reconoce que la mitzvá proviene de Dios.

  2. Nos ayuda a tener intención y concentración.

  3. Eleva la acción de lo físico a lo espiritual.

  4. Cumple con la halajá establecida en el Talmud (Pesajim 7b).

  5. Santifica el tiempo y la acción, haciéndonos socios de Dios en el acto de iluminar el mundo.

Así, cada vez que recitamos una bendición antes de cumplir una mitzvá, transformamos un acto simple en un acto sagrado, lleno de significado, luz y conexión con el Creador.


7. ¿Por qué decimos en Janucá: “… que nos has santificado con tus mandamientos”, si el mandamiento del encendido de las luces no es Toraita sino Rabonita?


Respuesta:

1. Principio de “Lo Tasur” (Devarim 17:11)

La base bíblica que otorga autoridad a los sabios para instituir mandamientos rabínicos proviene de la Torá misma: "No te apartes de lo que te digan, ni a derecha ni a izquierda" (Devarim 17:11).


Este versículo establece que el pueblo de Israel debe obedecer las instrucciones y decretos de los sabios. A partir de aquí, los rabinos tienen la autoridad de legislar ordenanzas y establecer preceptos adicionales para fortalecer la observancia de la Torá. Por lo tanto, cuando los sabios instituyen una mitzvá (como el encendido de las luces de Janucá), esta se considera vinculante y su cumplimiento está respaldado por la propia Torá.


El Talmud en Shabat 23a aborda este principio directamente en relación con Janucá: “Preguntó Ravina a Rav Najman: ¿Cuál es la fuente para recitar bendición sobre una mitzvá rabínica? Respondió: Porque cumplimos ‘Lo Tasur’". De esta manera, cuando cumplimos una mitzvá rabínica, en realidad estamos cumpliendo con una mitzvá de la Torá: la de escuchar y respetar las decisiones de los sabios.


2. Santificación a través del cumplimiento de las mitzvot

La frase "asher kidshanu bemitzvotav" (“que nos has santificado con tus mandamientos”) no hace referencia únicamente a las mitzvot directas de la Torá (Toraita), sino también a las mitzvot establecidas por los sabios (Rabonita). ¿Por qué? Porque toda mitzvá, ya sea bíblica o rabínica, nos santifica al conectarnos con la voluntad de Dios.


El Rambam (Maimónides) en Hiljot Janucá 3:3 afirma que el encendido de las luces de Janucá fue instituido para proclamar el milagro y reforzar la fe. Al cumplir con este decreto, no solo obedecemos a los sabios, sino que también participamos en la santificación de Dios en el mundo.


3. Comparación con otras mitzvot rabínicas

El mismo principio aplica a otras mitzvot rabínicas que requieren bendición, como:

  • Nerot Shabat (velas de Shabat).

  • Hallel en días festivos (rabínico en algunos casos).

  • Eruv.


En todas estas situaciones, decimos “asher kidshanu bemitzvotav” porque al cumplir con estas ordenanzas, estamos cumpliendo indirectamente la voluntad de la Torá al obedecer a los sabios, quienes tienen autoridad delegada.


NUESTRO RIBI AFIRMO EL MISMO PRINCIPIO QUE DEBEMOS SEGUIR LOS QUE ESTAMOS IDENTIFICADOS CON SU HALAJAH RABINICA,

En Matay 18:18, el RIBI  enseña a sus discípulos:

(Hebreo)

אָמֵן אוֹמֵר אֲנִי לָכֶם, כׇּל מַה שֶּׁתִּקְשְׁרוּ בָּאָרֶץ יִהְיֶה קָשׁוּר בַּשָּׁמַיִם,

וְכׇל מַה שֶּׁתַּתִּירוּ בָּאָרֶץ יִהְיֶה מוּתָר בַּשָּׁמַיִם.


(Transliterado)

(Amén omer ani lajem, kol mah shetikshru ba'aretz yiheye kashur bashamayim, vejol mah shetatiru ba'aretz yiheye mutar bashamayim”.


(Griego)

Ἀμὴν λέγω ὑμῖν, ὅσα ἐὰν δήσητε ἐπὶ τῆς γῆς, ἔσται δεδεμένα ἐν τῷ οὐρανῷ· καὶ ὅσα ἐὰν λύσητε ἐπὶ τῆς γῆς, ἔσται λελυμένα ἐν τῷ οὐρανῷ.


(Traducción)

"De cierto os digo, todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo."


Este texto refleja claramente la fórmula rabínica de “atar y desatar” (asar u-matar), utilizada en la halajá para referirse a la autoridad de permitir o prohibir dentro de una comunidad. Esta enseñanza de Yeshúa reafirma la autoridad delegada que sus apóstoles ( y los que han heredado su autoridad  rabínica mediante la semijá venida de un rabino creyente en Yeshua como Mashiaj,)  tienen para interpretar y aplicar la halajá en concordancia con la voluntad divina.


Esta expresión, “atar y desatar” (asar u-matar en hebreo), era una fórmula rabínica utilizada en la época del Segundo Templo. En el contexto judío, significa la autoridad para legislar y emitir juicios halájicos dentro de una comunidad. Los rabinos tenemos la potestad y el mandato  de interpretar la Torá, aplicar las leyes y establecer nuevas ordenanzas (gezerot y takanot) para fortalecer la vida espiritual y moral del pueblo.


El principio talmúdico de “Lo Tasur”, que vendrá mucho después en el tiempo, fue primeramente establecido por el RIBI para sus emisarios originarios. Como Mesías, no solo respetó la autoridad de los sabios, sino que también otorgó a sus discípulos una responsabilidad similar: legislar con autoridad en sus comunidades, siempre en fidelidad a la Torá y los principios de justicia y verdad.


3. El aporte de Yeshúa al principio de autoridad

Reduerda que nuestro RIBI no vino a abolir la Torá ni la halajá, sino a cumplirla y reafirmarla (Matay 5:17). Su enseñanza sobre “atar y desatar” expone  el mismo sistema de autoridad que encontraremos luego  en el Talmud, donde los sabios, siguiendo la haljah del RIBI,  tienen el nandato de establecer decretos para proteger y fortalecer las mitzvot. Por lo tanto, cuando los rabinos instituyeron la mitzvá de encender las luces de Janucá para proclamar el milagro, actuaron en perfecta sintonía con el sistema divino de autoridad. Al obedecer estas mitzvot rabínicas, como el encendido de Janucá, estamos cumpliendo con la voluntad de Dios y respetando la autoridad delegada a los sabios, lo cual nuestro RIBI también afirmó y delegó.


En resumen: La bendición “asher kidshanu bemitzvotav” se recita incluso sobre mitzvot rabínicas porque, al cumplirlas, obedecemos un mandato de la Torá (Devarim 17:11) y respetamos la autoridad de los sabios.  Nuestro  Ribi confirmó este principio al usar establecer formalmente la fórumula rabínica de “atar y desatar”, reconociendo la responsabilidad y el poder que los rabinos tenemos  para guiar a la comunidad.


8¿Puede un justo de las naciones participar de Januká?

La participación de un justo de las naciones (un Ben Avraham en ANIAMI)  en el encendido de las luces de Janucá involucra tanto la naturaleza de la mitzvá como la relación entre el pueblo judío y los injertados en el olivo natural  es deir los Bene Avraham, que son nuestros hermanos creyentes de origen no judio que han abandonado sus idolos y aceptado al Eloha de Israel como su Uno y Único Elohim verdader, y además, se han acogido a los méritos de nuestro RIBI como su fuente de expiación de los pecados de muerte, están incluidos en la festividad. Sin embargo, para no confundir los roles, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos halájicos:


1. La naturaleza de la mitzvá del encendido de Janucá

El encendido de las luces de Janucá es una mitzvá rabínica destinada a proclamar la victoria material y espiritual sobre el helenismo y el milagro del aceite que el Eterno dio a los los macabeos en sus días. Es un precepto específicamente dirigido al pueblo judío como parte de su responsabilidad de "proclamar la luz divina y santificar el Nombre de Di-s".


El Shulján Aruj (Oraj Jaim 671:1) establece que el encendido de las luces de Janucá debe realizarse por un judío, ya que la mitzvá corresponde a quienes están obligados a cumplir las ordenanzas rabínicas. Un no judío no está obligado por las mitzvot rabínicas y, por lo tanto, no puede cumplir la mitzvá en nombre de un judío.


2. El rol de los justos de las naciones (Benei Avraham)

Los Benei Avraham son no judíos que observan las Siete Leyes Universales dadas a Noaj (Noé) y a toda la humanidad. Estas leyes, que constituyen un código moral universal, incluyen la prohibición de idolatría, asesinato, robo, inmoralidad sexual, blasfemia, comer cosas prohibidas  y la obligación de establecer sistemas de justicia.


Aunque los Benei Avraham no están obligados a cumplir mitzvot específicas destinadas al pueblo judío, pueden hacerlo como un acto voluntario (no como una obligación) siempre y cuando no se apropien de la mitzvá como si estuvieran formalmente obligados por ella. El Rambam (Maimónides) en Hiljot Melajim 10:10 aclara que los gentiles pueden realizar mitzvot, pero deben hacerlo reconociendo su carácter de voluntario y respetando la singularidad de las obligaciones del pueblo judío.


3. La participación en el encendido de Janucá

Bajo este principio, un justo de las naciones puede participar en el encendido de las luces de Janucá en las siguientes formas:


  • Como acto de honor y conexión espiritual: Un Ben Avraham, si no hay un yehudí presente,  puede encender una luz adicional o ayudar a preparar el candelabro (Janukiá), reconociendo y proclamando el milagro de Janucá como un símbolo de luz espiritual y victoria de la fe sobre la oscuridad.


  • Sin recitar la bendición: La bendición sobre las luces incluye la frase “asher kidshanu bemitzvotav” (“que nos has santificado con tus mandamientos”), la cual aplica exclusivamente al pueblo judío. Un no judío no puede recitar esta bendición, pues no está formalmente incluido en la obligación.


  • Una bendición especial: Por su conexión con nuestro RIBI Yeshua,  los Benei Avraham con coparticipes de la promesa y coherederos de la vida eterna juntamente don el pueblo judio, por tanto, debido a esa conexión, en nuestra Alianza se les permite encender la Janukia sin confesar la bendición como si fuera yehudi, porque no lo es. Por tanto, en su intención debe estar presente qu lo hade por unirse al pueblo judío en la proclamación del milagro. En este caso, previo al encendido, si no hay un yehudí presente, puede decir:


בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ, רִבּוֹנוֹ שֶׁל עוֹלָם, שֶׁנָתַתָּ לְעַמְּךָ יִשְׂרָאֵל אֶת הַכָּבוֹד לְהַדְלִיק נֵרוֹת חֲנוּכָּה.

Baruj Atá Adonái, Ribonó shel olam, shenatátá leamjá Yisrael et hakavód lehadlík nerot Januká.

"Bendito eres Tú, Eterno, Amo del Universo, que has dado a Tu pueblo Israel el honor de encender las luces de Janucá."


Esta bendición reconoce la singularidad del pueblo judío en la observancia de Janucá, mientras permite a los justos de las naciones expresar respeto y conexión con la festividad de una manera apropiada y halájicamente apropiada, según la Halajá de nuestra Alianza.


Segunda Bendición

בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ, רִבּוֹנוֹ שֶׁל עוֹלָם, שֶׁעָשִׂיתָ נִסִּים לְעַמְּךָ יִשְׂרָאֵל, וְהֵבֵאתָ אוֹר לְכָל הָעוֹלָם.

Baruj Atá Adonái, Ribonó shel olam, sheasíta nisim leamjá Yisrael, vehevetá or lekol ha'olam.

"Bendito eres Tú, Eterno, Amo del Universo, que hiciste milagros para Tu pueblo Israel y trajiste luz a todo el mundo."


Tercera Bendición : (solo la primera noche)

בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ, רִבּוֹנוֹ שֶׁל עוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִּיעָנוּ לִהְיוֹת שֻׁתָּפִים בְּאוֹר יִשְׂרָאֵל.

Baruj Atá Adonái, Ribonó shel olam, shehejeianu vekiemanu vehigiánu lihyot shutafim beor Yisrael.

"Bendito eres Tú, Eterno, Amo del universo, que nos has dado vida, nos has sostenido y nos has permitido compartir la luz de Israel."


Janucá representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad, un mensaje universal que trasciende las fronteras del pueblo judío. Los Benei Avraham de nuestra Alianza,, como justos de las naciones, juegan un papel crucial en traer luz y moralidad al mundo al adherirse a las Siete Leyes Universales. Su participación voluntaria en Janucá, al acompañar al pueblo judío en la celebración del milagro, simboliza el reconocimiento del Di-s Único y la búsqueda de una conexión con la luz espiritual que el judaísmo proclama. Esto es coherente con la profecía de Isaías 42:6, donde Israel es llamado a ser "luz para las naciones". Al participar, los Benei Avraham demuestran respeto por la fe judía y el mensaje de redención universal que Janucá anuncia, compartiendo asi su destino profetico, con el destino profético de Israel.


Un justo de las naciones puede participar del encendido de las luces de Janucá, siguiendo las instrucciones previas y reconociendo que su acto es voluntario y no una obligación formal. Su participación es un hermoso símbolo de la unión entre Israel y las naciones del mundo en la proclamación de la luz espiritual, la verdad y la justicia divina.


CONLUSION:

En Janucá, al encender las luces y proclamar la santidad del milagro, no solo honramos la decisión de los sabios, sino que seguimos el ejemplo de nuestro RIBI, quien nos enseñó  el principio fundamental obedecer y respetar la autoridad espiritual en el marco de la Torá y la halajá.


De este modo, nuestras acciones no son solo un acto de obediencia, sino también una afirmación de la luz divina que incrementamos en el mundo, tal como lo hicieron los sabios y tal como el RIBI nos enseñó a ser luz para las naciones”, SIGUIENDO EL MANDATO DIVINO QUE FUE PREVIAMENTE ESTABLECIDO.  (Isaías 49:6).

חֲנוּכָּה שַׂמֵּחַ לְכֻלְּכֶם וּלְכָל עַמֵּנוּ יִשְׂרָאֵל

"Feliz Janucá para todos ustedes y para todo nuestro pueblo Israel."

 

Bosquejo General: Halajá para el Encendido de Janucá

Por Rav Dan Ben Avraham, Jajam Rosh ANIAMI


1. Introducción a Janucá

  • Nombre y significado: La Fiesta de las Luminarias.

  • Propósito:

    • Victoria de los pocos sobre los muchos (milagro militar).

    • Milagro del aceite en el Templo de Jerusalén.

  • Práctica central: Encendido de la Janukiá.

  • Diferencias entre sefaradíes y ashkenazíes:

    • Sefaradim: Un candelabro por familia.

    • Ashkenazim: Cada miembro enciende su propia Janukiá.

  • Criterio en una familia mixta: Se sigue la costumbre del padre.

    • Fuentes Halájicas:

      • Talmud Bavlí (Pesajim 50a).

      • Shulján Aruj (Ioré Deá 214:2).

      • Mishná Berurá (Oraj Jaim 468:14).

      • Ramá (Oraj Jaim 468).


2. Aceite y Duración del Encendido

  • Requisitos:

    • Aceite/velas deben durar al menos media hora.

    • Precaución con velas pequeñas que no cumplen el tiempo necesario.

  • Encendido en víspera de Shabat:

    • Cantidad mayor de aceite o velas más grandes.

    • Asegurar que las luces sigan encendidas después de Tzet HaKojavim (salida de las estrellas).


3. Procedimiento del Encendido

  • Discusión entre Beit Hillel y Beit Shamai (Talmud Shabat 21b):

    • Beit Shamai: Encender de 8 a 1 velas (descendente).

    • Beit Hillel: Encender de 1 a 8 velas (ascendente).

      • Principio: “Ma’alin bakodesh ve’ein moridín” (Aumentar en santidad).

  • Práctica Halájica: Seguimos a Beit Hillel.

  • Orden del encendido:

    • Colocar las velas de derecha a izquierda.

    • Encenderlas de izquierda a derecha (comenzando con la vela nueva).


4. El Encendido como Aspecto Central

  • Hadlakat Osá Mitzvá (Talmud Shabat 23a):

    • La mitzvá se cumple con el encendido.

  • Si las velas se apagan:

    • No es necesario volver a encenderlas si estaban correctamente preparadas.

    • Si no estaban garantizadas para durar media hora, debe encenderse nuevamente sin bendición.


5. Rol de la Mujer y el Respeto al Tiempo de las Luces

  • Costumbre: Las mujeres se abstienen de realizar trabajos durante media hora tras el encendido.

  • Motivo:

    • Reconocimiento del papel heroico de Yehudit en el milagro de Janucá.


6. Uso de la Luz de Janucá

  • Prohibición de usufructuar de la luz (lectura, trabajo, etc.).

  • Excepción: Después de media hora, se puede usar la luz para cualquier propósito.


7. Las Bendiciones del Encendido

  • Primera Bendición: Sobre el encendido de las luces.

  • Segunda Bendición: Sobre el milagro de Janucá.

  • Tercera Bendición (solo la primera noche): Shehejeianu.


8. ¿Por qué Bendecimos Antes de Realizar una Mitzvá?

  • Principios halájicos y espirituales:

    1. Reconocer la fuente divina de la mitzvá.

    2. Elevar la acción física a un nivel espiritual.

    3. La kavaná (intención) es esencial.

    4. Principio de “Lifnei HaMaasé”: Bendecir antes de la acción (Talmud Pesajim 7b).

  • Ejemplo de Yeshúa (Ribi Yeshua bar Yosef):

  • Bendición previa al milagro de los panes (Matay 14:19).

  • Santificación del tiempo y el acto (Matay 26:26-27).


9. ¿Por qué Decimos “...que nos has santificado” Sobre una Mitzvá Rabínica?

  • Principio de “Lo Tasur” (Devarim 17:11).

  • Autoridad de los sabios para legislar mitzvot (Talmud Shabat 23a).

  • Ejemplo del Ribi Yeshúa:

    • Uso de la fórmula rabínica “atar y desatar” (Matay 18:18).


10. Participación de los Justos de las Naciones (Benei Avraham)

  • Naturaleza de la mitzvá: Dirigida al pueblo judío.

  • Posición de los Benei Avraham:

    • Pueden participar como acto voluntario y espiritual.

    • No deben recitar la bendición formal del encendido como yehudim.


  • Bendiciones alternativas para Benei Avraham:

Primera bendición alternativa:

Segunda bendición alternativa:

Tercera bendición alternativa (primera noche solamente):


11. Conclusión General

  • El encendido de las luces de Janucá proclama el milagro y la luz espiritual en el mundo.

  • Al seguir esta mitzvá, cumplimos tanto la halajá judía como las enseñanzas del Ribi Yeshúa, quien respetó la autoridad rabínica y proclamó la santificación del tiempo y de las acciones.

  • La participación de los justos de las naciones en Janucá refleja la unión profética entre Israel y las naciones (Isaías 49:6), donde la luz divina se proclama para todo el mundo.


12. Bendición Final para la Comunidad

חֲנוּכָּה שַׂמֵּחַ לְכֻלְּכֶם וּלְכָל עַמֵּנוּ יִשְׂרָאֵל

"Feliz Janucá para todos ustedes y para todo nuestro pueblo Israel."

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